Otras Cumbres son posibles

Es necesario una cumbre en la que se atienda a los problemas reales del continente. Una cumbre donde, de verdad, se busquen construir puentes y derribar muros

Tiempo de lectura: -'

12 de junio de 2022 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

La IX Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles no pasó en forma anodina como suele ocurrir. Más bien fue una cumbre borrascosa como anticipábamos la semana pasada: chisporroteos, críticas, reproches y sobre todo falta de rumbo y de consensos básicos sobre temas importantes como la democracia en el continente. Sin esos acuerdos, en principios esenciales, es muy difícil lograr proponerse objetivos comunes, aunque sí se haya llegado a una declaración conjunta sobre refugiados y migrantes. 

Los problemas son varios. Como por ejemplo, el deterioro de la calidad democrática en América Latina, donde a Cuba se ha unido Venezuela y Nicaragua como regímenes que desconocen las libertades individuales y el funcionamiento republicano. En otros países, la tendencia al populismo de izquierda y de derecha dificulta el buen funcionamiento institucional. Muchos gobiernos siguen creyendo que su bienestar se edifica con créditos o donaciones de los países desarrollados. El peso de ello se pone, por supuesto, sobre los hombros de los Estados Unidos a los que al mismo tiempo se lo critica y se lo invita a retirarse con el viejo y manido “Yanquis, go home”. Frente a ello, es más importante la defensa o la no condena de los regímenes dictatoriales de América Latina bajo el manto de que el continente, desde el Rio Bravo hacia el sur, debe estar unido. Nada o poco se habla de libre de comercio entre los países del continente, que es la mejor forma de promover prosperidad sustentable. Es la forma de evitar esa continua migración hacia los Estados Unidos.

Otras Cumbres deberían ser posibles. Lo reclamó el presidente argentino Alberto Fernández en su dura crítica a Joe Biden. Empezó condenando el “bloqueo a Cuba” cuando se sabe que solo hay un embargo, injusto y rechazable pero que nada tiene que ver con el “bloqueo”. Cuba no está aislada y recibe turismo, comercio e inversiones del resto del mundo. Si Cuba es pobre es debido a su fracasado socialismo y no al embargo americano. El embargo solo sirve como excusa para que los dirigentes cubanos expliquen su rotundo fracaso. Y curiosamente también dijo que Venezuela sufría un bloqueo cuando es notorio que ello no es así.

Fernández también hizo referencia a los tres países excluidos diciendo que “el silencio de los ausentes nos interpela”. Quizá allí haya acuerdo porque a todos nos debe interpelar, no tanto la ausencia de los excluidos, sino la falta de respeto a los derechos humanos y garantías individuales en esos países. Ojalá que nos interpele esa situación dramática que se vive en esos tres países.

Por último Fernández dijo que “definitivamente hubiésemos querido otra Cumbre de las Américas”. Se refería a un formato en el cual el país anfitrión no tuviese la facultad de invitar a unos países si y a o otros no, norma que se estableció en la Cumbre de 2001 en Quebec. Y lleva cierta razón el presidente argentino. Otra Cumbre es posible. Una cumbre en la que los países miembros no desconozcan los principios democráticos de la Carta Democrática Interamericana. Una cumbre en la que se atienda a los problemas reales del continente. Una cumbre donde, de verdad, se busquen construir puentes y derribar muros como también dijo el presidente argentino. Y puentes tanto de lenguaje como reales. La Cumbre no debe ser el lugar de donde se critique a un presidente por lo que hizo o dejó de hacer su antecesor, que fue el reproche de Fernández a Biden por el supuesto apoyo de Trump al préstamo del FMI al gobierno de Macri. Otras cumbres son y deben ser posibles. Pero deben edificarse sobre el respeto mutuo. Deben edificarse sobre el apoyo a los principios democráticos. De lo contrario, será un gastadero de tiempo y recursos para encontrar un par de días en donde los muros prevalecen sobre los puentes. Si esa es la tónica, será preferible obviar estas Cumbres. De cualquier manera, son tan irrelevantes que pronto caen en el olvido.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.