Presidencia

OPP buscará que los privados inviertan más en investigación y no caiga todo en el Estado

El director de la dependencia, Isaac Alfie, aseguró a El Observador que el proyecto de incentivos en que se trabaja es totalmente "innovador" para Uruguay

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08 de junio de 2020 a las 05:00

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Al tiempo que el gobierno es consciente de la escasez de recursos y de la necesidad de reducir el gasto del Estado para el próximo Presupuesto quinquenal, desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) se trabaja en una propuesta para estimular una mayor relación de ida y vuelta entre el sector privado, la investigación en ciencia y el sector productivo.

En una coyuntura donde los científicos se han convertido en protagonistas de primera línea para combatir al coronavirus luego de que el presidente de la República, Luis Lacalle, apelara a un comité de expertos, la discusión sobre los recursos volcados a Investigación y Desarrollo (I+D) por parte del Estado ha vuelto a estar sobre la mesa.

A tal punto, que después del reclamo realizado por estudiantes, el primer mandatario resolvió dar marcha atrás y excluir del recorte presupuestal del 15% al Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba). En la actualidad, Uruguay destina aproximadamente en I+D casi 0,4% de su Producto Interno Bruto (PIB), cuando existe un reclamo de varios años que se ha convertido en consigna de llevarlo hasta el 1%.

En este contexto, la OPP trabaja en un proyecto que busque estimular la participación e inversión del sector privado en investigación.

El director de la dependencia, Isaac Alfie, dijo a El Observador que efectivamente se está avanzando en un proyecto en esa línea que no necesariamente buscará dar incentivos a través de exoneraciones impositivas. “Es totalmente innovador para el Uruguay”, se limitó a informar el jerarca. 

Desde el año 2007 la ley de reforma tributaria contempla las donaciones especiales para aquellas empresas contribuyentes de IRAE, que apoyen económicamente a diversas instituciones privadas u organismos públicos de diversos sectores. 

La ley establece que el 75% de la donación que se realiza se imputa directamente como pago a cuenta del IRAE. El 25% restante se computa como gasto de la empresa y, por lo tanto, deja de generar IRAE. Por esta razón, la empresa se ahorrará el pago del 25% de este 25%, que equivale a un 6,25%. Sumado al 75% implica que la exoneración tributaria para la empresa será del 81,25%.

MAURO PIMENTEL / AFP

En 2016 se limitó el beneficio fiscal que se concede cuando las donaciones son realizadas a entidades de educación terciaria e investigación privadas. En estos casos, se debe devolver hasta el 40% de la donación realizada y el restante 60% podrá ser descontado como gasto de la empresa a efectos fiscales.

La ley establece también un tope anual a las donaciones que las instituciones pueden recibir.

Un vínculo débil

Para la coordinadora académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República, Judith Sutz, la llegada de la pandemia a Uruguay demostró que en la academia local había “músculo” para enfrentar la situación, sobre todo para pensar los impactos y asociarlos desde el punto de vista sanitario, social y económico.

“Esta pandemia es sanitaria en una primera instancia pero tiene muchas caras y hay que encararlas todas. Para todas las caras el conocimiento es imprescindible y la acumulación previa es fundamental para poder dar respuestas”, aseguró.

Sin embargo, en comparación a países más industrializados Uruguay tiene un subdesarrollo en la interacción existente entre sector privado y las capacidades generadas por el mundo académico que les pueden ser útiles a las empresas. En los países más desarrollados suele ser el sector privado el que invierte más y contrata más investigadores, apuntó la académica.

De hecho, Sutz mencionó esta semana en Fm del Sol que en Uruguay en el entorno del 1% de los investigadores trabajan en el sector productivo, cuando la media en Europa es mayor al 50%. "Volvemos al tema de la demanda. Los investigadores uruguayos trabajan en la academia porque no tienen otra", aseguró.  

 "En los países que tomamos como modelo a seguir la inversión en I+D no corre sólo por cuenta del Estado" 

Judith Sutz

En esta línea, Alfie aseguró al semanario Búsqueda que en el mundo el 80% de los fondos para inversión en investigación y desarrollo son privados, no son del sector público. Pero, prosiguió, “no va a venir solo”.

“Hoy el país invierte más o menos medio punto del PIB en (en ciencia y tecnología). Los países maduros llegan a cuatro puntos más o menos, pero no pensemos que esos cuatro puntos tienen que venir del Estado. Sí puede haber mecanismos para incentivar a que los privados arriesguen”, dijo Alfie con respecto al proyecto en que trabaja la OPP.

Por su parte, Sutz  dijo a El Observador que el tema de los estímulos al sector privado es “muy complicado y a largo plazo”. La académica explicó que ha habido mecanismos desde hace décadas, pero han sido subutilizados, a la vez que coincidió en que “no es un tema de estímulo de plata”.

“Hay instrumentos que creo son bastante importantes como el de la deducción impositiva. Pero la pregunta que hay que hacerse es: ¿Para qué le sirve a una empresa el conocimiento? En otras partes tiene que ver con cosas más profundas, el entender que el que usa el conocimiento lo hace porque cree que le sirve. Las empresas uruguayas no invierten en la contratación de investigadores”, apuntó Sutz, aunque hubo casos en que sí ocurrió como cuando Laboratorios Santa Elena se convirtió en el primera productora de vacunas antiaftosa del país, ante la ausencia de oferta de parte de multinacionales del país.

Además, la empresa después de contratar a jóvenes provenientes de la Facultad de Ciencias provocó que el laboratorio abarcara posteriormente un mayor espectro que solo el veterinario.   

Sutz entiende que el sector productivo debería plantearse que necesidades tiene, para encontrar desde la otra parte ofertas de soluciones para las empresas.

Según la investigadora, al observar la cantidad de investigadores por millón de habitantes Uruguay está en una posición intermedia en América Latina, por debajo de Brasil y Argentina, pero por encima de Chile,Colombia y México. Sin embargo, al mirar los países de la OCDE la distancia es muy marcada. 

Ante esto y en línea con la positiva respuesta que hubo de parte de la ciencia ante la llegada del coronavirus al país, Sutz cree que puede convertirse en una “palanca de cambio” para que haya una mayor demanda del sector privado por los científicos y sus capacidades de resolver problemas. Esas soluciones deberán ser llevadas a la práctica por las empresas que son las que producen, aclaró.   

“Nos miramos a nosotros mismos y nos dimos cuenta de cosas que éramos capaces de hacer y no lo sabíamos. En la historia de Uruguay ha habido situaciones así, en las que se han construido con tecnología de punta no existentes en el mundo soluciones a medida para el país”, apuntó.

Comunicado por recortes

En una declaración conjunta la Udelar, el Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología, y la Academia Nacional de Ciencias, advirtieron este viernes que no es oportuno "recortar el apoyo financiero a las instituciones que hacen ciencia" y que el país no puede permitirse la erosión de las capacidades científicas "que tardan años en crearse, pero pueden ser destruidas rápidamente". 
"En Uruguay la ciencia se financia fundamentalmente con fondos públicos. La emergencia sanitaria ha puesto en evidencia la relevancia de construir ciencia en el país, fuertemente vinculada a redes internacionales, como sostén de soberanía y autonomía en las decisiones, para desarrollar soluciones a medida y cercanas, en los tiempos requeridos y acordes a nuestra realidad económica y cultural", se sostuvo en el comunicado. 

Además se afirmó que fue posible afrontar la crisis sanitaria -con calidad científica y académica- gracias a que se han construido "capacidades a lo largo del tiempo con los esfuerzos sostenidos en la formación y consolidación de equipos de investigadores e infraestructuras adecuadas". 
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