Tasas de créditos hipotecarios trepan en Estados Unidos al mayor nivel en 22 años

La tasa fija a 30 años creció 10 puntos básicos en las últimas dos semanas, llegando al 7,41%, un nivel que no se registraba desde el año 2000. En forma paralela, el índice de solicitudes de compra de viviendas totalizó 144,8 puntos, lo que representa una de los peores registros en décadas.

El indicador, elaborado a partir de una encuesta, se publica semanalmente desde 1990 y cubre más del 75% de todos los pedidos de hipotecas residenciales registrados en el país.

Las hipotecas son la principal forma de financiamiento a la hora de comprar una vivienda en Estados Unidos, y se encuentran directamente impactadas por la suba de las tasas de interés dispuesta por la Reserva Federal (FED) con el objetivo de frenar la inflación.

Aquellos que pueden afrontar las elevadas tasas se ven también perjudicados, pues la suba de tasas llevó a muchos propietarios a retirar sus viviendas del mercado, restringiendo la oferta y elevando todavía más los precios.

De acuerdo con el último reporte de MBA, el precio promedio de una vivienda a estrenar se sitúa en US$ 430.300, por encima de los niveles pre-pandemia, al tiempo que, en otro reporte, en este caso de Standard & Poor’s, los precios de las unidades subieron por sexto mes consecutivo, acumulando un avance del 5,3% entre diciembre y julio.

De esta forma, los precios llegaron a un nuevo récord, tras borrar la caída del 5% registrada entre junio del año pasado y enero último.

Las mayores subas fueron en las ciudades de Chicago, Cleveland y Nueva York, mientras que las principales bajas se situaron en Las Vegas y Phoenix. Según la entidad, “las firmas constructoras comenzaron a ofrecer diversos incentivos para atraer compradores, pero los resultados son limitados cuando los costos del crédito son tan altos”.

La venta de nuevos hogares unifamiliares cayó 8,7% mensual en agosto a una cifra interanual ajustada por estacionalidad de 675.000 hogares, lo que representó la mayor caída en casi un año, según informó la Oficina de Censos del país.

Según los analistas, se espera que el panorama no varíe en el corto plazo teniendo en cuenta el presidente de la FED, Jerome Powell, dejó en claro que las tasas de interés de referencia, más allá que se termine aplicando o no una suba más, continuarán altas por un tiempo, ocasión en la que descartó recortes en el corto plazo.

Además de la potencial desaceleración, fruto de un endurecimiento de la política monetaria que presagia una recesión técnica, el país se enfrenta por estos días a una posible suspensión de las actividades habituales de los órganos de gobierno y las empresas federales, de no llegar republicanos y demócratas a un acuerdo en el Congreso sobre el presupuesto federal.

El cierre llevaría a millones de trabajares a quedarse temporalmente sin empleo, mientras que las empresas privadas contratistas del estado federal podrían perder US$ 1.900 millones por día si se corta el financiamiento a partir del 1° de octubre, y cerca de 1,3 millones de empleados de las fuerzas armadas y 2 millones de empleados civiles no recibirían ingresos mientras dure la cesación de pagos.

Por otra parte, provocaría una pérdida semanal de 0,2 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno (PBI) anual que, si bien se recuperaría en gran parte luego de restaurarse el financiamiento, tendría como consecuencia “un impacto moderadamente negativo por la actividad económica que no se realizó y la incertidumbre”, según un análisis de la banca de inversiones Goldman Sachs.

“La demanda de los compradores sigue superando a la oferta, lo cual crea una mayor presión sobre los precios que deben pagar las familias por una vivienda, en momentos en que los costos de las hipotecas representan cada vez una mayor porción de los ingresos de los hogares”, sintetizó en un comunicado Danelle Hale, economista de la plataforma de bienes raíces Realtor.com.

(Con información de agencias)