Camilo dos Santos

MPP y PCU marcan el tono opositor en un Frente Amplio dividido

La propuesta de hacer permanente el impuesto a los cargos políticos dividió a la bancada; ala seregnista se opuso y Mahía no la firmó

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03 de abril de 2020 a las 05:01

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El Movimiento de Participación Popular (MPP) es desde hace años el sector con más fuerza dentro del Frente Amplio, pero estos primeros días de otoño lo han encontrado en una situación inédita: por primera vez su reinado en la izquierda coincide con el rol opositor.

El sector liderado por José Mujica –que escaló al primer lugar de los sectores frenteamplistas con la victoria de Tabaré Vázquez en 2005– ha marcado la cancha con diferentes acciones que lo posicionan como un actor central del lado de afuera de casa de gobierno. 

El Partido Comunista, por su parte, quiere aprovechar su crecimiento –pasó de uno a dos senadores y de un diputado a cinco, si se cuentan las alianzas– para sumar peso político y parlamentario al que ya ostenta en las bases y la orgánica frenteamplista. 

En tiempos de renovación y pujas de liderazgos en la izquierda, y con la conducción del Frente Amplio que continúa siendo objeto de cuestionamientos, ambos sectores –y en particular el MPP– han mandado señales claras de que pueden tomar el timón del barco opositor.

Un ejemplo tuvo lugar este miércoles en la discusión en la bancada frenteamplista del Senado, donde los dos sectores con más fuerza en la izquierda presentaron una moción para redoblar la apuesta del gobierno e imprimirle un carácter permanente al impuesto de 20% a los cargos políticos planteado por el Poder Ejecutivo.

La propuesta fue colocada arriba de la mesa por Óscar Andrade, Charles Carrera y Alejandro Sánchez. Puertas adentro, los senadores argumentaron que no podían ceder la bandera de la austeridad al oficialismo y señalaron que era buen momento de "rescatar" una de las iniciativas presentadas hace un año en torno al ajuste del sistema político, dijeron a El Observador participantes del encuentro.

En 2019, Mujica y su agrupación elaboraron un paquete de 16 medidas que incluía, entre otras, un tributo de 15% a los cargos electivos y de particular confianza. Andrade había dicho días antes que propondría extender por todo el período el tributo sugerido por la administración de Lacalle Pou.

Sin embargo, la iniciativa despertó visiones encontradas en la bancada y abrió un debate interno, que tiene cómo trasfondo el rol que asumirá el FA como oposición.

Mario Bergara (Fuerza Renovadora) y José Carlos Mahía (Asamblea Uruguay) plantearon dudas respecto a la oportunidad de la propuesta y advirtieron una "incongruencia" respecto a lo que un día atrás se había conversado en la reunión con el gobierno en Torre Ejecutiva –a la que no asistió el MPP por diferencias en la integración de la delegación definida por Javier Miranda–. 

Consultado por El Observador, Mahía se limitó a decir que a su entender "el foco principal tenía que estar en las medidas para la gente" y no en "la señal" de los salarios más altos que "no mueven la aguja". 

"Planteamos que debíamos centrar el debate en las tres propuestas principales que el Frente llevó al presidente: diferir el aumento de tarifas, suspender el incremento de dos puntos en el IVA con tarjetas, y la instalación de un subsidio equivalente al salario mínimo nacional", afirmó Mahía, suplente de Danilo Astori en la Cámara Alta.

En el ala socialdemócrata del Frente Amplio argumentaban que ni el contenido ni las formas en que se presentó el aditivo fue la adecuada. La Vertiente Artiguista, por su parte, planteó que primero se consultara a todo el partido. Andrade, Carrera y Sánchez argumentaron que justamente era el momento indicado para hacer la propuesta, aprovechando la discusión del impuesto transitorio. 

Las mayorías del MPP y el PCU inclinaron la balanza y finalmente prosperó la moción, que no contó con la firma de Mahía, según constató El Observador. El texto fue presentado finalmente con las firmas de Charles Carrera, Alejandro Sánchez, Daniel Caggiani, Sandra Lazo, Sebastián Sabini, Óscar Andrade, Mario Bergara, Enrique Canon, Daniel Olesker, Amanda Della Ventura y Humberto Castro.

En la sesión, los senadores del oficialismo cuestionaron duramente la actitud de la izquierda, catalogándola de "miserable", "demagógica" "chiquita" y "rastrera". Desde los sectores frenteamplistas replicaron que, en todo caso, la demagogia era fijarlo "por unos meses".

"Si siguiéramos algunos argumentos vertidos en sala por el oficialismo, diríamos que lo que hizo el Poder Ejecutivo es chiquito, es pequeño, es miserable, porque no se resuelve nada con estos fondos recaudados. Ese no es el camino que elegimos", dijo Andrade, usando los mismos calificativos. El sindicalista agregó que el planteo consistía en dar una "señal contundente". "¿O alguien piensa que en dos meses cuando tengamos que reflexionar si esto continúa o no vamos a estar en condiciones ideales? ¿Alguien piensa que el Uruguay va a estar muy bien como para eliminar el descuento? ¡Le hacemos un favor al sistema político todo si la señal de austeridad es permanente!", advirtió. 

Carrera, por su parte, cuestionó que se adjudicara "mala fe" e "intencionalidades" a su partido.

Andrade y sueldos públicos

En la reunión de bancada, Andrade se manifestó en contra de votar el artículo con el recorte a los sueldos de los funcionarios públicos. Sin embargo, el resto de los sectores entendió que era importante políticamente acompañar esa señal, más allá de haber preferido que se incluyera el aporte de privados con "mayor capacidad contributiva".
En el debate en sala, el sindicalista dijo que el impuesto a los salarios públicos más altos le dejaba "muchas dudas". 


Pulseada por liderazgo

El tire y afloje en la bancada de Senadores ocurre en un marco de pujas internas en el Frente Amplio por la conducción política y el rol que asumirá como oposición. En la izquierda existe un debate aún en ciernes sobre la forma de posicionarse ante el gobierno y la ciudadanía, con distintos actores pulseando por llevar los estandartes frenteamplistas.

Javier Miranda ha tenido más bajos que altos en su relación con los principales sectores de la fuerza política y no son pocas las agrupaciones que no se sienten representadas por él. Aunque en las últimas semanas había logrado sortear las tensiones con el MPP y el Partido Comunista, los últimos días sumaron nuevos cruces entre el presidente del FA y el sector liderado por Mujica, que decidió no formar parte de la reunión con Lacalle Pou.

De fondo subyace la compulsa por definir quién se convertirá en principal interlocutor de la oposición y cómo se encarará la estrategia con miras a retornar al gobierno en 2025. 

Mientras que la pandemia trastocó todo el calendario político –incluyendo la autocrítica que tenía pendiente el Frente y las posibles elecciones internas que algunos promovían para el segundo semestre del año–, los primeros días del gobierno de Lacalle Pou han puesto en evidencia diferentes perfiles y modos de ser oposición en el Frente Amplio. Por un lado, ciertos sectores y referentes asumieron una postura marcadamente conciliadora, con recurrentes llamados al diálogo y a dejar actuar al gobierno. Yamandú Orsi (MPP), Pablo Ferreri (astorista), Álvaro García (Plataforma) y Cristina Lustemberg (PAR) han sido algunos de sus exponentes.

Otros, en cambio, se plegaron –con matices entre sí– a una actitud más crítica. Ello incluyó por ejemplo a otros dirigentes del MPP, como Sánchez, y a senadores electos por la lista 1001 como Óscar Andrade y su aliada Carolina Cosse.

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