El expresidente egipcio, Hosni Mubarak, falleció este martes a los 91 años después de haber sido sometido a una operación y haber permanecido un mes en cuidados intensivos, informó la televisión estatal egipcia.
Mubarak fue el primer dirigente en ser juzgado tras las revueltas de 2011 y en 2017 fue absuelto de la muerte de manifestantes en las revueltas que pusieron fin a sus 30 años de mandato en Egipto.
El "Rais", que controló Egipto con mano de hierro durante tres décadas, abandonó el poder el 11 de febrero de 2011, tras 18 días de una revuelta popular provocada por el hartazgo de la violencia policial y la corrupción en este país árabe.
Desde el 25 de enero de 2011, millones de egipcios salieron a la calle y se reunieron en la plaza Tahir del centro de El Cairo, convertida en el emblema de la revolución impulsada en las redes sociales.
El ejército decidió finalmente abandonar a Mubarak y lo reemplazó por una junta militar que en 2012 organizó las primeras elecciones legislativas y presidenciales democráticas del país. Las ganaron respectivamente los Hermanos Musulmanes y Mohamed Mursi, miembro de este movimiento islamista.
Mubarak, con una salud frágil, ha pasado la mayoría de estos años detenido en su suite de un hospital militar en El Cairo y compareció en sus juicios en una camilla.
El expresidente pasó algunas temporadas en la cárcel de Tora, a las afueras de la capital egipcia, pero su delicado estado de salud, así como una opinión pública cada vez menos hostil hacia Mubarak, permitieron su "retiro" en el centro médico.
El piloto de guerra que gobernó Egipto durante 30 años, no gozó de libertad plena desde la revolución de 2011 y en este tiempo fue sometido a múltiples procesos judiciales.
En mayo de 2015, Mubarak fue condenado, junto a sus hijos Alaa y Gamal, a tres años de prisión por apropiación indebida de 10 millones de euros del erario público. En octubre, un tribunal liberó a sus hijos al argumentar que la pena ya había sido cumplida por la prisión preventiva.
La puesta en libertad de Alaa (54 años) –que encarnaba la corrupción y los privilegios de la elite económica– y de Gamal (52 años) –designado para heredar el poder de su padre– generó gran revuelo en un primer momento.
Muchos altos responsables del régimen de Mubarak también fueron juzgados por corrupción pero luego resultaron exculpados o condenados a penas pequeñas.
Con información de agencias
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