Mario Bergara: "La vocación de volver a ser precandidato está sobre la mesa"

Una pintura con la imagen de Líber Seregni mira sobre  el escritorio. Sentado, de espaldas a la obra, el senador Mario Bergara lee en voz alta la frase del fallecido líder frenteamplista que tiene debajo del vidrio que cubre la mesa en su despacho del Palacio Legislativo: “Decir lo que se piensa y hacer lo que se dice”. Usa esa sentencia para explicar por qué elige con cuidado las palabras a la hora de responder y es inflexible con cualquier tipo de reinterpretación sobre sus dichos.
El senador de Fuerza Renovadora habló en entrevista con El Observador sobre la “complejidad” de un referéndum que no tiene un tema “nítido”, sus perspectivas de liderazgo en la fuerza política y sobre los ejes que cree sensibles de la gestión del gobierno.

¿Cómo está viendo la gestión del gobierno pospandemia?
En el manejo de los impactos de la pandemia tenemos diferencias desde el día uno. Tenemos visiones diferentes de cuál debe ser el rol del Estado. El gobierno ha sido explícito en que quiere que se retraiga y achique. Dijeron que “es un lastre”, una carga para los “malla oro” y el sector privado. Es una visión arcaica de que si el Estado se retrae, los malla oro se expanden y nos llevan a todos al nirvana de la felicidad pública. Esa teoría del derrame no se verificó nunca en ninguna parte. Se perdieron decenas de miles de puestos de trabajo, cerraron muchísimas empresas, comercios y servicios, decenas de miles de uruguayos cayeron en la pobreza. Estamos convencidos de que el Estado debió tener una ayuda más potente, como otros países del mundo. Y la frutillita de esto es que en la Rendición de Cuentas queda explícito que ellos podían haber volcado US$ 140 millones más para ayudar a la gente sin violentar sus propias metas fiscales. No dudo en decir que si se perdieron miles de puestos de trabajo, cerraron empresas y miles de compatriotas cayeron en la pobreza es por una decisión política del gobierno de no volcar recursos.

¿Fuera de esos cuestionamientos, ¿el gobierno no ha hecho nada bien?
Nadie dice eso. Casi todas las respuestas a lo económico van en buena dirección y la inmensa mayoría salieron por unanimidad. La caricatura no es “no hicieron nada bien”, es “tendrían que haber hecho más’’.

¿Daniel Olesker dijo que el TLC con China sería perjudicial para la mayoría y favorecería a un núcleo exportador. ¿Está de acuerdo?
La fase del estudio de prefactibilidad justamente tiene que arrojar eso. En todo caso, en función de lo que dé, la estrategia eventual hacia un TLC tiene que tomar en cuenta quién gana y quién pierde, y de qué manera se realizan las “compensaciones” para viabilizar el acuerdo, y que sea, en términos netos, beneficioso para el país.

¿Cómo vio el acuerdo del gobierno con Puertas de Sur para que gestione seis aeropuertos del interior?
La estrategia en sí no la veo mal. En el gobierno anterior se estaba pensando conformar un sistema de aeropuertos internacionales. Obviamente son aeropuertos perdidosos, no son rentables, y esto se volvió a discutir en este gobierno en base a un proyecto de ley similar al que se manejaba en el anterior. Creo que sí podrían haber hecho previamente una licitación, ellos mismos la anunciaron.
De todas maneras, acá no estamos hablando de un segundo Katoen Natie. Eso un escándalo. Un monumento al abuso de funciones.

¿Cómo tomó la decisión del gobierno de incluir en los planes de estudio del Ejército el período dictatorial?
En la medida que reciban diversidad de miradas, me parece positivo.

El FA parecía más cercano a los temas vinculados con la dictadura, pero desde Defensa de este gobierno se han hecho varias cosas en ese sentido.
El actual Ministerio intenta mostrar algunos hechos, pero en general no han tenido mayor impacto. Creo en su mejor disposición, pero mirando los resultados concretos, es recién con los gobiernos del FA que se entra en los cuarteles a excavar, se encuentran restos, hay pensión reparatoria... Si se da continuidad y hay buenos resultados con eso, bienvenidos.

La Comisión Nacional por el Sí dice que el referéndum contra la LUC no es contra el gobierno. Siendo que hay muchos artículos que la gente desconoce, ¿cómo se hace para no contraponer ese voto por el sí con el gobierno?
Esto no es una elección a medio término ni un plebiscito contra el gobierno. Evidentemente, en otros referéndum anteriores el Sí o No era más nítido porque se hablaba de un tema: Antel, Ancap, la impunidad. Acá tenés 135 artículos que hablan de decenas de temas. Deja en claro lo que decíamos: esto no era una ley de urgencia, eran 30 metidas en una, y por lo tanto, inconstitucional. Está claro que nadie va a dominar los artículos, o que no a todo el mundo le interesan todos los temas, o no todos ven igual todos los artículos. Evidentemente que también hay un corte con el gobierno en quienes defienden el Sí o el No, pero no es una disputa a todas las políticas del gobierno. Hay que concentrarse en los artículos que realmente se quieren anular.

¿No hay quienes van a terminar votando por afinidad política?
Esta complejidad de ser tantos temas, e incluso de tener visiones diferentes sobre distintos temas, va a llevar a que haya otras dimensiones que jueguen como pasa en las elecciones nacionales. No podés pretender que todo el mundo vea todo mal o todo bien. Está claro que incide la situación económica y social, la percepción que sobre los temas del gobierno, los combustibles, la caída de salarios, pasividades, el empleo. 

En la discusión por los combustibles la oposición puede ganar la batalla porque es un tema que la gente lo siente en el bolsillo, pero en la educación es el talón de Aquiles también hay una percepción de haber sido un punto débil del FA.

Entonces vos transmitís la idea de que el referéndum es una discusión de políticas. Eso es la lógica de: ‘Esto es un referéndum contra el gobierno’. Concentrémonos en lo que dicen los artículos. Las estrategias sobre educación no pasan por lo que dicen estos artículos, que eliminan los consejos desconcentrados, con el argumento de que los gremios no son la solución sino parte del problema, y que no representan a nadie. Los gremios se llevaron el 72% de los votos de los docentes, y eliminan su participación democrática en los consejos.

Hubo aspectos muy duros en la gestión educativa del FA. 
Pero no porque haya empeorado. Y los hubo muy buenos, como el Plan Ceibal. Con las exigencias del mundo hoy, evidentemente tenemos un retraso. Está claro: nadie puede estar conforme con el estado de situación de la educación en Uruguay. Y claramente en la campaña electoral se instaló como uno de los talones de Aquiles en la discusión política.

Se habló de la privatización de la escuela pública, pero uno de los argumentos del oficialismo es que en los gobiernos del FA fue cuando más creció la educación privada.
En la crisis de 2002 hubo una brutal migración de la escuela privada a la pública por una clarísima lógica económica. Durante los 15 años de gobierno en general hubo mejora económica y eso llevó a que de repente sí subiera un poco la proporción en los colegios privados. De todas maneras está siempre en órdenes del 13% y 17%.

¿No es una manera de que se privatice la educación?
Yo no quiero concentrarme en la palabra ‘privatización’, que genera confusión. Nadie está planteando que por la LUC van a privatizar las escuelas públicas.

No fue acertada esa estrategia...
No fue muy acertada esa formulación.

Hubo un gesto hacia Danilo Astori de darle el primer lugar en la lista al Plenario del FA. ¿Qué los detuvo todo este tiempo?
Los procesos tienen sus tiempos. En el FA es imprescindible porque los líderes naturales excluyentes por dos décadas dan paso a la renovación. Eso siempre genera atomización, porque no está escrito en ninguna pared quiénes van a ser los que los sucedan, por lo que muchos exploran la posibilidad una vez pasado el ciclo electoral. Eso decanta en el apoyo político que tuvieron los distintos sectores, la visibilidad de los referentes, etcétera. Era fundamental que avanzáramos en la confluencia de todos estos sectores, que tenemos una sintonía política muy fuerte. Y también simplifica el panorama del FA. No hay 45 visiones de mundo. Sí tres o cuatro sensibilidades diversas alrededor del MPP, el Partido Comunista, Partido Socialista, y todo este espacio progresista o seregnista.

¿Va a tomar la posta de su ala?
Esta construcción política va camino a eso, de quién va a ser el líder y demás... Yo no le rehuyo. Ya fui precandidato, o sea que la vocación de volver a serlo está sobre la mesa. Pero no se puede definir ahora, porque en tres años puede pasar cualquier cosa.

En las próximas elecciones va a ir por los votos de centro, ¿a dónde va a ir a buscar?
Cuando se ve el tipo de discurso que atrajo a la gente, obviamente, la orientación nuestra va en buena medida en volver a convencer a quienes de repente votaron a (Ernesto) Talvi en la elección anterior.

Van por batllistas y wilsonistas...
Sin duda. En el Partido Nacional se está dando una monopolización del herrerismo, y el wilsonismo está perdiendo pie. Evidentemente podemos tener muchos puntos de contacto con esa raíz.

Cosse y Orsi son dos líderes cantados en el FA. ¿Hay lugar para más?
Sí. Hay lugar para más.

¿Quiénes?
En la última interna éramos cuatro. ¿Hay gente que se va perfilando? Sí. ¿Hay referentes que van tomando más protagonismo? Sí. De ese marco, difícil salir. No se pueden inventar nombres que no se generan en un proceso. El menú posible creo que todo el mundo lo maneja: los intendentes y los principales referentes con mayor visibilidad, entre los cuales me puedo incluir.

¿Cómo ve a Fernando Pereira?
Siendo presidente del Frente Amplio, no vería razonable que esté en una carrera hacia la precandidatura. Y él ha dicho públicamente que estará por cinco años en la presidencia. Yo le creo.

¿Tiene proyección nacional?
Sin duda, lo mejor que le puede pasar al Frente Amplio es que su presidente tenga proyección nacional, visibilidad, reputación, credibilidad, y estoy seguro de que Fernando va a ser un presidente espectacular del FA. Pero hay procesos para todo.

Trascendió el nombre de la nueva vocal para la Jutep tras la salida de Jorge Castro. ¿Está de acuerdo con que haya salido por un “error” en la “utilización política” que se iba a hacer de parte del oficialismo con el fallo sobre el Antel Arena?
Ese es un resorte que tomó el Partido Comunista con su representante en la Jutep. No creo que me corresponda opinar sobre eso.

¿Qué mensaje le parece que se da hacia afuera cuando se hace salir a un dirigente por no hacer una lectura política de un tema ético?
Lo que me preocupa, yo que soy un tipo con una visión institucional muy fuerte, es cómo se está utilizando la Jutep. Se está utilizando como un instrumento político. La ética tiene que evaluarse con distancia del juego político. Claramente eso no está sucediendo. Y además extralimita sus roles. La Jutep tiene que estar evaluando los temas de transparencia y ética. El Estado tiene otros organismos que son los que tienen que evaluar la legalidad de las cosas. El juego político la desvirtúa y la aleja del rol que institucionalmente debe tener.

Raúl Sendic volvió a la política con una lista al Plenario. Civila recibe su apoyo, pero se desmarca de su figura. ¿Usted lo aceptaría en su espacio?
Estamos fortaleciendo un espacio que básicamente tiene como eje central la sintonía política. Convocatoria Seregnista está dando pasos muy rápido basada en la naturalidad de esa sintonía. Es una forma de hacer política que compartimos. No veo que tengamos la misma sintonía con el compañero Sendic. 

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