China, el principal comprador de sorgo a nivel mundial, habilitó a Uruguay para exportar esa producción, tanto para consumo animal como para consumo humano. Así lo informó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), luego de que la Administración General de Aduanas de China (GACC) firmara el protocolo correspondiente, y eso, de cara a una nueva zafra de verano, fue considerado por el ministro Fernando Mattos como una noticia “muy positiva”.
Ese cultivo se produce en Uruguay principalmente para alimento de ganados, aunque además se hace también para producción de etanol. Si bien actualmente la producción se comercializa en el mercado interno principalmente, se prevé que con la nueva habilitación se pueda producir con destino a exportación.
Este lunes se realizará en el MGAP una reunión entre las autoridades de ministerio y actores privados, ya que China solicitó que se cree una lista con interesados en la exportación del grano.
La habilitación se dio tras un trabajo del MGAP y la Cancillería. En enero de este año los ministerios recibieron de parte de las autoridades chinas el protocolo para proceder con la exportación del grano, que los uruguayos devolvieron con comentarios y ajustes, los mismos fueron acordados entre el MGAP, productores, exportadores y semilleristas.
En la zafra pasada, la 2021/22, se sembraron 19.416 hectáreas de este cultivo, se produjeron 59.399 toneladas y el rendimiento promedio fue de 4.346 kilos por hectárea, en promedio, según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del MGAP.
El titular de la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA), Leonardo Olivera, comentó a El Observador que aún no hay cifras oficiales de cuánto podría sembrarse en la campaña 2022/23, que comenzará en noviembre. El ingeniero agrónomo Alfonso Pereira, integrante del Departamento Técnico de Calvase, explicó que la limitante para sembrar el sorgo son 18°C de temperatura de suelo, y que las tareas de siembra están próximas a comenzar.
La cosecha de este cultivo se realiza entre marzo y abril, dependiendo el destino que se le piense dar a la producción.
Pereira detalló que si bien la mayoría del sorgo producido en el país se destina a consumo animal, el mismo cultivo, dependiendo la forma en la que se lo coseche, se comercializa en forma diferente.
“Hay distintos tipos de sorgo”, dijo el técnico. Por un lado está el sorgo forrajero, que se da como alimento de los ganados directamente como forraje, y el sorgo “silero”, que se pica y se destina a la alimentación del ganado.
También se produce el sorgo granífero, que dependiendo la fecha en la que se coseche será el destino que se le dé; si el grano se cosecha con una humedad de entre 22 a 25% (considerado “grano húmedo"), se embolsa, se muele y se da como ración, pero si se deja más tiempo en la planta y se cosecha con una humedad de entre 12 a 13% (o si se envía a una planta de secado), se da directamente como ración y se considera “grano seco”. En todos los casos los granos se pueden poner en raciones o mezclarse junto a otros productos para alimentar al ganado.
Por otra parte, también se produce el “sorgo azucarero”, que se deriva para hacer etanol. Este se desarrolla principalmente en Paysandú, detalló Pereira. Alcoholes del Uruguay (ALUR) compra sorgo BT (con bajo nivel de taninos) como materia prima para la producción de bioetanol que se produce en la planta industrial ubicada en Paysandú.
A diferencia de otros cultivos, el sorgo no tiene una zona núcleo, sino que se produce en todo el país, esto se debe en parte a que es un cultivo que tiene la capacidad de soportar más estrés (por ejemplo la falta de agua) y tiene menores requerimientos nutricionales y de agua que el maíz, por ejemplo, indicó el técnico; eso hace que históricamente el sorgo se haya sembrado “en campos más marginales, con menor capacidad agrícola”.
Si bien este cultivo tiene un margen menor que el del maíz, sus costos productivos son menores.
“El sorgo es un cultivo más estable. Tiene la capacidad de soportar cierto tiempo condiciones de estrés hídrico (a diferencia del maíz) y eso hace que se pueda producir en múltiples zonas y ambientes. Si viene llovedor, tiene más capacidad de producir”, añadió.
Según dijo, la producción de este año dependerá también de lo que pase con el pulgón amarillo, que en la campaña pasada “fue un problema” para el cultivo. Consideró que ese es el principal enemigo del sorgo, y por eso se está trabajando en materiales que no sean tan susceptibles a esa plaga, que demanda múltiples aplicaciones de productos.
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