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Los datos del mercado que permiten soñar un rebote en la realidad del sector ovino

Los precios para las lanas mejoran, al menos para las más finas y lo mismo sucede con el cordero; si la vacuna contra el covid-19 permite que rebote la demanda por carne y vestimenta, el sector ovino podrá pensar en un inicio de la recuperación

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19 de febrero de 2021 a las 12:00

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En 2021 se prolonga una fuerte suba de la mayoría de las materias primas. Y la lana no es la excepción. Pero en el mercado sucede una diferenciación muy fuerte que puede generar cambios importantes en la producción uruguaya. Dentro de esa lógica de suba, el ascenso fuerte es para las lanas finas, mientras que las más gruesas casi no cambian de precio y algunas incluso prolongan el descenso.

En el precio de las lanas, el comienzo del año es de firmeza y muestra una fuerte recuperación luego de dos años consecutivos de caída.

El Indicador de Mercados del Este (IME) –referencia del precio promedio de toda la lana que se vende en Australia– recupera lo perdido desde mediados de marzo de 2020 y superó esta semana por primera vez desde ese mes los US$ 10 por kilo, apoyado en una sólida demanda, fundamentalmente china.

Y, en ese escenario, mientras las lanas de 17 micras subieron en lo que va de esta zafra más de 50%, las de 30 micras bajaron 5%.

El  valor del IME ha reflejado la situación sanitaria global. Se desplomó a lo largo de 2020, desde US$  11,50 al comienzo del año a poco más de US$ 6 en setiembre, para volver a ubicarse por encima de US$ 10 esta semana.

Durante el primer mes del año, se ha visto un mercado muy ágil y con recuperación de los precios, en mayor o menor medida para los diferentes micronajes, pero particularmente en lanas superfinas.

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La semana pasada el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) reportó la venta de un lote de lanas de 24 mil kilos, con 17,3 micras de finura, a US$ 10,28 por kilo. Pero para las lanas de más de 28 micras el mercado sigue frío y dificultoso.

Además del micronaje, el acondicionamiento y certificaciones de los lotes tales como RWS (Responsible Wool Standard) o certificaciones de lana orgánica (Global Organic Textile Standard  (GOTS) son priorizados por la demanda a la hora de definir precio y compra.

Por las lanas de 17 micras el precio se ubica en el eje de los US$ 9,9 por kilo, mientras que las de 21 micras rondan los US$ 5.

Para la lana, el año 2020 fue el segundo año de caída consecutiva en los precios. En junio de 2018 la fibra alcanzó el mayor precio de su historia, con el indicador australiano en US$ 15,47 por cada kilo de lana limpia.

Los productores de lana fina en Uruguay vendieron el kilo de vellón a más de US$ 10 por kilo y retuvieron tanto vientres para generar más corderos como borregos y capones para producir más vellones de lana.

Durante el año pasado y hasta fines de 2020 la tendencia fue de ajuste a la baja. Primero por las incertidumbres que generaba la guerra comercial entre China y Estados Unidos y después por el confinamiento como consecuencia de la pandemia que significó el desplome de la demanda y arrastró al IME a los niveles más bajos en 10 años (US$ 6,31 por kilo base limpia).

Carne ovina: la arremetida de China  

Las exportaciones de carne ovina desde Uruguay a China en 2020 fueron las mayores de la historia, 10.980 toneladas peso canal, un 37% más que las 8.010 toneladas exportadas en el mismo mes del año pasado. Con un 63% de participación en el total exportado, también fue la mayor proporción de la historia.

La facturación por ventas de carne ovina a China también fue histórica en octubre, con US$ 46 millones, un 31% más que lo que ocurrió en 2019.

China apareció como mercado para la carne ovina en 2007, con compras por apenas 295 toneladas peso canal. A partir de ahí comenzó un crecimiento ininterrumpido que alcanzó un máximo de 8.416 toneladas en 2013 –con una participación de 35%–, descendiendo en los siguientes dos años y recuperándose desde 2016 a la actualidad.

Brasil, anteriormente el principal comprador, queda segundo y su participación en las ventas de Uruguay baja del 49% al 31% en 2019 y al 17% en 2020, según las estadísticas del Instituto Nacional de Carnes (INAC).

Jorge Dimu, broker de carne principalmente hacia Brasil, advirtió de un posible faltante importante de carne ovina a mediados del año, tras la abundante faena de este año y la reactivación de la demanda que se prevé.

A diferencia del precio de los vacunos, que tras las lluvias se ha disparado por lo escaso de la oferta, el precio de los ovinos va en una recuperación gradual, pero persistente.

El precio del cordero pesado lleva seis semanas consecutivas de suba y alcanzó los US$ 3,15 por kilo cuarta balanza, según la referencia de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) de la semana cerrada el 30 de enero. Aun así, se ubica un 18% por debajo de un año atrás (US$ 3,77).

El surgimiento de China como un importante comprador –que demanda todo tipo de carcasas incluyendo las pesadas, anteriormente más difíciles de colocar– llevó también a que se valoricen los capones, que cotizan en US$ 3,10 por kilo de carcasa. Así, el diferencial de precios con el cordero es de apenas 1%, cuando el promedio de los últimos cinco años fue de 9%.

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Preocupante aumento de faena 

La faena ha subido, lo que es una señal de desánimo preocupante, dado lo menguado del stock. Cerró el año en algo más de un millón de animales, la mayor desde 2014 y 200 mil reses más que el año pasado. Y enero mantuvo la tendencia, con la faena más alta en siete años para ese mes. Se acercó a las 130.000 reses y más que duplicó a la de un año atrás.

Ese aumento está dado sobre todo por la mayor faena de corderos (167%): pasó de 31.053 animales en enero de 2020 a 71.071 en enero de 2021, la más alta para ese mes en 12 años. Si esto fuera exclusivamente por un mejor resultado reproductivo sería positivo. También puede indicar un cierto refugo de corderas. Pero la disponibilidad de lanares es escasa y preocupa la alta faena de vientres.

La faena de ovejas se despegó y aumentó 136%, desde 18.668 a 37.162 animales. En este caso, es la más alta en siete años para enero. Y esto limita la recuperación de la población ovejera.

El stock ovino uruguayo al 30 de junio de 2020 fue el más bajo de la historia con 6,26 millones de animales. Un ajuste de casi 300.000 cabezas (5%) y cuatro veces menos que los 25 millones alcanzados en 1990. Y es probable que vuelva a bajar en la próxima medición, a mediados del año en curso.

Todo eso hace a que 2021 sea un año importantísimo para el ovino. Muchos productores se cuestionan la continuidad en el rubro, que viene golpeado por las pérdidas que causan robos y depredadores. Pero si la vacuna en los países desarrollados y en China permite que se restablezca la demanda tanto por carne como por vestimenta, y la carne ovina se sigue afirmando como se proyecta, el sector podrá pensar en un 2021 que marque el inicio de la recuperación del crecimiento. 

Producción: Cecilia Pattarino

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