Forzada por las sanciones económicos y su exclusión de la Sociedad de Intercambio Internacional Interbancaria de Comunicaciones Financieras (SWIFT, por sus siglas en inglés), Rusia concretó su primer pago en rublos de deuda externa contraída en moneda extranjera, según anunció el Ministerio de Finanzas del país. Se trata de unos 12.510 millones de rublos –equivalentes a 235 millones de dólares– en concepto de intereses de eurobonos con vencimiento en 2027 y 2047 que transfirió al Depósito Nacional de Liquidaciones de Rusia (NSD, por sus siglas en inglés).
De esta forma, y según la normativa aprobada el miércoles por el presidente Vladimir Putin, Moscú consideró cumplido el pago de los títulos emitidos bajo legislación extranjera. Los fondos, según estableció Rusia, se mantendrán en cuentas especiales hasta que los inversores demuestren ser titulares de los papeles, luego de lo cual podrán solicitar el permiso para convertir y repatriar los fondos, comunicó el Ministerio de Finanzas.
Según el texto, los inversores que opten por utilizar el mecanismo financiero diseñado por Moscú para eludir las sanciones de Estados Unidos y otros países deberán presentar un consentimiento por escrito y renunciar a cualquier demanda futura. Por el momento, las agencias especializadas en temas financieros señalan que no está claro si el circuito para reducir el riesgo de sanciones será utilizado también para pagarle a inversores extranjeros.
En lo inmediato, y aunque mañana opera un nuevo vencimiento, los bancos y agentes bursátiles de Europa y Wall Street tienen el ojo puesto en el período de gracia que vence el domingo por la noche para pagos no realizados desde finales de mayo. Se trata de unos 100 millones de dólares trabados debido a las sanciones. Si Rusia no consigue alguna forma de pagar el vencimiento entraría en default. El objetivo de Joe Biden, de convertir a Rusia en un paria financiero, choca contra el interés de los inversores.
Por lo pronto, el gobierno de Putin ha manifestado su voluntad de pagar y señalado en más de una ocasión que tiene recursos para hacer frente a sus obligaciones, además de enfatizar que no ha podido hasta el momento cumplir con los plazos debido a que le han cortado las vías para transferir dinero al exterior. De allí que Rusia ofrezca a los tenedores de sus eurobonos abrir una cuenta en dólares o euros en su tercer mayor banco, Gazprombank, y una segunda en rublos.
El mes pasado, cuando Estados Unidos permitió que expirara una licencia que permitía a Rusia pagar su deuda externa en dólares, Rusia respondió que pagaría en rublos, una medida que muchos de sus acreedores podrían ver como un default.
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