Uruguay se queda sin trigo y por primera vez importó desde Brasil

Molino Carmelo concretó el 10 de octubre la primera importación desde Brasil de trigo para molienda: 450 toneladas a US$ 360 la tonelada. En otras ocasiones se ha importado trigo desde Argentina, Canadá, México y Estados Unidos, pero nunca desde Brasil.

Esto sucede porque el stock de trigo en Uruguay es el más bajo de la última década y desde junio el sector molinero ha advertido que algunas industrias podrían tener problemas para conseguir grano local.

Las existencias al 1° de octubre –63.863 toneladas– es la menor en varios años. Resulta 26% inferior al stock de 2021 y 67% menor al de 2020.

“Va a faltar trigo para el empalme con la nueva cosecha; si hay faltante de trigo en Uruguay por la sequía y las exportaciones ya comprometidas y hay disponibilidad en Brasil se podría importar desde ese origen”, dijo Diego Moreni, vocero de la Gremial de Molinos.

Eso sucede luego de una muy buena producción del año pasado. La cosecha de 2021/2022 fue de 974 mil toneladas y el consumo interno es de algo más de 400 mil toneladas. El área de trigo en Uruguay viene creciendo. La cosecha pasada fue originada en 237 mil hectáreas, que era la mayor superficie desde 2015.

Incertidumbre para rato

La incertidumbre en el abastecimiento puede prolongarse. Aunque este año el área con el cultivo es aún mayor que la del año pasado, 287 mil hectáreas, el rendimiento será menor al de años anteriores por el faltante de lluvias que frustran una cosecha que con algo más de agua pudo ser récord de productividad.

El trigo que se encaminaba a una producción de 5 toneladas por hectárea probablemente quedará en 3 toneladas, con base en algunas lluvias que llegan, pero tardíamente.

El trigo de la actual cosecha se levantará desde mediados de noviembre. Los cultivos están siendo afectados por el déficit hídrico y las heladas tardías, comprometiendo los rendimientos.

En algunas chacras ya se ha perdido la producción y cultivadores están picando trigo para alimentar ganado.

Argentina, el proveedor más conveniente por logística y precios, tiene más problemas que Uruguay: un déficit de al menos 200 mil toneladas para poder empalmar el fin de la campaña 2021/22 con la siguiente. Y el 30% de la superficie plantada camino a fracasar por sequía y heladas tardías.

La situación de abastecimiento en Uruguay no es más grave porque este año “hubo una baja relevante en el mercado de harinas por menor consumo industrial y hogareño”, indicaron los molineros.

En el primer trimestre de 2022 el precio de los panificados aumentó 13,5% como consecuencia del incremento del precio del trigo.

Los aumentos posteriores fueron “planchados” por el tipo de cambio, indicaron desde el Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (CIPU).

Uruguay exportó 737 mil toneladas de trigo desde noviembre 2021 hasta setiembre 2022 a un precio promedio de US$ 344 la tonelada, con picos de US$ 415 por tonelada.

La facturación total fue de US$ 253 millones, 80% más que la zafra anterior.

La exportación de trigo en el mismo período de 2021 fue de 579 mil toneladas (27% menos) a un monto de US$ 140 millones.

En 2022 también aumentó la exportación de harina de trigo, 10% en volumen y los valores subieron 26%.

Precios de la harina

Realidad compleja

La Gremial de Molinos entiende que la realidad actual en Uruguay es “compleja”, por la posible disponibilidad de trigo nacional frente a los compromisos y volúmenes de trigo que se exporten, la caída del mercado local que afecta en diferente medida a los distintos molinos y “la situación de competencia desigual con Argentina que presenta innumerables distorsiones que afectan a los molinos y a todas las industrias de panificados y pastas”.

Las lluvias de las próximas dos semanas en el territorio uruguayo determinarán si la cosecha logra un abastecimiento abundante para este año o si tal vez se consolida una nueva corriente comercial desde Brasil a Uruguay durante la próxima primavera.

Bajos stocks en países clave

El stock mundial de trigo va en baja actualmente por cuarto año consecutivo. Las pérdidas en Ucrania, en los países del hemisferio Norte por olas de calor y la baja gradual de área en Estados Unidos son algunas de las causas que han llevado a que las reservas mundiales de trigo caigan. Otro factor es el alto precio de los fertilizantes nitrogenados que lleva a que se siembre menos trigo y maíz.

Por otra parte, una proporción cada vez mayor de ese stock está en China, de modo que excluyendo al gigante asiático las reservas de trigo son las menores de 2008.

En particular el stock en Estados Unidos, formador de precios a través de la bolsa de Chicago, son los más bajos en 15 años y menos de la mitad de las reservas de 2016.

El aprovisionamiento sigue dependiendo fuertemente de Rusia y Ucrania, que tienen un acuerdo provisorio –vence el 22 de noviembre– que viene garantizando la salida del grano ucraniano por barco.

Ese contexto contrasta con el crecimiento triguero de Brasil, que ya está en plena cosecha.

En Brasil el organismo oficial Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) informó en la primera semana de octubre que la cosecha brasileña de trigo –que está en plena recolección– sería de 9,35 millones de toneladas contra 7,67 millones en 2021/22.

En 2021/22 Brasil tuvo exportaciones récord por 3 millones de toneladas del cereal, más del triple que en la zafra 2020/21. Para 2022/23 el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) proyecta que el crecimiento siga y se vaya a 3,5 millones.