AFP

Tras un peligroso viaje al norte, los migrantes haitianos enfrentan un futuro incierto

La llegada de miles de migrantes a la frontera de Texas con México ha sido recibida con medidas represivas

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30 de septiembre de 2021 a las 17:43

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Christine Murray and Gideon Long

Miles de migrantes haitianos han soportado viajes infernales desde América Central para llegar a México y EEUU, sólo para enfrentar posibles deportaciones, la falta de acceso a visados y un futuro incierto.

Más de 14 mil migrantes, muchos de ellos procedentes de Haití, acabaron en un campamento temporal en la frontera de Texas, desde donde cruzaban regularmente a México para comprar alimentos. Las imágenes de los agentes de la patrulla fronteriza estadounidense a caballo enfrentándose a los inmigrantes provocaron indignación, incluso por parte de Joe Biden, el presidente estadounidense, quien las calificó de "horribles" y "más que bochornosas".

La repentina atención que se le presta a una crisis que se ha estado gestando durante mucho tiempo se ha convertido en una crisis política para la administración Biden, la cual ha sido criticada tanto por los demócratas, quienes han denunciado el hostil trato a los inmigrantes, como por los republicanos, quienes dicen que las políticas de la Casa Blanca han animado a la gente a emprender el difícil viaje.

El debate en el seno de la administración sobre cómo abordar la crisis salió a la luz esta semana, cuando Daniel Foote, enviado especial estadounidense a Haití, dimitió por lo que calificó de trato "inhumano" a los haitianos. Esto provocó una reprimenda pública del Departamento de Estado, el cual dijo que Foote había descrito de forma errónea las circunstancias de su dimisión.

A medida que aparecen más migrantes en la frontera sur de EEUU, los activistas dicen que es más difícil solicitar asilo. Las regulaciones introducidas durante la pandemia les permiten a los agentes devolver inmediatamente a quienes cruzan la frontera. El gobierno estadounidense dijo el viernes que todos los migrantes habían sido desalojados del campamento, y que 2.000 habían sido deportados a Haití.

Dana Graber Ladek, jefa de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU en México, dijo que la expulsión de los haitianos era particularmente preocupante, pues muchos habían dejado su país de origen hace años. Muchos quizás ya no tengan lazos familiares y enfrenten la inestabilidad política, la inseguridad y la falta de oportunidades, dijo.

"Tenemos que entender la naturaleza de esta migración", le dijo al Financial Times. "Son personas que simplemente están buscando una vida mejor para ellos y para sus hijos".

En los años posteriores al devastador terremoto de 2010 en Haití, en el que murieron más de 200 mil personas, decenas de miles de personas abandonaron el país y se dispersaron por América del Sur, a menudo en Chile y Brasil.

Después de que se agotaron las oportunidades de trabajo, muchos se dirigieron a México en los últimos meses, realizando un peligroso viaje a través de varias fronteras. Los migrantes viajan primero hasta el norte de Colombia, donde hay unos 19 mil haitianos que esperan una travesía en barco que los deje cerca de Panamá.

Haitianos en Santo Domingo, República Dominicana, en las oficinas de identificación

Los presidentes de Costa Rica, Panamá y República Dominicana expresaron el miércoles en una carta su profunda preocupación por la crisis en Haití y su impacto en la región, y le pidieron ayuda a EEUU, la ONU y la UE para encontrar soluciones estructurales.

Cuando empezaron a llegar más migrantes en agosto, los ministerios de Relaciones Exteriores de Colombia y Panamá acordaron que sólo se permitiría el cruce de 500 migrantes al día, utilizando dos servicios de embarcaciones locales. La playa de Necoclí, Colombia, que se ha convertido en un cuello de botella para los migrantes, está repleta de tiendas de campaña.

"Nos preocupa que vayamos a tener una crisis sanitaria entre manos y no tengamos capacidad de respuesta", dijo Jorge Tobón, alcalde de Necoclí.

Desde ahí, los emigrantes emprenden la parte más peligrosa del viaje: una caminata de varios días a través del Tapón del Darién en Panamá, una selva en la que abundan las pandillas, los ríos traicioneros, las serpientes venenosas y en la que no hay carreteras ni señal para teléfonos celulares.

"Fue algo trágico", dijo Joseph, quien salió de Haití en 2015 y recientemente viajó al norte desde Chile, en referencia al Tapón del Darién "Hay cosas que uno no quiere ver dos veces: gente muerta; lugares inseguros en los que te ves obligado a dormir".

Incluso si los migrantes atraviesan América Central, enfrentan medidas represivas anti-inmigrantes en México, que ha intensificado las deportaciones y ha desplegado la guardia nacional para intentar contener a los migrantes.

Tres veces más haitianos han solicitado la condición de refugiados en México este año que en 2019 o 2020. Menos de un tercio de las personas cuyos casos se han resuelto este año obtuvieron el estatus de refugiado, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), la agencia estatal mexicana de ayuda a los refugiados.

Un migrante haitiano, Jean-Louis, intentó conseguir un permiso de residencia a través de la COMAR cuando llegó a Tapachula, ciudad cercana a la frontera entre México y Guatemala, después de un viaje a través de nueve países, donde vio ahogarse a compañeros migrantes y fue asaltado por pandillas. Se le denegó el permiso y dijo que iba a apelar.

A pesar de esto, no tiene intención de regresar a Haití, el cual abandonó en 2017. "El país está en una situación muy complicada, como Afganistán", dijo el hombre de 42 años sobre su país de origen. "Quiero quedarme en México. No tengo familia en Haití", dijo desde Tapachula.

Yuriria Salvador, coordinadora de cambio estructural en el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, en Tapachula, dijo que la organización había visto un gran aumento en el número de haitianos que buscan ayuda. En México, sufrieron racismo y vivieron en condiciones de hacinamiento con acceso limitado al agua, dijo.

A pesar de las expectativas de un enfoque más indulgente hacia la migración, tanto el gobierno mexicano del presidente Andrés Manuel López Obrador como la administración Biden han mantenido muchas de las mismas prácticas de sus predecesores.

"Había muchas expectativas de que pudiera haber una visión mucho más humanista", dijo Salvador sobre el gobierno de México. "No hubo un cambio de políticas ni aquí ni en EEUU".

En una conferencia de prensa, López Obrador dijo que no quería que México se convirtiera en un campamento de migrantes. Dijo que EEUU debería apoyar el desarrollo en América Latina y que la ONU debería intervenir para ayudar a Haití.

Joseph lleva seis semanas esperando su entrevista en Tapachula para obtener el permiso de residencia de la COMAR. Cuando lo consiga, no le importa el lugar donde le permitan vivir en México, pero le gustaría que el trámite fuera más rápido.

"El dinero que teníamos para comer se está acabando", dijo. 

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