“Producir cerveza en Uruguay es dos veces más caro que en Argentina”

En este marco, FNC apuesta a la innovación y a la tecnología para encontrar formas creativas de solucionar estas contrariedades. Muestra de esto es la implementación de Bees, una plataforma digital que permite monitorear entregas y crear pedidos y que ya tiene presencia en el 60% de sus clientes dentro de la capital. A continuación, un resumen de la entrevista entre Mountford y Café & Negocios.

Llegó a Uruguay el 1º de marzo del 2020, ¿cómo fue dirigir la operación en medio de tanta incertidumbre?
Llegué en el último barco antes de que cerraran las fronteras de Uruguay. Fueron casi dos años de pandemia con mucha incertidumbre y nos focalizamos en tres ejes: el cuidado de nuestra gente y su salud, en segundo lugar mantener la operación, que la rueda siguiera girando para nuestros proveedores, socios y distribuidores y el tercer punto: ser parte de la solución, no estar ajenos a lo que estaba pasando a nivel local y mundial para transitar de la mejor manera la pandemia. Así surgieron iniciativas como producir pan de harina de cebada para donar o hacer alcohol en gel por medio del proceso de elaboración de la cerveza. Fueron momentos en los que había que moverse con agilidad, estar cerca de la gente y preparado para reaccionar.

¿Tuvieron que tomar alguna medida en la producción por la pandemia?
Lo prioritario era que la rueda siguiera girando. Claramente, el consumo se frenó, las ocasiones de consumo desaparecieron por un periodo, pero no utilizamos el seguro de paro; mantuvimos nuestra dotación durante toda la pandemia y fue un esfuerzo muy grande porque los volúmenes bajaron.

¿Cuánto bajaron respecto a la prepandemia?
Arriba de dos dígitos.

¿Cómo está la situación financiera actual de la empresa?
Todavía no recuperamos los volúmenes prepandemia. Había mucha expectativa en la temporada y no fue buena, el arranque del año para una categoría como la nuestra fue duro. Más allá de la pandemia y la reactivación, el gran desafío es la competitividad de Uruguay. Hoy, producir cerveza en Uruguay es dos veces y algo más caro que producir en Argentina e incluso que Brasil. El gran desafío es cómo logramos competir con precios de marcas importadas con costos locales de producción superaltos. Si comparamos los costos en Brasil y Argentina con los de acá, es claro que estamos en un momento muy difícil para competir en precios.

De lo que se produce, ¿cuánto se vuelca al mercado interno y cuánto a la exportación?
Prácticamente no exportamos, es un volumen insignificante. Tenemos algo de Norteña y Patricia —nuestras marcas locales— que enviamos a Brasil, pero no exportamos prácticamente nada porque no nos dan los costos para hacerlo. Hoy los costos en Brasil y en Argentina son muy bajos, nos cuesta competir acá contra sus marcas, por lo que mandar producto se hace prácticamente imposible. Sí exportamos, como agroindustria, el 95% de la malta que producimos.

¿A qué responde esa falta de competitividad del país?
Hay una estructura de costo laboral, de energía, impositiva, sumada a las devaluaciones de los países vecinos, que ponen al país en una situación difícil para competir.

¿Se corre el riesgo de que la producción auruguay merme y se importe en su lugar?
Claro, eso siempre está latente. Cuando se empiezan a comparar los costos, hay mucha presión para buscar que la cuenta cierre. Hoy, en la situación actual tenemos que estar buscando constantemente soluciones y mejores maneras de hacer las cosas pero es algo que aprieta y nuestro principal desafío es cómo se achica esa brecha entre la producción nacional y la importación.

¿Ha disminuido la producción nacional por la importación?
Sí, FNC es la única compañía cervecera que produce nacionalmente y en los últimos años viene creciendo el segmento de importadas, y gran parte es producto de las diferencias de costos y de las devaluaciones de los países vecinos. De hecho, en los últimos cinco años la producción nacional cayó 8% frente a las importadas.
FNC ha abierto el juego a nuevos productos e incluso líneas de negocios. En su visión, ¿cómo han evolucionado los hábitos de consumo de los uruguayos? 
El consumidor viene evolucionando. Para el caso de la cerveza han ido apareciendo nuevas ocasiones, la cerveza empezó a tomar un rol en otros momentos, por ejemplo más de consumo personal para darse un gusto entre semana y eso ha hecho que se desarrollen otros calibres (latas o calibres individuales) y también variedades. Hoy hablamos de IPA, APA, Porter, Dunkel y eso va acompañando un desarrollo del paladar del consumidor, y nosotros como empresa siempre pendiente de escuchar tenemos que estar a la vanguardia innovando y acercando propuestas para satisfacer esas necesidades. La compañía no solo está apostando a la innovación con nueva cerveza, sino también a la inversión en tecnología. Hace seis meses lanzamos nuestra plataforma con distintas opciones para acercarles a nuestros clientes. Hay distintas categorías, teníamos cervezas y refrescos. Hace un año y algo lanzamos nuestro vino (Dante Robino) y hace poco agregamos fernet Branca. Esta plataforma de venta está en Montevideo en el 60% de nuestros clientes y tenemos pensado expandirlo a nuestra red de distribución. Es una facilidad para pedir y tener información que les permita maximizar sus ganancias. Queremos ser una solución para los clientes. 

¿Cuál es la cerveza más consumida en Uruguay?
Hoy es Patricia, pero a medida que pasan los años van apareciendo nuevas tendencias, como la de la salud, que en esta industria nos hace tener más opciones en cerveza sin alcohol (Pilsen), gluten free (Stella Artois) o cervezas con menos calorías.

¿Cómo ve la performance dentro del negocio de las cervezas artesanales? 
El desarrollo de las cervezas artesanales impulsó la categoría, lo veo como algo superpositivo. En comparación con otros países, el segmento sigue siendo chico. Venía en alza, pero imagino que ha sufrido producto de la pandemia. De todos modos, que se desarrolle la categoría es positivo porque hace que se sepa más del proceso, que haya más variedades y se diversifique el paladar. Nosotros tenemos opciones como Patagonia. En Uruguay el consumo de la cerveza artesanal frente al total debe ser alrededor del 2%.

¿Y cómo se comporta el consumo de vinos?
Hace un año y medio lanzamos en Uruguay los vinos de nuestra bodega en Argentina, Dante Robino. La etiqueta de cabecera acá es Novecento, y venimos con buena performance para el tiempo que lleva en el mercado. Con la bodega Cerro Chapeu hicimos algunas ediciones limitadas, como la que hicimos con la banda No Te Va Gustar. Todavía no representa mucho en el negocio, somos la tercera bodega prémium de Uruguay, pero aún es pequeño a nivel de volumen. La marca Novecento ya tiene un buen nivel de conocimiento.

¿Cuál es el principal foco del negocio hoy y qué inversiones tienen previstas para el futuro cercano?
Innovación y tecnología para lograr convertirnos en una plataforma. Hoy pasa por invertir en soluciones como nuestra plataforma Bees. Nuestras grandes inversiones van a estar muy enfocadas en eso.