Juan Samuelle

Un Uruguay más maicero: el cultivo suma ventajas y seduce más

Finalizó otra buena cosecha del cereal y las últimas dos campañas fueron las mejores en área, rendimiento y producción, con dos factores que inyectan optimismo: demanda firme y buen precio

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07 de agosto de 2020 a las 12:00

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En una zafra agrícola en la que muchas zonas de Uruguay padecieron por una sequía importante, el maíz logró una buena cosecha y eso pasó por segundo año consecutivo.

Hubo una baja en el volumen de producción, levemente respecto a la cosecha 2019, pero se ratifica que en años difíciles también el maíz logra un resultado aceptable.

Fue la de este año, que acaba de terminar, la segunda mayor producción de la historia.

Y junto a las oleaginosas de invierno, el maíz es de los cultivos que parece consolidar una lógica de crecimiento, ya que los rendimientos son fuertemente crecientes y la demanda interna se mantiene firme.

De este modo, la agricultura de verano, así como la de invierno avanzan en diversificación.

Esta fortaleza deriva, por un lado, de que el maíz es tendencialmente el cultivo que más crece en rendimiento en Uruguay. Los ajustes de manejo –fundamentalmente la fecha de siembra– y genética llevaron a que el rendimiento pasara de un eje de 3.500 kg/ha a 6.500 kilos/ha en los últimos 10 años.

Por otro lado, comercialmente el cereal ha soportado un 2019 de producción récord y un 2020 de demanda alterada por la pandemia de covid-19.

El rendimiento promedio de la última zafra, con lluvias muy escasas, fue según el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de 6.536 kilos por hectárea, por debajo del récord de 7.608 kg/ha del año pasado, pero claramente superior al promedio de los últimos 10 años (5.402 kg/ha).

Logró un desempeño muy destacado para las condiciones que tuvo. Los productores se han adaptado a siembras muy tempranas o muy tardías como para evitar la floración en los momentos más críticos de enero.

El área sembrada en la primavera pasada fue alta, aunque las cifras finales de área cosechada, 116.771 ha según la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del MGAP, marcan un leve descenso respecto al año anterior. Pero el área maicera se consolida.

Durante la década de 1990 y principios de la década de 2000 la superficie se mantenía estable, entre 50.000 y 60.000 hectáreas. Pero el mayor uso del maíz en la ganadería de carne y leche y la posibilidad de exportar abrió nuevas perspectivas y la tendencia fue de aumento.

Dos años para encuadrar

De esa manera, este año el maíz alcanzó una producción de 763 mil toneladas, según la proyección de DIEA, consolidándose junto con las 816 mil toneladas de la zafra anterior como las dos más altas de la historia.

En términos de margen los buenos productores de maíz que logran rendimientos del orden de 8.000 kg/ha son los que tienen los mejores resultados entre las opciones de verano.

Un cultivo con un costo de aproximadamente US$ 1.000 por hectárea, pero capaz de reportar un margen bruto de US$ 300/ha que la soja no logra alcanzar.

Y en el año anterior, con muy buenas lluvias, los maíces se acercaron a los 10.000 kg/ha.

Dos años seguidos con márgenes que superan a las alternativas permiten suponer que el área del cereal se mantendrá estable.

En Uruguay el precio se mantiene estable desde comienzos de año y por encima que un año atrás.

Precio y punto de equilibrio

La Cámara Mercantil de productos del País (CMPP) manejó valores para el maíz nacional de calidad superior, puesto en Montevideo, en un rango de entre US$ 192 a US$ 198 por tonelada (puesto en destino), por encima de los US$ 180 por tonelada de la misma semana del año pasado.
El rendimiento de equilibrio del maíz, teniendo en cuenta un precio neto al productor de US$ 160 la tonelada y un costo total del cultivo de US$ 800 (sin renta), es de 5.000 kilos por hectárea. Y considerando la renta agrícola de US$ 266 por hectárea publicada por DIEA, sería de 6.663 kilos por hectárea.

Juan Samuelle

Más demanda interna y más diversa

En la demanda del año próximo entrará una población vacuna mucho más elevada  y tal vez una situación más firme de la lechería. El 2020 es un año récord en destete, por lo tanto subirá fuerte el stock de terneros y novillos de uno a dos años y con eso la demanda de granos.

La demanda interna sigue firme en la lechería, con una remisión en ascenso. La demanda avícola crece y el consumo de carne de ave viene en fuerte crecimiento en el mundo, en la región y a nivel local.

En Uruguay la industria avícola sostiene el consumo de maíz y es factible que Uruguay logre exportar carne avícola en los próximos años.

María Methol, asesora técnica de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del MGAP, dijo a Blasina y Asociados que el consumo interno de granos forrajeros –maíz y sorgo– para la zafra comercial 2020/21 –en la que se comercializará la cosecha 2020– se estima similar a la zafra pasada, en 1,32 millones de toneladas.

El maíz es el principal grano consumido, con 1,07 millones de toneladas, una participación de 81% del total. “La demanda de maíz en el sector lácteo y avícola es mucho más estable que en el sector cárnico, donde el clima y los precios de la carne tienen una gran incidencia”, explicó Methol.

Con estos niveles de consumo y una producción de 760 mil toneladas, no se llegarán a cubrir los niveles de consumo local y se deberá recurrir a importaciones, cercanas a las 300.000 toneladas.

En Uruguay ha sido habitual una situación de vaivén que lleva a que se exporte, pero también se importe.

En 2018, como consecuencia de la sequía, Uruguay tuvo un récord de importaciones de maíz: 562 mil toneladas, el doble que cualquier otro año anterior.

En 2019, con cosecha récord, las compras del exterior se mantuvieron importantes, en 241 mil toneladas. En 2020 la cautela ganadera parece verse en importaciones reducidas. En lo que va del año se llevan importadas 53.885 toneladas, 37% menos que las 86.545 toneladas del mismo momento del año pasado. El 89% de las importaciones son de Paraguay y el restante 11% de Argentina.

Un reflejo de la importancia del consumo de granos forrajeros de los establecimientos productores de leche son las importaciones de Prolesa (Productores de Leche SA), que en lo que va del año concentran el 26% del volumen total.

Brasil crece sin techo y Argentina sube y estabiliza

Los brasileños consolidan una producción de maíz superior a 100 millones de toneladas y pasan de 101 a 107 millones, mientras Argentina se mantiene en 50 millones, en tanto Paraguay subiría su producción de 3,8 a 4,6 millones de toneladas, según las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). 

Si en 2019 el mercado uruguayo del maíz logró sortear los problemas derivados de una alta oferta, en 2020 logró eludir los que se derivan de una baja demanda de los corrales ya que el mercado de la carne estuvo paralizado a partir de marzo, en plena cosecha de maíz de primera por la pandemia de covid-19. Sin embargo tanto la industria avícola, como el resto de las producciones mantuvieron el tono de la demanda.

El desafío del cultivo en 2020/2021 es sortear una situación climáticamente riesgosa. Pero en eso los agricultores maiceros uruguayos han demostrado habilidades y es factible que los avances genéticos estén complementando muy bien a las estrategias de manejo.

Producción: Cecilia Pattarino.

Juan Samuelle

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