Leonardo Carreño

"Tupas" y "latas", una raíz común de la izquierda que el nuevo mapa del FA polariza

Casi 60 años después de la ruptura de Sendic con el Partido Socialista, y tras varios encontronazos en la última década, el nuevo mapa del FA deja casi en las antípodas al partido más añejo de la izquierda y al MPP

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02 de octubre de 2022 a las 05:00

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Un fallido asalto a Funsa el 22 de diciembre de 1966 obligó a tomar refugio. Raúl Sendic envió de apuro a “los porteños” –como se conocía a los escindidos del grupo argentino nacionalista Tacuara– a tocar las puertas a militantes del Partido Socialista. Los “latas”, que en algunos casos no distinguían más que rostros desconocidos, pidieron instrucciones. En la urgencia, el Ejecutivo partidario fue tajante: solo se daría asilo a los compañeros conocidos. 

El episodio, recreado por el profesor de historia Fernando López D’Alessandro en el libro Vivian Trías, el hombre que fue Ríos, aceleró el creciente divorcio entre la colectividad y el Coordinador clandestino. El “Bebe”, Jorge Manera y Julio Marenales, pilares para la formación del Movimiento de Liberación Nacional (MLN)-Tupamaros, renunciaron al Partido Socialista esa Navidad de 1966

Casi 60 años pasaron desde esa ruptura, y “latas” y “tupas” se han sacado chispas varias veces dentro de la izquierda, aunque ambas identidades encuentren a menudo raíces comunes. El nuevo mapa dentro del Frente Amplio, no obstante, vuelve a polarizar los perfiles entre dos actores claves en la hoy oposición –y hasta invierte los roles en cuanto a radicalidad–, mientras la fuerza política enfila su camino hacia 2024.

La hasta ahora primera fuerza del FA –con cinco senadores y 24 diputados– aparece en un “paradójico” punto medio en la coalición izquierdista. Alineado tras la figura del intendente canario Yamandú Orsi, el MPP toma las riendas de un diálogo aperturista que incluye a sectores de los partidos oficialistas, y encuentra en el presidente frentista, Fernando Pereira, un aliado. 

Los socialistas, en tanto, apuntan a revitalizar una corriente “auténtica”, fiel a los postulados ideológicos, que marque distancia del MPP, seregnistas y hasta del Partido Comunista, con un discurso radical que reclama “poner el foco en hablar con la enorme mayoría de la sociedad, no con los dirigentes de los partidos que sustentan el modelo de la desigualdad”. En esos términos lo ha planteado el secretario general Gonzalo Civila, en una línea que llevó a los “latas” a criticar públicamente a Fernando Pereira por juntarse con los líderes de la coalición para “bajar la pelota”. 

Orsi se desmarcó de esa postura, y planteó que el comunista Mao Zedong y el nacionalista Chiang Kai Shek supieron "coordinar ante un enemigo común" (la invasión japonesa) antes de retomar la guerra civil de la que "surgió la China moderna". "Si eso nos enseña la historia, más en un régimen democrático, no conozco otro camino que el intercambio –además de discutir duramente cuando lo tenemos que hacer–. Va más allá del dicho de que "lo cortés no quita lo valiente". Es sentirnos parte de un colectivo que se llama República Oriental del Uruguay que se construye desde la diversidad", declaró a El Observador

Así lo dijo en un acto en Florida en que el MPP invitó al intendente blanco Carmelo Vidalín, y en que ambos bandos se intercambiaron elogios por acortar la brecha partidaria. Tan solo unas horas antes los “latas” y sus aliados –como el Partido por la Victoria del Pueblo y Casa Grande– habían declarado públicamente que el FA no puede “concertar estrategias” con quienes “gobiernan de espaldas al pueblo”, en alusión a la reunión con Cabildo Abierto a instancias de Guido Manini Ríos. 

La contradicción entre el más que centenario Partido Socialista –conducido por un "ortodoxo" como Civila– y un MPP que históricamente ha sido pragmático –más ahora desde la primera línea para recuperar el gobierno– queda evidenciado en las palabras del senador socialista Daniel Olesker que, pese a ser un exponente del ala encarnada por la secretaría general, también militó en filas tupamaras a la salida de la dictadura. 

El economista dijo en el libro "El Partido Socialista de Uruguay desde sus orígenes hasta nuestros días" –en un fragmento a cargo de Adolfo Garcé y Damián Recoba– que su "principal diferencia con la generación joven (del PS) está en la valoración sobre el MPP". "Es el grupo dentro de la izquierda con el que yo tengo más coincidencias", confesó en una entrevista del 2021, aunque también adujo razones sentimentales: "Una vez el viejo Julio Marenales me dijo: 'se podrá ser del MLN o no, pero tupamaro se es toda la vida'". 

La colectividad más vieja de la izquierda fue por años el punto medio en la puja entre el mujiquismo y el astorismo. Los autores ilustran la constante tensión en las raíces de dos históricos socialistas como Emilio Frugoni –el fundador– y Vivian Trías: "El alma de Frugoni (racionalismo, crítica de la política criolla) los alejó de Mujica y los acercó a Astori. El alma de Trías (la sensibilidad nacional y popular, la inclinación hacia cambios radicales) los alejó de Astori y los acercó a Mujica". 

Nicolas Garrido
Mujica ha protagonizado varios de los encontronazos con el PS en los últimos años

En entrevista con El Observador, Civila aseguró que hay "buen diálogo" entre ambos sectores, siendo "notorias las coincidencias y las diferencias". El diputado matizó que estén más lejos de los emepepistas "en el marco de un gran acuerdo estratégico como el Frente Amplio": "Tenemos la convicción de que hay una expresión política de ideas distintas a las del MPP, el PCU y el bloque progresista. Son ideas propias de la tradición socialista", sostuvo. 

Mujica, que en 1962 llegó a ser séptimo candidato a edil en la lista de la Unión Popular, un proyecto –finalmente infructuoso– tejido desde la prédica del “socialismo nacional” de Trías y el herrerista Enrique Erro, supo protagonizar los encontronazos más icónicos del MPP con los compañeros “latas”. Ya en 2009, en calidad de candidato presidencial, había dicho en el libro Pepe Coloquios que los socialistas se habían convertido “en una máquina de conseguir cargos”.

Una vez en Torre Ejecutiva, volvió a dejarlos mascando bronca tras designar al ortodoxo Alejandro Antonelli en la subsecretaría del Ministerio de Economía sin haber siquiera consultado a la conducción renovadora de la época. Los chispazos escalaron luego en la órbita departamental con el socialista Daniel Martínez, al punto que el ingeniero en un principio los dejó fuera del gabinete de la Intendencia de Montevideo. 

Entre Cosse y Orsi

El MPP se abocará el año que viene a allanar el camino para la precandidatura de Yamandú Orsi, mientras que el Partido Socialista aparece pegado a la figura de la intendenta capitalina Carolina Cosse. Los “latas” son hoy uno de los aliados centrales en el gobierno departamental –el primer suplente, por ejemplo, es el socialista Mauricio Zunino– y muestran hasta ahora buena sintonía con la gestión de la ingeniera. 
Pese a la cercanía que la administración de Montevideo les confiere con el Partido Comunista, los conducidos por Gonzalo Civila trabajan por marcar perfil respecto a esa colectividad, al punto que algunos en el FA ironizan con que “quieren correr por izquierda a los comunistas”. Sin embargo, los socialistas esgrimen –en un discurso similar al de Cosse– que aún es muy temprano para tener discusiones electorales sobre 2024.
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