Uruguay, la carne y los mercados: "No hay uno que te arranque una sonrisa"

Los más optimistas esperan que los precios se estabilicen en las próximas semanas y comiencen a subir gradualmente para el último trimestre del año.

¿Cómo está posicionado Uruguay en este contexto? En principio tiene ciertas desventajas respecto a sus competidores. Viene perdiendo competitividad por el atraso del tipo de cambio.

Además, la sequía afecta la disponibilidad de ganado y la faena va en caída, así como las propias compras de China, que han aumentado en Argentina. Brasil tiene mucho ganado terminado más barato y una enorme capacidad exportadora. Australia rearmó su stock ganadero y el precio de la hacienda está en los valores más bajos en años. Además, el nuevo gobierno mejoró las relaciones políticas y comerciales con China. Solo en Estados Unidos hay luces amarillas por la reducción del stock y la caída de la producción actual y futura; las exportaciones a China cayeron 15% en el primer trimestre y el ganado está en niveles de precios récord.

Las semanas previas a la feria fueron “enredadas” en términos de negocios y una vez en Shanghai se pudo ver que el panorama “era peor”, dijo un bróker uruguayo presente en la SIAL.

“La postura de los importadores es especulativa”, relató Fausto Brighenti, productor y trader argentino que opera con China. “Nos encontramos con que está muy planchada la demanda y los precios no son los que se esperaban”, dijo a Tiempo de Cambio de radio Rural, con un mercado lento y “una marcada tendencia bajista” de los precios.

“Nos preocupa el panorama para el segundo semestre por el nivel de precios que China está dispuesto a pagar”, dijo Carlos Riusech, vicepresidente del consorcio argentino de frigoríficos exportadores ABC y director del frigorífico Gorina.

En el largo plazo, matizó, “creemos que China va a seguir demandando producto y el consumo de carne por habitante va a seguir creciendo; si bien los volúmenes han caído algo apostamos a un futuro auspicioso y por eso estamos en pleno proceso de inversión”.

En el último informe del mercado mundial de carne se mantuvo la proyección de importación de 3,5 millones de toneladas por parte de China, de acuerdo al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). El volumen es similar al récord de 2022.

En el primer trimestre de 2023 los volúmenes importados por China crecieron mes a mes respecto a 2022 y sumaron un incremento de 20%.

Al principio del año pasado la situación era anormal: estaba plenamente vigente la restrictiva política Covid Cero en China y las importaciones de Brasil acababan de ser reabiertas tras 100 días de suspensión (setiembre/diciembre 2021) por dos casos de vaca loca.

En el segundo semestre de 2022 la demanda de China se aceleró y encadenó ocho meses de importaciones holgadamente por encima de las 200 mil toneladas, anticipando una salida de la estricta política Covid Cero que restringió el consumo desde principios de 2020.

El pasado abril fue el primer mes de importaciones a la baja en un año: cayeron 15% respecto a marzo (30 mil toneladas menos) y 5% frente a abril del año anterior.

Los operadores que asistieron a SIAL dan cuenta de un sobrestock de carne que actúa como un cuello de botella en el mercado chino. Es difícil de estimar el volumen acumulado por la falta de información precisa de las autoridades, pero se estima en unas 800 mil toneladas.

Cientos de contenedores de carne brasileña se encuentran en puertos chinos en una situación incierta, con mercadería producida en fechas previas al 23 de febrero –cuando ese mercado fue suspendido por China como consecuencia de un caso de vaca loca atípico-, pero embarcada después de la fecha de cierre.

Aunque esta situación parece ser coyuntural es difícil saber cuál es su influencia en los negocios futuros: “En teoría si se destrancan los contenedores de Brasil queda un hueco en el mediano plazo”, apuntó un operador.

Para esa eventual oportunidad, Uruguay está menos preparado que sus principales competidores.

En el año móvil abril 2022-marzo 2023 las exportaciones de Uruguay a China cayeron 24% en volumen en la comparación interanual, desde 398 toneladas a 313 mil. Las exportaciones de Argentina a China en el mismo periodo se comportaron exactamente a la inversa: aumentaron 26%, desde 410 mil a 516 mil toneladas, a pesar de las restricciones al comercio exterior que llevan dos años.

En lo que va de 2023, mientras que la faena en Argentina aumentó 12% y lleva 12 meses seguidos con incrementos interanuales. En Uruguay la faena también muestra un desempeño inverso al de Argentina: este año bajó más de 19% y suma 12 meses continuos de bajas mensuales, desde junio de 2022.

Informe de mercados

Precio de la hacienda

En Uruguay el precio del ganado gordo se mantuvo paulatinamente en ascenso desde principios de año, hasta hace tres semanas. La tendencia desde enero estuvo marcada por la incidencia del clima y la expectativa puesta en que las lluvias mejoraran el panorama forrajero.

Ahora que el régimen de lluvias parece empezar a corregirse el mercado empieza a sentir el impacto de los valores internacionales en el precio de la hacienda.

La industria propone valores por debajo del piso de US$ 4 por kilo en cuarta balanza por ganados que no tienen la mejor preparación para faena. En el corto y mediano plazo la eventual presión alcista del nuevo escenario climático se ve debilitada por los precios a la baja y el ritmo de faena que proponga la industria tras la ventana de cuota que se está cerrando.

Durante los meses de invierno no se visualiza que aparezca volumen de oferta de ganado terminado.

En Argentina el precio del novillo resiste por encima de los US$ 4,10 por kilo, aunque con una volatilidad mucho mayor que muestra variaciones semanales de hasta US$ 0,30, algo que no ocurre en Uruguay. Aunque los productores argentinos han enviado una enorme cantidad de vacas a faena, el stock para el invierno se sostiene con entre 1,8 y 2 millones de animales encerrados en corrales. La preocupación está centrada en los dos próximos años, como consecuencia del millón de terneros que faltará este año.

También en Brasil se trasladan con rapidez las variaciones del precio de exportación al mercado de hacienda. El novillo ha transitado entre los US$ 3,50 y US$ 3,90 por kilo durante 2023, sufrió el golpe de la suspensión de exportaciones a China en febrero y marzo y esta semana bajó a US$ 3,45.

Más lejos, Australia y Estados Unidos son dos caras opuestas de la moneda. En el mercado estadounidense el novillo lleva tres meses rompiendo récords por encima de los US$ 6 y picos de US$ 6,40 el kilo. Australia, por su parte, vio al ganado gordo perder la línea de los US$ 4 el kilo en mayo producto de una gran oferta que supera largamente a la demanda industrial. Australia recuperó su stock ganadero, diezmado por la histórica sequía de 2018 a 2020. En el primer cuatrimestre sus exportaciones totales crecieron 23% y alcanzan casi 300 mil toneladas. Los envíos a China aumentaron 31% y suman 60 mil toneladas.

¿Qué esperar?

Más allá de la situación del mercado chino, Europa y Estados Unidos tampoco dan señales de mejora de precios. “No hay un solo mercado que te arranque una sonrisa”, graficó un operador uruguayo. Y se suma la noticia de esta semana de que Alemania entró en recesión al sumar dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo.

Los altos stocks, un consumo que no despega y una oferta abundante desde Brasil y Australia –también de Argentina– son clave en este momento del mercado.

En el escenario de precios, al menos hasta setiembre cuando China empiece a traccionar con pedidos para el Año Nuevo Lunar, es esperable que la aguja se mueva entre US$ 4.000 y los actuales US$ 4.500 por tonelada que ha alcanzado Uruguay en mayo.

Para el novillo, el horizonte de los próximos meses pone el techo en US$ 4 por kilo carcasa y precios corrientes por debajo de ese número.