Juan Samuelle

Rendimiento récord en trigo mejora el ánimo en la agricultura

La productividad en cebada también es muy buena, en ambos casos la calidad es óptima y el área de invierno puede afianzar su expansión

Tiempo de lectura: -'

28 de noviembre de 2018 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Si bien resta cosechar en más de la mitad del área de cultivos de invierno, las labores concretadas permiten avizorar un rendimiento récord en trigo, próximo a 4.000 kilos por hectárea –superando la marca de 3.700 kilos de 2015/2016–, y uno también positivo en cebada, aunque tal vez no récord.

Esteban Hoffman, docente en el área del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República y director de Unicampo, tras expresar eso a El Observador admitió que mejoró el ánimo en el agricultor y que si bien eso no se traducirá en un área mayor en la zafra de verano que ya está en marcha, sí permitirá márgenes muy interesantes, dados los precios de referencia, y pensar en un área de invierno con un nuevo crecimiento para 2019/2020.

El actual, dijo, fue un año muy bueno en lo climático, con condiciones favorables durante el invierno y la primavera que generaron, salvo en situaciones puntuales, un marco ideal para las labores siembra, desarrollo del cultivo y cosecha. Incluso ahora, en el cierre del ciclo que es uno de los momentos críticos, hubo condiciones muy buenas en factores clave como radiación solar, temperatura y disponibilidad de agua.

Juan Samuelle

En el caso de la cebada la trilla podría aproximarse a mediados de esta semana al 50% del área sembrada. Se avanza lento, lo que se explica porque hay muy buen rendimiento y las cosechadoras cargan mucha producción de cada chacra y además se acciona de tal modo de minimizar las pérdidas de granos.

Tras remarcar que “va a ser muy bueno el resultado de la zafra”, precisó que llama la atención que se aprecia una amplia variabilidad de resultados. Los hay excepcionales, incluso de chacras dónde todos los factores que inciden fueron positivos y se han logrado hasta 7.500 kg/ha, pero también hay resultados buenos, sobre todo comparados con los años previos, aunque se esperaba encontrar niveless mínimos mejores.

Hoffman celebró que este año haya casos de “súper rendimientos, nunca vistos en Uruguay, con 6.000 kilos, 7.000 y más, pero en chacras bien rotadas con pasturas, muy cuidadas, en los mejores suelos del país”, donde se realizaron todos los manejos dependientes del agricultor adecuados y además ayudó mucho lo óptimo del factor climático.

También subrayó que, además de la cantidad, “también la calidad es muy buena”, indicando que cuando coinciden este año cantidad y calidad “es consecuencia de chacra, más historia, más manejo, más clima”.

Dijo, por otra parte, que en esos casos se percibió el aporte valioso del cambio de actitud en el manejo del nitrógeno, “evitando lo que nos pasó en 2015/2016, cuando tuvimos buenos rendimientos pero problemas de proteína”.

En el caso del trigo, precisó, no está tan avanzada la cosecha, que se ambienta más tardíamente cada año, incluso se estará recién en el orden del 30% del área, estimó.

Volviendo a considerar eventuales rendimientos promedios a nivel nacional, dejando de lado los logros excepcionales y algunos muy bajos que por distintos factores suceden, “el rendimiento piso de la zafra va a estar mucho más arriba que en la zafra pasada”. Eso es una buena noticia. Lo no tan bueno es que algo pasó para que productores que están logrando 3.500 a 4.000 kilos, algo que los tiene contentos, tengan rendimientos tan lejos de los de punta en un año tan favorable.

Señaló que hubo algunas dificultades puntuales que incidieron en la cebada, como picos de calor a fin de agosto, problemas de baneo y/o el exceso hídrico de fin de setiembre e inicio de octubre que derivó en muchos casos de plantas volcadas y el consecuente problema de llenado de grano y afectación por lo que los pájaros comen con ese estado.

“Este año, si no sucede nada extraño, es muy probable que el trigo tenga un rendimiento récord en torno a esa barrera que ha sido infranqueable en Uruguay, los 4.000 kg/ha”, dijo Hoffman, que añadió que en el caso de la cebada “tengo dudas, hay rendimiento espectaculares, pero no está tan claro el probable promedio nacional, capaz no llega a esos 4.000 kilos”, explicó.

Juan Samuelle

Perspectivas para la soja

En relación a los cultivos de verano, con la soja de primera casi totalmente instalada en las chacras, Hoffman duda sobre si este año se llegará al millón de hectáreas, tras la mala campaña 2017/2018 por factores climáticos y la falta de estímulos claros en lo relacionado con el precio.

Sobre si el buen ánimo que se instaló por lo favorable de la campaña de invierno, precisó que sucede luego de varias campañas adversas –por motivos biológicos y/o de precios– y que, además, el área de soja segunda que es lo que básicamente resta plantar no incide mayormente en el área global de la oleaginosa estival.

Dada la coyuntura, el maíz ni el sorgo le quitarán mucha área a la soja en las siembras de segunda que se realizan donde se cosecharon cultivos de invierno, pero que de todos modos si se hace algo más de soja de segunda “no moverá mucho la balanza”.

Expresó que la clave del descenso en el área de soja está en la caída que ha tenido el área de soja de primera, con una tendencia de estabilidad o leve ascenso en la de segunda, de la mano de un reciente avance en el área de invierno.

A propósito, Hoffman admitió que el buen resultado de la actual campaña de invierno, que va más allá de los cereales e involucra a lo logrado con colza y carinata, no incidirá en lo inmediato en un área de verano mayor, sí en que la financiación aparezca con un poco más de fluidez y, eso sí, que es muy posible avizorar que si no hay contratiempos inesperados el crecimiento que hubo este año en el área de invierno, estimado a nivel oficial en un 10%, puede reiterarse el año que viene aunque en un porcentaje que es difícil pronosticar.

Juan Samuelle

El área de invierno creció en torno a un 10%

El área de cultivos de invierno se ha ido achicando tras estar en 490 mil hectáreas en 2015/2016 (a inicios de este siglo superaba las 700 mil has). En la campaña pasada se ubicó en 419 mil has y este año, cambiando la tendencia, se expandió para llegar a 460 mil has, según datos oficiales, relevados en la Encuesta Agrícola Invierno 2018, realizada por técnicos la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. En la misma, comparando los ejercicios de 2017/2018 y el que está en curso, al influjo de valores por los granos que se han recuperado en los mercados, el trigo avanza de 193 mil a 204 mil has, la cebada de 153 mil a 172 mil has, la colza se mantiene en 53 mil has y la avena pasa de 20 mil  25 mil has, por mencionar los rubros principales.

Los últimos números de la soja
En la última campaña de verano la soja ocupó 1.098.600 has (68% soja de primera y 32% de segunda) y se logró un rendimiento muy bajo, por factores climáticos, apenas 1.214 kg/ha. La soja explicó el 91,6% del área de verano y el resto correspondió a maíz (6%) y sorgo (2,4%).
Juan Samuelle
CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.