Todos tienen algo en común. Un camino regado por una historia cargada de éxitos, y que mantiene su tradición en podios panamericanos que se concretan a partir del sacrificio de los deportistas y del trabajo metódico que devuelve recompensas.
El miércoles, a las 18, cuando ya casi era de noche y hacía un frío de esos que los uruguayos difícilmente olvidarán de su estadía en Paracas, sede de la vela en Lima 2019, la embarcación de Umpierre-Diz llegó a puerto con una avería. Durante la última regata se les salió un fieltro de las quillas y terminaron la prueba llenos de agua. Ya en tierra, después de ocho horas desde que habían ido al océano, en una especie de improvisado boxes, aparecieron los demás integrantes de la delegación. Diego Stefani, el entrenador de otro barco, solucionando el problema con su ingenio, y Gustavo Coll el encargado de la delegación de vela, manipulando un secador para apurar la tarea, hicieron posible reparar el problema. Al otro día el barco estaba otra vez en el agua, y los integrantes de la delegación orgullosos por haber logrado el objetivo de salir del apuro.
El remo, que con el cuádruple par este viernes alcanzó la medalla de oro, empezó a entrenar en noviembre y toda la preparación la hizo en el exterior, 45 días en China en el marco del convenio que firmaron los gobiernos y en los últimos meses en España, porque Uruguay no tiene una pista de remo para trabajar en condiciones en las que iba a competir en Lima. De todas formas, Leandro Salvagno, Bruno Cetraro, Martín González y Marcos Sarraute, fueron más rápidos que los argentinos, cubanos y mexicanos, terminaron primeros en Albufera del Medio Mundo, al norte de Lima, donde sus rivales veían como se les escapaba esa medalla dorada.
Nada diferente a lo que le ocurrió en pelota vasca. Uruguay no tiene frontón de 36 metros, pero hasta el viernes peleó una medalla.
Con vista al mar, Uruguay tiene una privilegiada ubicación para formar campeones. Sin embargo, en la selección de talentos para los Juegos de la Juventud de 2022 solo pudieron completar una lista con 45 nombres. Un registro demasiado pequeño para formar la base de la pirámide, pero que hasta ahora fue suficiente. De allí saldrán los futuros medallistas.
Coll tiene una explicación para que con tan poco, la vela alcance tantos logros: 1) el laboratorio del Río de la Plata, allí donde el viento, las corrientes y las olas se transforman en una trampa que deben esquivar a diario los deportistas, porque tienen que adaptarse a todas las condiciones y cuando deben ir a otras canchas del mundo ya las vivieron todas; 2) los grandes campeones que se empezaron a formar hace 60 años y que transmitieron un legado histórico, de Pedro Garra a Ricardo Fabini, y de este a Pablo Defazio, o de Luis Chiaparro a Lola Moreira; 3) el amor propio de los deportistas; 4) el entorno que tuvieron los deportistas con un preparador físico y una fisioterapeuta que les acompañó en los Panamericanos.
Para enriquecer a las nuevas generaciones, Ignacio Rodríguez de 22 años compartió habitación en la villa con Fabini (52) para que una de las promesas de la vela pudiera absorber el conocimiento de un olímpico y campeón del mundo. “Esa es la transferencia generacional que ininterrumpidamente se viene transmitiendo en la vela desde hace seis décadas”, subraya Coll.
Todos los veleristas realizaron su preparación en el exterior. En Montevideo trabajaron Defazio-Knüpell pero entre enero y marzo trajeron al medalla de oro, bronce y quinto de los Juegos Olímpicos de Río 2016, para darle ritmo de competencia a los uruguayos.
Finalmente, el dirigente apuntó dos detalles fundamentales. “Por primera vez viajamos con un preparador físico (Óscar Gadea) y un fisioterapeuta (Ana Karina Schwarzwald) para todo el equipo, que le dieron un plus”, subrayó. El segundo punto fue el aporte del COU, que contrató un meteorólogo en Estados Unidos para asistir a la delegación en un aspecto clave.
El oro del cuádruple par fue premio extra. “¿Sabés lo que es sacarle ese premio a países que tienen otras posibilidades de preparación y que en estas competencias se juegan el apoyo de sus gobiernos para los siguientes cuatro años?”, reflexionó Fernando Ucha, presidente de la Federación de Remo, con Referí.
El dirigente tiene su explicación para los éxitos. “El único secreto es el trabajo, el esfuerzo de ellos y la planificación, aunque estos chicos adelantaron cuatro años el proceso porque los esperábamos para 2023”, puntualiza. Hace cuatro años volvió el argentino Osvaldo Borcchi para prestigiar la preparación de los remeros. Cetraro, González y Sarraute son el resultado de ese trabajo a largo plazo. Fueron campeones sudamericanos juveniles, y para Lima 2019 los rodearon con el experimentado Salvango.
La Federación tiene 13 clubes afiliados y 1.000 remeros, y ya no sobrevive con aquellos adolescentes que llegaban para curar el asma, como Collazo, sino que en Mercedes, Salto, Fray Bentos y Colonia tienen sus escuelas de captación. El último año pasaron 2.000 niños por el filtro de la captación en Mercedes. Después se someten al duro entrenamiento. “Corren por Uruguay por el simple orgullo de defender al país, porque económicamente no reciben nada a cambio”, dijo.
Raúl Comesana explica que la pelota vasca es un deporte que tiene la base de su desarrollo en el interior. En Uruguay no hay frontón de 36 metros, aunque compitieron en Lima en esa modalidad. Y uno solo de 30 metros, en Trinidad, disciplina en al que este sábado buscarán el bronce. El frontón de 30 m de Montevideo, en el predio de la Repúblicana no lo pudieron utilizar porque una pared estaba en peligro de derrumbe y no tenía la habilitación de bomberos.
¿Cómo se prepararon? En espacios de menores dimensiones; una vez cada 15 días viajaban a Trinidad, y remataron la preparación en Buenos Aires y San Luis, que tiene un trinquete con pared de vidrio igual a la que este sábado Jimena Miranda y Camila Naviliat buscarán la medalla de oro.
Por su parte, Marcos Melazzi, presidente de la Confederación Atlética del Uruguay, explica el momento del atletismo. “El secreto está en darle una continuidad histórica, por esa razón Lasa comparte habitación con Catrofe (20 años y cuarto en los 1.500 m), para que pueda absorber la experiencia”.
Hasta este viernes Uruguay tenía ocho medallas. Cinco confirmadas: cuádruple par de remo (oro), Schweizer (plata), Déborah Rodríguez, Lasa y Lucas Fernández (bronce), y tres que recibirá este sábado: Landauer (oro, plata o bronce), Fabini/Parinizari (oro, plata o bronce), Miranda/Navillat (oro o plata). Además, fútbol y Braian Ramírez (pelota vasca) van disputan el bronce, y karate y judo buscan podios.
Uruguay puede llegar a 12 medallas y en ese caso podrá igualar el registro máximo de medallas conseguidas en la historia, en San Pablo 1963 con 12.
Año Sede Oro Plata Bronce Total
1951 Buenos Aires 0 0 0 0
1955 México 0 6 3 9
1959 Chicago 1 3 4 8
1963 San Pablo 4 1 7 12
1967 Winnipeg 0 1 4 5
1971 Cali 0 0 3 3
1975 México 0 0 2 2
1979 San Juan 0 0 0 0
1983 Caracas 1 0 2 3
1987 Indianápolis 2 2 3 7
1991 La Habana 0 1 2 3
1995 Mar del Plata 1 4 3 8
1999 Winnipeg 0 1 3 4
2003 S. Domingo 3 1 5 9
2007 Río de Janeiro 0 1 2 3
2011 Guadalajara 0 3 2 5
2015 Toronto 1 1 3 5
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