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Plan de ingreso básico de Brasil intenta estimular crecimiento e impulsar a Bolsonaro

La ayuda de emergencia de coronavirus reveló que millones de los más necesitados habían caído a través de la red de seguridad social

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13 de agosto de 2020 a las 15:31

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Por Bryan Harris

Cuando el gobierno de Brasil intentó distribuir ayuda de emergencia por el coronavirus a sus ciudadanos más pobres en abril, descubrió que millones de los más necesitados del país no estaban registrados en los datos oficiales de empleo o de beneficios.

Cuando el ministro de Economía, Paulo Guedes, se dio cuenta de que 38 millones de brasileños –incluyendo casi 10 millones de los más pobres– habían caído a través de la red de seguridad social, esto lo impulsó a anunciar un plan de ingreso básico.

La propuesta coincidió con las preocupaciones mundiales relacionadas con la pobreza y con la desigualdad acentuadas por la pandemia. Pero causó sorpresa en Brasil porque ni Jair Bolsonaro, el presidente de derecha, ni Guedes, un conservador en materia fiscal, habían mostrado mucho interés en la difícil situación de los pobres del país.

Sin embargo, la lógica de introducir un programa de ingreso básico es clara. Políticamente, un nuevo plan de transferencia de efectivo pudiera aumentar la popularidad de Bolsonaro entre los brasileños más pobres, los cuales no votaron por él en las elecciones de 2018.

Elogiando el plan, Bolsonaro dijo: "Podrás trabajar y, a fin de mes, si tus ingresos están por debajo del salario mínimo, tendrás un impuesto negativo sobre la renta. Recibirías el dinero en tu cuenta".

MAURO PIMENTEL / AFP
El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, junto al presidente Jair Bolsonaro en octubre de 2019

Aproximadamente 13.5 millones de brasileños –o el 6.5 por ciento de la población– viven con menos de US$2 al día, un nivel oficialmente clasificado como pobreza extrema. Millones más viven por encima de eso, pero aún en precarias circunstancias.

Después de que el gobierno comenzó a distribuir la ayuda de coronavirus, una encuesta de Datafolha mostró que el índice de aprobación del presidente entre los brasileños pobres había aumentado al 29% en junio, comparado con 22 por ciento en diciembre.

Guedes dijo que los pagos por el coronavirus deberían evolucionar hacia un programa de ingreso básico permanente llamado "Renda Brasil" (Renta Brasil), el cual uniría a varios programas de transferencia de efectivo existentes en un solo pago mensual ampliado.

"Cualquier brasileño que caiga, caerá en ‘Renda Brasil’", dijo Guedes.

En el aspecto económico, el plan de ingreso básico le brinda a Guedes la oportunidad de revitalizar su agenda de reformas más amplia de optimizar el gasto público, a la vez que estimula la economía a través de la ayuda financiera en efectivo.

"Un país como Brasil absolutamente necesita algo como esto", dijo Mario Marconini, un socio gerente de Teneo y exfuncionario del gobierno, refiriéndose a las extremas cifras de pobreza de Brasil.

"Para la gente del Ministerio de Economía, ésta es una oportunidad de revisar y renovar todos estos otros programas de transferencia. Y, políticamente, será una bendición para Bolsonaro. Eso ya lo estamos viendo", agregó Marconini.

La pregunta crucial es, sin embargo, cómo el gobierno tiene pensado pagarlo. Brasil se encuentra en medio de una grave situación fiscal, y se pronostica que la proporción de deuda frente al producto interno bruto (PIB) alcanzará el 98 por ciento este año. Mientras tanto, el gobierno está limitado por un tope al gasto y parece haber poca voluntad política en el Congreso para aumentar los impuestos.

Aunque aún no se ha anunciado formalmente una propuesta concreta, se anticipa que "Renda Brasil" amplíe el alcance de los planes existentes a 57 millones de personas, de 41 millones en la actualidad, mientras aumenta el beneficio promedio a R$232 mensuales (US$44), de R$190. El costo anual del programa pudiera alcanzar los R$52 mil millones.

Guedes cree que el programa puede ser fiscalmente neutral si él logra reemplazar una serie de otras transferencias de efectivo y otros subsidios, muchos de los cuales son ineficientes y propensos a la corrupción.

Entre los pagos que están por fusionarse se encuentra un plan de bonificación anual para los asalariados mínimos que le cuesta al tesoro casi R$20 mil millones al año. También es probable que se consolide un subsidio para medicamentos que le cuesta al gobierno R$2.5 mil millones al año, el cual es ampliamente utilizado por los brasileños adinerados.

"Técnicamente es posible hacerlo sin perjudicar las cuentas fiscales. Tenemos diferentes opciones para reducir los gastos como una forma de financiar ‘Renda Brasil’", dijo Gabriel Leal de Barros, un economista de BTG Pactual.

"Pero el problema es político. Tenemos que cambiar las reglas actuales y es ahí donde surgen los problemas políticos", él agregó.

Es probable que cualquier esfuerzo por reformar el sistema actual provoque intensas discusiones con el Congreso, el cual es menos sensible a las preocupaciones fiscales que el Ejecutivo. El Congreso está planeando su propia propuesta para un ingreso básico que llegaría a 120 millones de brasileños, una idea que, según De Barros, era insostenible dada la situación financiera del país.

Alessandro Vieira, un senador opositor que está coordinando la propuesta del Congreso, dijo que se financiaría mediante la reasignación de los presupuestos existentes, pero agregó que él no descartaría la posibilidad de aumentar los impuestos a los brasileños más adinerados.

"El número de brasileños por debajo de la línea de pobreza es inmenso, y es esencial crear un robusto programa social que garantice las condiciones mínimas para la supervivencia, y todavía más durante la pandemia", comentó Vieira.

Marta Arretche, la directora del Centro de Estudios Metropolitanos, dijo: "Existe una convergencia entre los intelectuales en cuanto a la necesidad de tener un amplio programa de ingreso básico en Brasil. Algunos abogan por un programa universal, otros por un programa focalizado. Pero no cabe duda de que tiene que ser masivo dado la magnitud de la pobreza de Brasil".

La propuesta de Guedes no carece de precedentes. Desde 2013, Maricá, una ciudad en el estado de Río de Janeiro, ha proporcionado un ingreso básico a casi una cuarta parte de sus residentes –cerca de 42,500 personas– pagado en una moneda especial que es sólo utilizable en la ciudad.

El plan local está financiado por regalías de la industria petrolera en alta mar, y los funcionarios han indicado que desempeñó un crucial papel en detener la propagación de covid-19 en su municipio.

"El ingreso básico fue fundamental para ayudar a las personas a cumplir con el confinamiento. Tenían el dinero para pagar sus alimentos y sus cuentas", explicó Magnun Amado, el secretario de desarrollo económico de la ciudad. "Ahora tenemos cifras estables de coronavirus. El brote está bien controlado".

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