¿Saneamiento o limpieza? Perdieron los dos

Los ediles son gente en su mayoría desconocida, con una parcela de poder muy pequeña, porque así lo prevé incluso el sistema electoral, que le da la mayoría absoluta de la Junta Departamental al partido del intendente. Su trabajo casi siempre es testimonial.

Por eso, que los asuntos departamentales lleguen a ser el tema de la semana es muy difícil. Solo se da cuando intervienen figuras de proyección nacional (generalmente mandatando a los ediles) o cuando la intendencia necesita mayorías especiales.

Eso fue lo que ocurrió esta semana con el fracaso del préstamo que la Intendencia de Montevideo negociaba con el BID, y que por exceder al actual periodo de gobierno debía ser aprobado por una mayoría especial de dos tercios, lo que hacía por fin relevante a la oposición.

Lo que siguió fue una sucesión de estrategias nacionales aplicadas a la ciudad. O más bien, de liderazgos nacionales moviendo las fichas de los ediles.

El tema no llegó al escándalo de Canelones y el edil blanco rebelde, en gran medida porque en Montevideo la oposición logró mantener un mínimo de unidad para evitar que el proyecto prosperara. Pero también porque, durante muchos meses, las dos líderes montevideanas más importantes, Carolina Cosse y Laura Raffo, se sentaron a negociar. 

Mientras el proyecto de la intendencia repartía los US$ 70 millones de fondos entre limpieza y saneamiento (el original preveía, a grandes rasgos, 45 millones para limpieza y 20 millones para saneamiento), los blancos, liderados por Raffo, pretendían usarlo en su mayoría para saneamiento (50 millones) y solo 20 millones para limpieza, en el entendido de que el dinero invertido en ese concepto sería para camiones que no iban a durar más allá de este período de gobierno.

En el medio se metió el ministro de Ambiente, Adrián Peña, quien con una carta ordenó a los dos ediles de Ciudadanos votar a favor del préstamo, e indirectamente intentó presionar a los otros ediles colorados, ya que el proyecto necesitaba tres votos opositores. No lo logró ante la cerrada negativa de Batllistas, la misma que el Partido Nacional y el Partido de la Gente. 

Podrá discutirse la estrategia, podrá ponerse en cuestión si le sirve o no para ganar algún voto, que está cargando con la molestia de sus correligionarios y de los socios de la coalición, pero, en una política en que nadie quiere ser padre de la derrota, al menos la postura de Ciudadanos se salió del molde.

En definitiva, la oposición le cerró el camino a una victoria política para una de las potenciales candidatas presidenciales del FA en 2024, luego de no lograrlo con otro de los presidenciables, Yamandú Orsi. 

Sin embargo, más allá de esa pequeña victoria, dejó planteada la pregunta de si también ellos podrían haberse salido del molde: visto que la derrota estaba consumada y no podrían imponer su visión, ¿por qué no asegurar el saneamiento que pretendían para al menos un porcentaje menor de vecinos de Montevideo? 

El bando de Cosse también tiene preguntas por responder: si en el medio de las negociaciones encontró espacio presupuestal como para contraofertar hacer más obras de saneamiento por fuera del préstamo, ¿va a usar ese dinero de todos modos para saneamiento, aunque el fondo del BID no haya salido?

Unos y otros acusaron de lo peor a sus adversarios en estas horas en las redes. Pero otra vez, pensando en la alta política, perdieron los dos.