Nueva duda ganadera: menos terneros, ¿a un precio mayor?

Consecuencia tardía de la sequía, la oferta será mucho menor, pero con mejor precio por kilo y más peso por animal.

La cría lleva años de estabilidad económica y en esta zafra esa estabilidad microeconómica se mantiene, con más costo para los compradores, ya sean invernadores a pasto o en corrales.

Punto de inicio cambiante

A esta altura de 2023 la zafra ya había empezado: había apuro por bajar carga y los terneros se vendían pequeños y lo antes posible, con un uso generalizado del destete precoz para aliviar a las vacas que habían parido en plena sequía.

La zafra de terneros 2024 está todavía por empezar con un mercado de reposición estable.

En los precios que publica la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG), el precio de los terneros medianos, de 140 a 180 kilos está en US$ 2,40, mientras un año atrás la referencia era de US$ 2,20.

Las últimas ventas por pantalla, influenciadas por la ola de calor de febrero y una cierta incertidumbre generada en ese momento, volvieron a un rango entre US$ 2,20 y US$ 2,30.

En los remates de la semana previa a Carnaval, con poca oferta de terneros livianos y animales predominantemente de más de 180 kilos, el precio promedio se situó en US$ 2,26 por kilo tanto en Plaza Rural como en Lote 21.

En Pantalla Uruguay una semana antes, con una situación más calma productivamente (31 de enero), los terneros se pagaron a US$ 2,37 por kilo, 7% por encima del valor de un año atrás.

Es factible que tras las últimas lluvias y si antes de mes vuelve a llover la referencia para los terneros medianos vuelva a US$ 2,40.

Es una zafra distinta a la anterior en términos temporales. La zafra de terneros 2023 se adelantó, obligada por la sequía, y puso en el mercado una oferta numerosa de animales con pocos kilos, especialmente en el norte del país. En contraste la de este año demorará. Con pasto en los campos los productores apostarán a poner más kilos y a demorar la venta todo lo que financieramente puedan.

Es también una zafra diferente en el tamaño de los animales ofrecidos. Mientras el año pasado se ofrecían terneros chicos y lo más chicos posibles, en esta será exactamente lo contrario. El productor venderá los animales lo más grandes posible.

Aunque no haya grandes diferencias de precios por kilo, si lo habrá en el precio por cabeza con animales que un año atrás se vendían con 120 kilos de peso y este año probablemente con 200 o más kilos.

El año pasado los campos estaban arrasados por la sequía. Este año en 80% del territorio hay una buena situación forrajera.

Son también dos zafras diferentes en  volumen. La parición de 2022 fue relativamente buena, en el eje de 2,9 millones de animales. Esta probablemente se ubique en algo menos de 2,7 millones de animales de los cuales buena proporción de los machos sale a la venta. En ambos casos la exportación en pie será protagonista y reducirá entonces la oferta que queda para los engordadores locales.

La demanda está. Los invernadores también tienen buenas pasturas que deben convertir en kilos de novillo. Los exportadores ya están buscando ganados para enviar en pie a Turquía y los recriadores tienen pasto para comer.

Los corrales de engorde miran de reojo en un año con granos más accesibles de precio aunque con la desventaja de que los frigoríficos dejaron de pasar precio por adelantado, que se espera que esté en el eje de US$ 3,80 por kilo para los novillos en la próxima ventana de cuota en mayo, pero mientras no haya un precio piso claro, costará que se vuelquen a comprar.

Por eso los precios de la reposición no se han diferenciado más nítidamente de los de un año atrás.

El precio del novillo es similar al de un año atrás, pero probablemente había una expectativa mayor un año atrás cuando se creía que China rápidamente se levantaría tras los encierros de la pandemia e impulsaría la cotización de la carne.

Eso no sucedió y lo que hay actualmente es una lógica de estabilidad que no permite suponer subas fuertes respecto a los precios actuales en el orden de US$ 3,45 por kilo de carcasa de novillo, lo que lleva a precios por kilo vivo de US$ 1,80.

La relación de reposición se ha ido poniendo más favorable a la cría y en la última semana el índice flaco/gordo trepó a 1,32. El valor del indicador bajó en forma sostenida desde el récord de 1,47 en setiembre de 2023 hasta 1,24 a principios de enero. Quebró la tendencia y volvió a subir, incluso por encima de los precios al alza del gordo en las primeras semanas del año.

En el mercado se habla de una reposición cara en relación al precio del ganado gordo.

“La relación se tendrá que ir ajustando porque si es muy favorable al criador los negocios no se concretan”, apuntó Ricardo Pigurina del escritorio Valdez y Cia e integrante de Lote 21.

Con la ecuación un poco más tirante para el invernador que en el comienzo de la zafra de 2023, los recriadores aprontan los ganados para poder venderlos con más kilos.

Se puede esperar que haya menos oferta y que la temporada se desarrolle de forma paulatina y espaciada, apuntó el presidente del consorcio Plaza Rural, Ignacio Aramburu.

Nadie tiene apuro por vender

“Con tanto pasto el productor va a demorar más en destetar”, dijo Aramburu, “las vacas están en muy buen estado y la mayoría del ganado preñado; los terneros van a salir más tarde a la venta, con muchos más kilos y a medida que el productor vaya precisando vender”.

“La zafra va a tener claramente una menor oferta al año pasado porque las preñeces la primavera pasada fueron bastante menores por la sequía”, afirmó Federico Jaso, del escritorio Jaso & Jaso y director de Pantalla Uruguay. “Habrá menos disponibilidad de terneros producto de la buena primavera verano, y terneros con un peso bien interesante”, agregó.

Oferta más acotada y con mayores pesos, entonces. ¿Y la demanda? “Ya vemos una exportación activa y con un horizonte de que van a estar operando durante todo el año”, anotó Jaso.

Este mercado de exportación pone un piso a los precios en plena zafra, que puede estar en el eje de US$ 2,30.

Las primeras terneradas livianas de la generación 2023 comenzaron a salir al mercado, pero van a ser pocos los animales de menos de 140 kilos. Muy pocos, y con una oferta espaciada, anticipa Aramburu.

El pico de oferta de la zafra estará entre abril y mayo, considera Jaso. Si bien es difícil aventurar valores, la firmeza del mercado estará respaldada por la oferta acotada y la puja entre invernadores y exportadores.

La brecha entre ternero castrado y entero tal vez no sea tan marcada como el año anterior cuando los enteros valían hasta 20 y 30 centavos de dólar más, consideraron distintos operadores.

Jaso señaló que cuando el ternero entero ya es pesado, arriba de 180 o 200 kilos, la exportación en pie se pone bien competitiva, mientras que “el ternero castrado liviano de 140 a 160 kilos el invernador puja por él y se lo quita a la exportación”.

La próxima zafra será abundante, porque el entore que está terminando en estos días llevará a un destete de aproximadamente tres millones de terneros y terneras. Pero para eso falta.

Hasta el otoño de 2025 los invernadores y productores de corral deberán pagar bien por los terneros, lo que asegura que el rodeo vacuno uruguayo mantendrá un buen volumen de vacas.

Los vaivenes climáticos y de mercados no altera la estabilidad del rodeo uruguayo.