Una reforma vital y un debate de calidad

El sistema jubilatorio de cualquier país debería reflejar los cambios demográficos y la prolongación de la esperanza de vida que hoy es más larga que en cualquier época pasada por el avance de la salud pública y de la economía.  

Veamos el caso de Uruguay. La esperanza de vida en 2019 fue en promedio de 77,9; en 2000, 74,9; y en 1996, 73,9, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). No obstante, la edad mínima de jubilación se ha mantenido en 60 años desde hace un siglo, es decir, cuando la expectativa de vida era 20 años menor que en la actualidad, dijo Ana Inés Zerbino, integrante de la CESS, en el episodio 7 del podcast Nominal, de la Universidad Católica del Uruguay, que conduce el economista Javier de Haedo. 

Introducir cambios en el régimen jubilatorio significa un riesgo para la popularidad de los gobernantes. Es una “papa caliente” de una administración a otra y la sola temporalidad daña la economía y compromete cada vez más las finanzas del Estado. 

Sin entrar en los detalles del informe de los expertos, compartimos la propuesta de extender la vida laboral, algo más acorde con el aumento de la expectativa de vida.

Asimismo, nos parece acertada la recomendación de establecer   “un régimen uniforme o igualitario”. En este caso, que existan “las mismas reglas” para los afiliados  a los servicios de retiro y pensiones militares y policiales y cajas paraestatales (bancaria, notarial y profesional), no solo para los cotizantes del BPS. Que el régimen mixto, que incluye la capitalización individual, sea un beneficio para todos los trabajadores uruguayos. 

En general, las 14 recomendaciones para que el Poder Ejecutivo las incluya en un proyecto de ley de reforma del sistema previsional caminan en la dirección correcta para modernizar el régimen vigente, que ya cumplió 25 años. 
Además de ideas sumamente atendibles, nos parece laudable la propia creación del CESS  (ley de urgente consideración) para realizar un diagnóstico del sistema previsional y presentar un documento con propuestas de reforma.

La CESS, de 15 miembros y presidido inteligentemente por el doctor Rodolfo Saldain, aprobó el informe luego de casi un año de labor, con los votos a favor de la delegación del oficialismo y las cámaras empresariales, y en contra de los representantes del Frente Amplio, el PIT-CNT y la gremial de jubilados Onajpu.

La web del CESS refleja la transparencia con la que se realizó el trabajo, recogiendo los puntos de vista diferentes de los expertos de los partidos políticos y de las voces muy amplias de organizaciones sociales.

Una reforma tan importante para el futuro del país exige una discusión con altura, abierta al debate democrático, sin alimentar el aluvión de falsedades de las redes sociales. De un intercambio de ideas saludables, lejos de teorías conspirativas y calificaciones morales binarias, es que surgirá la mejor reforma de la seguridad social que sea posible.