Leonardo Carreño

Elogios de calificadoras por Presupuesto y una alerta por previsión optimista del PIB

Moody´s, Fitch y S&P evaluaron con buenos ojos los planes anunciados por el gobierno, aunque advierten desafíos en los supuestos de crecimiento de la economía y el ajuste del gasto público

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10 de septiembre de 2020 a las 05:02

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El gobierno espera una rápida recuperación de la economía liderada por las exportaciones y la inversión privada. Sobre esos dos elementos está basado el proyecto de ley de Presupuesto quinquenal enviado la semana pasada al Parlamento y todos los números que acompañan ese plan.

Tras estimar una caída de 3,5% para la economía este año por los efectos de la pandemia, el Poder Ejecutivo espera un rebote del PIB desde 2021 (+4,3%) y continuar la senda de crecimiento en 2022 (+2,5%), 2023 (+4,2%) y 2024 (+3,9%). Atado a ello va una de las metas principales que se plantean las autoridades: llevar el déficit fiscal a -2,5% del PIB sobre el final del período en 2024. El 2020 terminaría con desequilibrio de-6,5% del PIB, -4,1% al cierre de 2021, -3,5% en 2022 y -3% en 2023.

“Son los números que nosotros consideramos realistas; ni optimistas ni conservadores”, dijo el sábado en entrevista con El Observador la ministra de Economía y Finanzas Azucena Arbeleche.

Conocidas las cifras ¿Qué lectura hacen las calificadoras de riesgo crediticio sobre los planes del nuevo gobierno? Lo que sigue es un resumen del diálogo mantenido por El Observador con los analistas para Uruguay de las agencias internacionales Moody´s, Fitch Ratings y S&P Global Ratings.

Fitch Ratings

El analista de la agencia Fitch Ratings, Todd Martínez explicó que en una evaluación preliminar es un presupuesto que se fundamenta en un plan de contención “importante” del gasto y “una expectativa optimista para la economía”.

Sobre el plan de contención del gasto, el experto indicó que sigue habiendo un riesgo de que sea “difícil” de implementar en un contexto de presiones sociales, y además por cinco años. Sin embargo, consideró que el gobierno “merece crédito por mantenerse firme en esta postura hasta ahora, en un contexto de mucha presión”. También valoró la incorporación de nuevas herramientas institucionales, como la regla fiscal, para ayudar en ese objetivo.

Otro riesgo, señaló Martínez, es que los supuestos de crecimiento económico sean “difíciles de alcanzar”, ya que un ajuste fiscal y recuperación económica “suelen entrar en conflicto en vez de retroalimentarse”; y que el aumento en la inversión privada esperado para compensar este efecto sea lento.

“Pero el gobierno claramente no anticipa que la inversión privada crezca por sí sola, sino que sea fomentado por una agenda concreta de competitividad, comenzando con la ley de Urgente Consideración (LUC). Lo clave será que tan potente sea esta agenda, y cuan rápidamente reaccione el sector privado”, explicó Martínez.

Fitch es la única agencia que tiene a Uruguay en el mínimo del grado inversor y con perspectiva negativa. En teoría, debería ser la primera agencia con la cual el país tiene el riesgo de perder el invesment grade si no corrige sus desequilibrios macro en los próximos años.  

Moody´s

El analista de Moody´s Renzo Merino, expresó que las políticas anunciadas por el gobierno, primero en la LUC, y ahora en el proyecto de ley de  Presupuesto “van en línea” con lo esperado por la calificadora  para atender problemas de los últimos años, como crecimiento débil, inversión a la baja, deterioro del mercado laboral y deterioro de las cuentas fiscales.

Sobre las proyecciones de crecimiento para la economía, el experto indicó que las cifras estimadas por el gobierno para 2020-2021 y 2022 son similares con los manejados por la calificadora. Moody´s espera una contracción de algo más de 3% para este año, una recuperación de algo más de 4% en 2021 -principalmente liderada por el efecto del proyecto UPM- y una normalización del crecimiento en 2022 hacia lo que se cree es el crecimiento tendencial de Uruguay en el mediano plazo, aproximadamente 2,5%.

Sin embargo, para 2023 y 2024 hay algunas dudas de parte de la calificadora. “Los supuestos presentados recogen las expectativas del gobierno de que las medidas que están siendo implementadas este año y el próximo van a ayudar a que los niveles de inversión -más allá de UPM- estarían dando rédito luego de 2022. Por el lado de las exportaciones, todavía hay mucha incertidumbre sobre cómo va a ser la recuperación de la economía global y también regional. Para esos años todavía tenemos previsiones más conservadoras de crecimiento. Esperaríamos a ver si realmente las medidas que se han anunciado dan frutos, sobre todo por el lado de mayor inversión”, dijo Merino.

En relación a los planes de ajuste fiscal, Merino consideró clave cómo evoluciona el gasto público el año próximo. “Eso marcaría la pauta para el mediano plazo. La expectativa en el corto plazo es también a que si en el próximo año la economía se recupera y el mercado de trabajo también, hay gastos (como el seguro de paro) que deberían caer y eso ayudaría a la reducción del déficit en 2021”, afirmó.

“Desde la perspectiva del soberano uruguayo, si ya de por sí las cuentas fiscales estaban algo más débiles que sus pares antes de la crisis, esta crisis ha exacerbado esas debilidades un poco más. Por eso será muy importante para nosotros observar cómo le va al gobierno en la implementación de sus planes, sobre todo en la reducción del déficit, y cómo cuidaría esto la estabilización de las métricas de deuda, ahora en niveles muchos más altos que los que habíamos visto anteriormente”, apuntó el analista.

S&P Ratings

Desde S&P Global Ratings se indicó que las proyecciones macroeconómicas del Presupuesto “parecen ser razonables y alcanzables”. La analista Constanza Pérez Aquino consideró que los principales riesgos son un crecimiento menor al proyectado por razones globales, regionales o domésticas, y la capacidad que tendrá el gobierno en la implementación de las medidas que propone para cortar el gasto como principal vía hacia la consolidación fiscal  y estabilización de los niveles de deuda.

“El foco aparentemente está del lado del gasto, y políticamente es superdesafiante porque hay cierto grado de inflexibilidad del gasto. Pero en cierta medida quizás es realista en el sentido  que incrementos en la recaudación con un mundo en recesión y con una presión impositiva que ya es alta también sería bastante complejo”, afirmó.

Las autoridades plantean alcanzar un déficit de 3,5% en 2022 y luego llegar a 2,5% en los últimos dos años. ¿Es posible una mejora de las cuentas públicas sobre el final de un período de gobierno tomando en cuenta la historia de los últimos años, donde en año electoral ha ocurrido lo contrario? “Sí, está ese historial pasado, pero habrá que darle el beneficio de la duda a esta administración”, dijo Pérez Aquino.

Para el analista de S&P Manuel Orozco el plan del gobierno va “en el sentido adecuado” en cuanto a la promoción del crecimiento por la vía de la inversión y las exportaciones, y la revisión del gasto. “Están poniendo las condiciones para que estructuralmente se pueda pensar en una posición fiscal que se va consolidando”, expresó.

Sobre el plan de reducción paulatina de la inflación,  la agencia indicó que el objetivo de 4% hacia 2024 “es alcanzable”, pero “no fácil”. “Frenar la inercia inflacionaria va a ser fundamental y va a depender de decisiones de política y de negociaciones que quizás no sean fáciles saliendo de una pandemia. Mejoras en ese sentido alinearían a Uruguay a pares regionales (Perú, Colombia, Chile) y sería un paso muy importante para la calificación a más largo plazo”, dijo Pérez Aquino.

Diego Battiste

DBRS Morningstar

La agencia canadiense DBRS Morningstar divulgó el viernes pasado un análisis titulado “El presupuesto de Uruguay fija rumbo de corrección paras las finanzas públicas”, en el que señala que la pandemia del covid-19 afectó la actividad económica y el empleo en el país, pero que sigue viendo que el riesgo es bajo y balanceado.

En un entorno de incertidumbre, la incidencia de nuevos casos de covid-19 es baja y las perspectivas de crecimiento post pandemia lucen mejores que los últimos cinco años, dice el informe. Se destaca que la administración del presidente Luis Lacalle está estableciendo una estrategia fiscal, en el marco de la LUC, que aspira a estabilizar las finanzas públicas. El desafío clave será mantener la coalición parlamentaria unida, advierte. 

También apuntó que el déficit podría mejorar el próximo año, a medida que las medidas de emergencia expiren, según DBRS. Además, menciona la meta de la administración de Lacalle Pou de implementar un ajuste fiscal multi-anual y un plan de reforma del sistema previsional, ambos necesarios para que las finanzas públicas sigan un camino sustentable. Es esperable que el control de gastos ayude a reducir el déficit del PIB de 6,5% en 2020 a 2,5% en 2024 (excluyendo las transferencias de los cincuentones en el sistema de pensiones), dice el informe.

Calificación crediticia

La deuda uruguaya cuenta con nota de grado inversor por parte de las cinco calificadoras internacionales que evalúan el riesgo de crédito soberano. S&P Global Ratings (BBB) y Moodys (Baa2) la colocan un escalón por encima del mínimo y con perspectiva estable, mientras que R&I (BBB) asigna perspectiva positiva. En tanto, DBRS (BBB low) y Fitch Rating (BBB-) lo ubican en el mínimo, con el agregado que está última tiene una perspectiva negativa.

 

 

 

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