Putin, Ucrania y la “teoría del loco” de diplomacia

Gideon Rachman

¿Habrá guerra en Ucrania? El único hombre que podría saberlo con certeza es Vladimir Putin. El presidente ruso ha ordenado el despliegue de tropas en las fronteras con Ucrania. La decisión final sobre la invasión será solo suya.

Pero, ¿cómo lo decidirá Putin? Eso depende de la versión del líder ruso en la que creas: Putin el Racional o Vlad el Loco.

La mayoría de los políticos occidentales creen en Putin el Racional. Alegan que, tras más de 20 años en el poder, el líder ruso es una persona conocida. Es despiadado y amoral. Pero también es astuto y calculador. Toma riesgos, pero no está loco.

Pero hay otros analistas que temen que el líder ruso se esté convirtiendo en Vlad el Loco. Piensan que Putin lleva demasiado tiempo en el poder y que se está volviendo cada vez más distante y paranoico. Su aislamiento durante la pandemia ha empeorado las cosas. Vlad escucha a un círculo peligrosamente pequeño de asesores nacionalistas.

Como prueba de que Putin el Racional se ha transformado en Vlad el Loco, algunos señalan la reciente afición del líder ruso a publicar largos ensayos nacionalistas sobre historia y cultura. En julio, publicó un artículo de 5.000 palabras sobre la "Unidad histórica de rusos y ucranianos", en el que describió la independencia de Ucrania como una aberración histórica.

El año anterior, Putin publicó un largo ensayo sobre los orígenes de la segunda guerra mundial, en el que sostenía que Gran Bretaña y Francia habían alentado deliberadamente a la Alemania nazi a atacar a la Unión Soviética. Estas apasionadas reflexiones sugieren que el líder ruso podría estar guiado cada vez más por la emoción y las teorías excéntricas.

La diplomacia occidental en torno a Ucrania sigue diseñada en gran medida para tratar con Putin el Racional. Emmanuel Macron, líder de Francia, viaja esta semana a Moscú para intentar razonar con Putin y llegar a un acuerdo.

Tanto EEUU como los europeos mantienen una política que podría describirse como de "disuasión más salidas". El objetivo es mostrarle a Putin que el precio de atacar Ucrania será demasiado alto. El ejército ruso sufrirá grandes bajas, la economía rusa se verá afectada por sanciones devastadoras y la nación rusa estará cada vez más aislada.

Junto con esta perspectiva poco atractiva, Occidente está intentando darle a Putin "salidas": opciones diplomáticas que le otorguen el prestigio de una gran potencia y la oportunidad de iniciar amplias conversaciones sobre la seguridad en Europa.

Las esperanzas de que Putin pueda hacer un cálculo racional para alejarse del conflicto han surgido de algunos de sus recientes comentarios. Su sugerencia de que EEUU está intentando deliberadamente incitar a Rusia a una guerra podría ser considerada la preparación del terreno para una desescalada. Después de todo, ¿por qué irías a la guerra si eso es lo que quiere tu enemigo?

Pero la suposición predominante en EEUU sigue siendo que la guerra es lo más probable. Esta opinión no se basa en lo que dice Putin, sino en lo que hace. En los últimos quince días, los estadounidenses han visto una intensificación del despliegue militar de Rusia. Les preocupa especialmente una nueva concentración de fuerzas en Bielorrusia, a sólo dos horas de viaje al norte de la capital ucraniana, Kiev. El obediente líder bielorruso, Alexander Lukashenko, está permitiendo que Moscú utilice su país como base para una posible invasión. Los rusos también están completando todos los preparativos logísticos necesarios para la guerra.

Los analistas militares creen que las fuerzas rusas podrían rodear o incluso ocupar Kiev con bastante rapidez, si se les ordenara. Pero quienes creen en Putin el Racional sostienen que el líder ruso sabe que una invasión a gran escala de Ucrania sería una locura. Creen que es más probable que Putin lleve a cabo una acción militar limitada; quizás confinada al este de Ucrania, donde ya existe un conflicto de bajo nivel entre el ejército ucraniano y las fuerzas prorrusas.

Una ofensiva limitada, diseñada para darles a los ucranianos un "golpe en la nariz", podría dividir en lugar de unir a Occidente, mientras los aliados riñen sobre la respuesta. El gobierno ucraniano podría desestabilizarse y caer. Y Rusia conservaría la opción de reconocer partes del este de Ucrania como repúblicas independientes. Todos estos movimientos podrían calificarse de arriesgados, pero racionales.

Pero si es Vlad el Loco quien dirige ahora el espectáculo, es posible que Rusia tome medidas mucho más radicales. ¿Qué tal si Putin se cree su propia propaganda? Una creencia apasionada en la "unidad de rusos y ucranianos" — combinada con una creencia paranoica de que EEUU está manipulando los acontecimientos en Ucrania — puede llevar al líder ruso a subestimar peligrosamente la realidad del nacionalismo ucraniano. Por ello, Putin podría no comprender plenamente el alcance de la oposición que encontrarán las fuerzas rusas, si intentan invadir y ocupar Ucrania.

Una última posibilidad es que Putin el Racional esté fingiendo ser Vlad el Loco. Fue Richard Nixon quien esbozó la "teoría del loco", cuando el presidente estadounidense les dijo a sus ayudantes que podría ser útil si los enemigos de EEUU pensaran que él estaba tan loco como para usar armas nucleares. Se dice que Putin está planeando ejercicios con armas nucleares de alto nivel en las próximas semanas, lo cual sería una táctica sacada directamente del manual del "loco". Pero la línea entre actuar como un loco y serlo es desconcertantemente fina.