John Pérez, presidente de la SCJ: "No todos los juzgados se pueden transformar en de violencia de género, pero no es mala voluntad"

Después de un año tumultuoso —sobre el que elegantemente se resistió a hablar—, este 1ro de febrero el ministro John Pérez asume, por un año, la presidencia de la Suprema Corte de Justicia. Con un gran trabajo acumulado producto de la pandemia y las relaciones prácticamente cortadas con los gremios judiciales, Pérez arranca su mandato con el objetivo de que prime el tono más dialoguista y práctico. 

Con equipo completo —luego de la asunción por antigüedad de la jueza Doris Morales que ocupó la vacante que dejó en octubre Luis Tosi—, la Corte se embarca en un nuevo año de gestión. Con la promesa de terminar de recorrer el interior, elaborar un sistema de ascensos claro y cristalino, y reunir mensualmente a los directores de todas las áreas, Pérez intentará darle su impronta a la gestión. 

A continuación un resumen de la entrevista que mantuvo con El Observador. 

Arranca su presidencia con la Corte integrada por los cinco ministros después de que asumiera Doris Morales, ¿cuánto repercute en el trabajo la desintegración de la corporación? 

No repercute porque inmediatamente que se fue el doctor (Luis) Tosi empezamos a sortear entre ministros de tribunales de apelaciones y no tenemos expedientes atrasados. A la doctora Morales la recibimos muy bien, es una juez de carrera que se ha ganado el lugar que le corresponde, es una excelente técnica, una persona muy agradable y va a ser la primera vez que hay mayoría en la Corte de mujeres. Son de carrera y han hecho toda su carrera en el Poder Judicial.

Morales llega a la Suprema Corte por ser la ministra más antigua en el cargo después de que fallaran un acuerdo político en el que se mencionaron varios nombres. En su caso ocurrió lo mismo. ¿Qué ventajas tiene que asuma el magistrado con mayor antigüedad en el cargo?

En mi caso la Asamblea General me designó un mes y medio antes… La Asamblea tiene la potestad de elegir al juez que considera mas apto, salvo que tengan una objeción y designen a otro creo que corresponde. Es una fórmula que se hizo frente a un vacío legal porque antes se estaba años sin ministros. Teóricamente es la más capacitada.

¿No puede ser al revés que uno más joven pueda ser brillante y aportar mucho?

Sí… también tiene que tener experiencia. Puede ser y le puede dar otra impronta de repente…

¿Cuánto pesa la política en el sistema de justicia? Todos sabemos que se hacen consultas y se averigua por el perfil del juez, qué votó en determinados casos.

En los hechos, no. No deja de ser juez. El juez es juez por encima de cualquier designación política. No hay incidencia de que la Asamblea General lo haya votado y después haya votado en determinada forma. No sé qué referencia toman los legisladores. Sería más transparente si se entrevistara a los posibles candidatos y ahí tomar una decisión.

Desde el Frente Amplio hace años que vienen proponiendo que se pueda ingresar por concurso a la Corte, y que incluso se puedan postular abogados que no hayan sido jueces, ¿qué opina de esa propuesta?

Desde varios lados se ha propuesto, pero designar a alguien que no sea juez me opongo rotundamente porque es toda una profesión. No se hace una persona juez, tiene otra forma de pensar. 

Ha dicho que una de sus metas para este año va a ser recomponer vínculos con varios actores, entre ellos los gremios, después de un año crispado por un presidente que ha tenido conflictos en varios frentes. ¿Cómo lo vivió desde su lugar de ministro?, ¿por dónde va a empezar y por qué?

Con los gremios judiciales ya me he reunido con todos, aprovechando estas semanas que soy ministro de feria y tengo más tiempo y hemos entablado un sistema de diálogo, yo les planteé cómo van a ser las cosas en mi presidencia.

¿Cómo van a ser?

Diálogo fluido, franco y claro. Siempre que me pida una reunión se las voy a dar, dentro de las posibilidades de mi agenda. Y después los llevaré al pleno porque soy uno más entre cinco y les daré las explicaciones de lo que resuelva el pleno. De repente les diré "estoy de acuerdo con ustedes, se lo tengo que plantear a la Corte", o "no estoy de acuerdo pero lo voy a plantear" y de repente la Corte decide algo contrario a lo que yo diga. Esa va a ser mi forma de trabajar con ellos y con todos los actores.

Una de las cosas que reclamaron desde la Asociación de Funcionarios Judiciales fue que mientras no se solucionó el problema de las vacantes y las necesidades en determinados puntos del Interior, la Corte decidió devolver parte de su presupuesto a Rentas Generales. ¿Está de acuerdo?

Hay vacantes que se van a llenar pero con la pandemia hay concursos que están rezagados. 

En realidad no se devuelve el dinero porque se quiera, de acuerdo al último presupuesto se nos quitó una potestad de la SCJ de que se podrían reasignar recursos, para hacerlo hay que pedir autorización. De hecho, se pidió destinar ahorros a los juzgados de familia en la calle Venezuela. Se empieza este año. Se sabe cuándo empieza pero no cuándo termina. 

¿Qué plantea el proyecto que propuso para los ascensos de los jueces? Es un tema que ha generado polémica con el gremio de jueces.

Es un proyecto que se va a tratar en la Corte junto con otros… Es crear un sistema de ascensos claro. Propone que estén reguladas todas las condiciones exactas de ascenso. Bien claro los temas. Estábamos esperando discutirlo cuando se sumara la nueva integrante y darle un tiempo para que lo estudie.

¿Tiene un objetivo que sí o sí quiera cumplir durante este año?

Yo quiero empezar, si me avalan los colegas, con capacitaciones sobre trabajo en equipo y a los ministros del Tribunal de Apelaciones en gestión administrativa. Son dos puntos claves para mí. No estamos acostumbrados a trabajar en equipo porque uno pasa 10 o 15 años en el Tribunal de Apelaciones trabajando solo y tenemos que pasar del 'yo' a 'nosotros'. Acá, salvo que te guste por vocación, no se capacita a la gente en materia administrativa, cuando en realidad hay una carga administrativa importante. Tenemos una excelente dirección general, excelentes directores, pero las políticas las tiene que fijar la Corte. 

¿Les faltan herramientas, conocimiento?

Claro. Yo me fui formando porque me gusta. Es una carencia que tenemos los jueces en general. No es lo mismo una óptica judicial que administrativa. Es totalmente distinta. Tenés que tener conocimiento de política judicial: qué otras cosas podés poner en la agenda, empezar a dialogarlo con otros poderes del Estado, porque el hecho de que seas independiente es que vos formás parte de todo un Estado que busca el bienestar general. Eso es lo que yo pienso. No se le da la importancia que tiene por su función. Más o menos entre un millón y un millón y medio de personas, calculo, pasan por el Poder Judicial por año, por nuestras oficinas. 

¿En qué ve que no se le da la importancia que tiene?

Yo no creo que la gente capte toda la cantidad de cosas que pasan por el Poder Judicial. Porque aparte cómo funciona... tantas materias, tantas personas, todo lo que se mueve... son 4.738 funcionarios. No es una organización pequeña, hay que administrar todo eso. Creo que hay que mejorar las vías de comunicación. Es mi opinión personal. Yo a veces pongo una analogía: vos a un auto le ponés nafta y chau, sigue marchando. Lo que te sobre de dinero lo tenés que usar para arreglar el baño, la cocina, etcétera. El Poder Judicial siempre marchó, toda la vida fue igual. Cuando ven que faltan realmente recursos, el sistema toda la vida ha apoyado. 

Han pasado varios años desde el último aumento presupuestal...

Más o menos 15 años. Dos gobiernos para atrás, más o menos, tuvimos que ir al Comité de Planificación de Recursos para poder seguir subsistiendo. 

¿Eso es un rechazo del sistema político al Poder Judicial?

Creo que pasó siempre, no es una cuestión de ahora. El problema es ubicar el Poder Judicial en la importancia. Funcionamos bien, pero somos un centro de críticas, pero a su vez estamos en el número 25 en el World Justice, que es hecho por gente que no es de acá. Hemos tenido varias auditorías de ese tipo. 

Vinieron expertos internacionales y quedaron asombrados. Acá si hay un problema con la Corte, se crea una Corte paralela y esta Corte falla en contra de lo que reclama la legítimamente constituida. Decían: "Es como si los coroneles fallaran en contra de los generales". No les cabía en la cabeza que hubiera una independencia de ese tipo. 

Usted afirmó a Búsqueda que va a tener reuniones para conocer las realidades del Poder Judicial. Ya lleva un año como ministro en la Corte, ¿no había tenido contacto con esas realidades? 

Una cosa es conocer y otra es conducir. Tengo 42 años de Poder Judicial, entré por concurso siendo administrativo, fui 19 años ministro de tribunal, trabajé en la elaboración del plan estratégico, he cursado maestría en planificación estratégica acá y en el extranjero… el tema es crear un ámbito de diálogo, no es que funcione mal pero quiero estar interiorizado y que se aporten ideas entre todos. Al acuerdo viene un director puntual. Yo voy a tener una vez por mes una reunión con todos los directores para trabajar juntos.

Cómo vivió este año de turbulencias puertas adentro de la Corte y con cuestionamientos mediáticos sobre su funcionamiento. Desde el episodio de la presunta filtración hasta la reunión del presidente Sosa con Lacalle Pou. 

Éticamente no corresponde que hable de un compañero. Puedo hablar y hacerme responsable de este año y hasta el final de este año. 

¿Usted convocará al presidente a una reunión?

Si me tengo que reunir, me voy a reunir. Tiene que haber diálogo respetando los pesos y contrapesos de la Constitución. Lo haré con todos los ministros y, si no, informaré, como corresponde. 

Desde el sistema político se volvió a proponer crear un Ministerio de Justicia, ¿está de acuerdo? 

A un Ministerio de Justicia que asuma competencias que son de la Corte me opongo rotundamente. Las cuestiones que están en la Constitución que competen a la Corte no, mientras no se metan en el Poder Judicial, perfecto. Si asumen las otras cosas sí puede ser un interlocutor más fluido. Temas que dependen del Ministerio de Educación y Cultura, exhortos, registros. Si se meten en el Poder Judicial, veremos.

La pandemia demostró el gran atraso que es el Poder Judicial con miles de expedientes en papel y generó que quedaran suspendidos miles de trámites, ¿cuánto queda por actualizar de esos trámites? Hay un proyecto en el Parlamento que no ha salido por falta de recursos. ¿Es una prioridad esa para la Corte?

Algo hay que modificar. Yo no sé si es ese proyecto u otro. Hacia la informatización total vamos, eso es clarísimo. El problema son los recursos. Mi idea es extenderlo lo más que se pueda. Cada expansión requiere una capacitación especial. Eso requiere movilizar personas y tiene costo.

Se dio marcha atrás en la decisión de cerrar 20 juzgados de paz después de que varios legisladores y el Colegio de Abogados cuestionaron duramente a la Corte, ¿cómo se había llegado a esa decisión? ¿Qué va a pasar ahora?

Cuando se tomó yo no estaba en el país pero fue una decisión que después se dejó sin efecto. Además, no se había hablado de 20, fue un error administrativo que incluso si ve las actas del Parlamento surge claramente que no eran 20.

Se crearon un montón de juzgados penales para juicios y está habiendo muy pocos juicios. ¿Está previsto transformar juzgados para la violencia de género?

Algunos se han transformado porque hay realmente una estructura. El problema más claro es que no todos se pueden transformar. Es como que una ferretería vos quieras convertirla en una carnicería. Tenés que tener un local adecuado para eso. Una cosa es un juzgado penal y otro es de violencia doméstica. No es mala voluntad. En el proyecto del presupuesto se prevén un montón de juzgados de violencia de género, defensores, pero no hay recursos para nada. Se prevé y donde se ha podido se han hecho. 

No tiene sentido (la cantidad de juzgados penales), porque la gran mayoría de los casos se resuelven por proceso abreviado. 

¿Entonces es una posibilidad que se reestructure?

Es una posibilidad. Pero hay que ver el tema de los locales. 

Contó que hay denuncias por violencia de género y problemas en lugares donde no hay sedes. Por eso, va a tratar de hacer arreglos con compañías de transporte. ¿Cuál es la idea ahí?

Ya me reuní con Mónica Bottero de Inmujeres… Yo tengo como norma empezar a recorrer el interior. El año pasado fui a Colonia, San José y Mercedes. Cuando recorrí San José y fui a Ciudad del Plata vi que hay muchos casos de violencia doméstica. Después cuando estuve en Libertad me decían que la mayor parte de las mujeres cuando se las cita no pueden ir porque no tienen plata para el ómnibus. Me enteré que salen 100 pesos de ida y 100 de vuelta. Cuando volví se me ocurrió que la única posibilidad es conseguir algún acuerdo con las empresas de transporte para conseguir algunos pasajes. Se lo planteé a Bottero y quedó muy entusiasmada. Vamos a trabajarlo. Fondos para juzgados de violencia de género, no tenemos. 

En esas recorridas que hace, ¿va con algún otro ministro?

No, voy solo. La única que se ofreció fue la Dra. (Elena) Martínez y nunca combinamos con la agenda. La idea este año es terminar el país pero lleva su tiempo porque voy y hablo con la gente, primero me entrevisto con el Colegio de Abogados que es un actor fundamental para ver cuáles son los problemas.  

Se había decidido instalar tres juzgados. Eran tres juzgados y se logró uno en San Carlos.

Se van a instalar. Hay otro en vías de instalarse en Rivera y hay un tercero que estamos negociando. Va a ser en la zona de Paysandú.