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Ninguna mujer fue candidata con chance

Es posible que el peso de una sociedad que relegaba a la mujer a posiciones secundarias, fuera incluso asimilado por aquellas valientes y firmes militantes políticas, como una regla no escrita
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30 de diciembre de 2017 a las 05:00
Hace 80 años que mujeres uruguayas largaban sus candidaturas en elecciones nacionales, con una postulación simbólica y sin mucha chance, pero poniendo por primera vez nombre y apellido en las listas. En todo el tiempo que ha pasado desde aquella histórica votación de marzo de 1938 no ha habido una mujer, al menos una, que se lanzara al ruedo con pretensiones presidenciales reales.

Las explicaciones pueden ser varias y la principal argumentación estará en el machismo reinante en el mundo de la política, y más general en los espacios de toma de decisiones. Pero lo cierto es que hubo mujeres fuertes, incluso de las que levantaban la voz y hacían temblar a varios hombres, pero no hubo una que se lanzara a la arena, aunque más sea para ver qué pasaba.

La comunista Julia Arévalo era dura y combativa, tanto como la sindicalista y dirigente socialista Jorgelina Martínez. La colorada batllista Alba Roballo era popular y se hacía respetar, pero tampoco se lanzó. Es posible que el peso de una sociedad que relegaba a la mujer a posiciones secundarias, fuera incluso asimilado por aquellas valientes y firmes militantes políticas, como una regla no escrita.

Al final de la dictadura, la nacionalista Cristina Maeso fue una expresión de derecha blanca y no se achicó ante la aplastante mayoría wilsonista que la despreciaba, Pero cuando fue candidata lo hizo a la vicepresidencia, detrás de Juan Carlos Payssé.

Para 2014, con su experiencia como legisladora, ministra y cargos internacionales, Ana Lía Piñeyrúa, intentó abrirse paso como precandidata dentro de Unidad Nacional (herrerismo y aliados), pero sin mucha fuerza.

La historia es larga y el 2018 que está abriéndose camino podría tener alguna novedad.

En 1938, la escritora feminista Sara Rey Álvarez había fundado el Partido Independiente Demócrata Feminista, que se presentó con la lista 62 y un emblema que era una bandera era azul con un sol en el medio. Aquella lista, curiosamente, parecía al inicio respetar la regla de la "cuota" del "dos y uno", porque estaba encabezada por Sara Rey, y seguida por María Isabel Cedro, pero luego iba un hombre: Pedro Lorusso. Y después 11 mujeres más. Todas candidatas a diputadas, nada más que eso. La siguiente elección fue histórica porque ganaron bancas las primeras parlamentarias.

La primera legisladora, por cuestión de días, fue la senadora colorada Sofía Álvarez de Demicheli que asumió el 10 de febrero de 1943, y cinco días después lo hicieron en la Cámara de Diputados la comunista Julia Arévalo de Roche y la batllista Magdalena Antonelli Moreno.

Y el 4 de marzo, luego de constituido el gabinete ministerial y que el senador Luis Matiaude fue designado ministro de Salud Pública, Isabel Pinto de Vidal asumió como senadora por el Partido Colorado.
La maestra trotskista Zulma Nogara fue la primera mujer en encabezar una lista al Poder Ejecutivo, pero eso fue en 1954 cuando no había cargo de "presidente" sino que la autoridad era colegiada: Consejo Nacional de Gobierno. Ella fue la primera titular seguida de Alberto Sendic y otros cuatro hombres.

Pero era un partido chico, marginal, el Partido Obrero que obtuvo apenas 65 votos. En la elección siguiente, la de 1958, volvió a encabezar la lista del entonces ya Partido Obrero Revolucionario (POR) que luego sería uno de los fundadores del Frente Amplio y hoy permanece en la coalición. Presencia testimonial.

La elección de 1984 tuvo por accidente la primera mujer candidata a la Presidencia, aunque eso fue porque antes de la votación y cuando las listas ya estaban impresas, murió el candidato Néstor Bolentini. Su compañera de fórmula Nelly Margarita Pérez de Lima quedó como la candidata de la "Unión Patriótica (Salvaguarda de la democracia), pero también fue testimonial con 302 votos.

En la siguiente elección se inscribió la primera lista a la Presidencia encabezada por una mujer: Nancy Espasandín, por el "Partido Convergencia (Socialista)" con 190 votos.

Después estuvo el caso Mabel Portillo por el "Partido del Sol" en 1994 que tuvo 2.258 votos y algún intento en primarias que no pasó esa fase. Uno fue el de Constanza Moreira que fue precandidata presidencial en 2014, aunque todos sabían que Tabaré Vázquez tenía asegurar la postulación por el Frente Amplio para ese año.

Ahora los dos partidos favoritos para definir la elección de 2019, tienen cada lema una mujer dispuesta a dar batalla, y trabajando para ello, Carolina Cosse en el Frente Amplio y Verónica Alonso en el Partido Nacional. Pero no la tienen nada fácil.

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