La capitana del HMS Protector, Maryla Ingham

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Pingüinos, básquetbol a bordo y pescado los viernes: la vida en un rompehielos británico que recaló en Uruguay

Maryla Ingham es la primera capitana mujer del buque rompehielos HMS Protector
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31 de octubre de 2022 a las 15:28

Ya no nieva tanto en Inglaterra, así que la capitana Maryla Ingham agradece pasar navidad en la Antártida. O por lo menos eso dice, a días de zarpar, la primera mujer en comandar el buque rompehielos HMS Protector de la Armada Británica. El navío recaló en Montevideo y se quedó unas semanas; este jueves, sin embargo, partirá hacia su destino.

A lo largo de la historia hubo dos HMS Protector: el primero navegó desde 1936 hasta 1968; el segundo se construyó en 2001 y fue bautizado con ese nombre en 2013.

Ingham es la primera comandante mujer del buque, aunque ya tuvo el mismo rol en otras embarcaciones. En abril de este año comenzó sus tareas en el rompehielos y en abril de 2024 abandonará el cargo.  HMS Protector ha estado realizando diferentes misiones —una de ellas en el Caribe—, así que Ingham zarpará a Antártida este jueves por primera vez en su vida

El buque rompehielos HMS Protector con su capitana Maryla Ingham

El puerto de Montevideo, una escala habitual del buque, oficia esta vez de última parada para acondicionar la embarcación. Los días en los que estuvo en el país, Ingham —que se crio en Londres— aprovechó para caminar por la ciudad y sacar fotos a pedido de su madre, una "pionera en su propio campo". La orgullosa madre de la capitana tiene un título de grado en Geografía y una maestría sobre historia latinoamericana.

Ingham dice que el español de su madre es mejor que el suyo, por lo que este lunes condujo un recorrido por el buque –en el que participó El Observador– hablando en inglés. 

El buque, además de realizar algunas ayudas humanitarias, patrulla por la Antártida, mide la marea y la corriente, hace reportes de dónde hay hielo y hacia dónde se mueve.

De esta manera, vuelve más segura la navegación por una zona donde muchas veces pasan cruceros y barcos de pesca. La hidrografía allí todavía es muy precaria. Los mapas antiguos marcaban que en ciertos lugares había tierra, pero ahora el buque comprobó que en realidad había agua. 

Uno de las elementos de la Antártida que motivan a la capitana inglesa a realizar el viaje es la fauna: ballenas y pingüinos. El buque ayuda a contar éstos últimos con un dron, que, por otro lado, sirven de ayuda a los tripulantes para la investigación. Como algunos pingüinos necesitan de cierta temperatura, al calcular hacia dónde migran, desde el buque obtienen información sobre las corrientes y el impacto del cambio climático.

Asimismo, el barco traslada a científicos británicos de distintas universidades y colabora en lo que puede con la comunidad internacional. Tras su estadía en Montevideo, transportarán equipamiento hacia la Base Artigas que Uruguay tiene en la Antártida.

Sala del buque rompehielos donde suele haber reuniones

Escuela Naval y el estilo de Argimón

Este viernes, Ingham participó de un panel de "mujeres en liderazgo" junto a la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, y la embajadora británica en Uruguay, Faye O'Connor. "Quedé maravillada con el estilo de la vicepresidenta", asegura Ingham, que bromea con lo desarreglada que se sintió al lado de Argimón.

Asimismo, la capitana visitó la Escuela Naval, dio una presentación y mantuvo una discusión grupal con cadetes femeninas sobre el liderazgo y las aspiraciones profesionales. Ingham destaca que compartir el oficio borra las diferencias culturales; con cualquier otro marino tiene temas de conversación. Sin embargo, dice que especialmente disfrutó de hablar con mujeres, porque convive principalmente con hombres. Cuando el buque hace escala en algún país, ella a veces no quiere ver fútbol, sino visitar una galería de arte o —sonríe— ir a comer una torta.

En cualquier caso, Ingham dice que no cree que a su tripulación le importe si es hombre o mujer; solo si los lidera, los cuida y los alimenta. 

Justamente, en algunos sentidos, el HMS Protector brinda elementos de una vida normal: tiene gimnasio, televisión en vivo y hasta una cancha de básquetbol. Ingham se llevó también varios libros; en su mayoría sobre la Antártida. La vida allí es muy riesgosa.

En la tripulación hay un equipo de expertos en supervivencia en nieve. Si tienen que pasar toda la noche a la intemperie, hacen un pozo en el hielo y se mantienen cálidos allí. El oficial que acompañará a Ingham durante un tramo de su capitanía en el HMS Protector —porque tiene más experiencia— pasó una noche en un pozo junto a otras dos personas. 

Timón del buque HMS Protector

Él e Ingham se turnarán en el manejo del buque, mientras la capitana aprende a trabajar bajo las desafiantes circunstanciasAvanzar a través del hielo es un trabajo tan duro que a veces se tiene que hacer de una hora a la vez. 

En la vida a bordo muchas veces se pierde la noción de los días. Los tripulantes se dan cuenta que es viernes cuando comen pescado —como dicta la tradición inglesa— y que es sábado porque comen carne; muchas veces uruguaya

En febrero, el buque volverá a Inglaterra hasta retomar viaje. Ingham podrá visitar su hogar en Portsmouth donde vive con su esposo, también integrante de la Armada, y su perro. "Si me preguntan a quién extraño más...", dice la capitana y simula con sus manos una balanza, dejando espacio a la interpretación.

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