Lo urgente, lo importante y la lluvia

El “sí se puede” vale para todos los partidos y, si en algunos casos deciden trabajar juntos, es más fácil que se pueda

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22 de enero de 2022 a las 05:01

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Lluvias rabiosas que dejaron en una mañana más de lo que llueve en un mes e inundaron cientos de viviendas y muchas calles (en Montevideo). Lluvias rabiosas que por primera vez desde que tengo memoria dejaron flotando autos en las angostas calles de Piriápolis, y cambiaron la topografía de las playas.  

Nunca deja de sorprender lo bien que cotiza la naturaleza en política. La oposición se paró nuevamente de manera crítica cuando la pandemia volvió a explotar, con reclamos de que se convoque al GACH para que aconseje qué medidas tomar. El Frente Amplio también pegó duro en Maldonado, comandado por el nacionalista Enrique Antía, luego de las calles inundadas y los autos flotando en Piriápolis. 

Pero como la naturaleza hace lo que quiere mientras que nosotros los humanos vamos por la vida pensando que la controlamos, y además tiene un refinado sentido de la ironía y hasta de la justicia, también le permitió generar críticas al oficialismo en Montevideo y  Canelones, donde el manejo de la infraestructura y planificación urbana es responsabilidad de intendentes frenteamplistas. La alegría y la pena siempre van por barrios, y me refiero al desastre natural y al griterío político.

“Las declaraciones de @CosseCarolina tras las graves inundaciones en Montevideo mostraron no sólo falta de empatía con las familias afectadas sino también falta de planificación estratégica y gestión de riesgos”, escribió Laura Raffo en Twitter al día siguiente de las inundaciones. “Equidad social es pensar en todos los montevideanos.  Política mayor es tener una planificación estratégica de la ciudad. En este caso planear drenajes, espacios públicos, mantenimiento, tanques de amortiguación y otras soluciones probadas para mitigar los efectos de las lluvias”.

El señalamiento de la presidenta de la Departamental nacionalista de Montevideo tiene su razón en el nuevo rol que el Partido Nacional pretende que juegue Raffo y el organismo que dirige, en su lucha -ahora permanente y no solo antes de una elección- por volver a gobernar la capital. Raffo recordó en estos días que en el plan quinquenal estaba previsto mejorar el saneamiento y el drenaje pluvial de barrios que resultaron muy afectados por esta lluvia, pero que la Intendencia de Montevideo finalmente eligió destinar esos fondos del ahora discutido préstamo del BID para mejorar la limpieza de la ciudad. “Está muy bien mejorar la limpieza, pero no a costa de postergar a los más vulnerables”, dijo Raffo en En Perspectiva.

La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, ya había declarado: “Tendríamos que tener todos un momento de reflexión muy profunda porque el cambio climático ya es indiscutible. Estos fenómenos no se pueden predecir con los datos históricos que tenemos. Ninguna ciudad está preparada para los fenómenos como ayer. Lo que hay que hacer es actuar rápido, como hicimos”.

En Montevideo cayó agua a baldazos; en una hora llovió entre 90 y 150 milímetros, mientras que en todo enero de 2021 llovieron 94 milímetros. Es cierto que estos eventos no se pueden prever con fecha y hora, como explicaron los expertos en clima, pero también es cierto que suceden cada vez con mayor frecuencia. Es cierto que no se puede construir infraestructura millonaria para excepciones, pero también es cierto que los eventos extremos ya no lo son.

Los eventos climáticos extremos, derivados en buena parte del cambio climático que afecta a todo el planeta (y sí, a Uruguay también, aunque seamos chiquitos…) cotizan alto en la bolsa de la política y tienen algo en común con la pandemia: en la gran mayoría de las oportunidades reaccionamos ante ellos cuando se presenta la urgencia, pero casi siempre los olvidamos mientras se van gestando silenciosos, pero dejando miguitas de pan como pistas que la ciencia sí reconoce. Otra vez se cumple el repetido adagio de que lo urgente casi siempre le gana a lo importante. 

“La urgencia es una cualidad asociada al tiempo’’, leí en estos días en una newsletter. La importancia, en tanto, es una cualidad asociada a las consecuencias. Una tarea es importante si las consecuencias que sufriremos al no hacerla son graves. En mi casa solíamos limpiar las hojas que se acumulan en la azotea una vez por año. Aumentamos a dos, porque las lluvias son cada vez más intensas y tapan los desagües. El lunes se desbordó, así que habrá que planificar limpiarla tres o cuatro veces por año. Es importante que nos ocupemos de la azotea, porque pintar y arreglar pisos nos costará carísimo.

Raffo y Cosse coinciden en algo: ambas dijeron que del cambio climático se habla desde hace más de 30 años. En esas tres décadas hubo gobiernos departamentales de todos los colores en todos los departamentos, pero lo urgente (o aparentemente urgente) siempre le ganó a lo importante, porque lo importante -en este caso una lluvia intensa o una tormenta furiosa- como mucho pega una o dos veces por año. Cuando pega, sin embargo, pega con todo y habría que calcular en dinero y también en sufrimiento el costo de reparar lo que se llevó el agua o lo que se puede llevar cualquier otro episodio derivado del clima. 

Es buena cosa que la actual intendenta de Montevideo y la presidenta de la Departamental nacionalista estén aparentemente de acuerdo, por fin, en que hay que atacar lo importante y preparar a la ciudad para estos eventos extremos que, según indican los investigadores, serán cada vez más frecuentes. Ahora podrían armar un frente común para desarrollar un plan estratégico sólido, con financiamiento posible y plazos razonables, todo al mismo tiempo que se sigue gobernando en Montevideo para que la ciudad siga funcionando. Está claro que esto es posible, como alguna vez fue posible extender y mejorar el sistema de saneamiento (tarea que nunca se termina) y cómo fue posible evitar que la basura desbordara los contenedores durante las fiestas, algo a lo que los montevideanos nos habíamos resignado al menos en la última década. El “sí se puede” vale para todos los partidos y si en algunos casos deciden trabajar juntos, efectivamente es más fácil que se pueda.

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