Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Estilo de vida > MÚSICA

Vinilos: suben las revoluciones

El formato crece en el mercado local impulsado por una mayor disponibilidad, su calidad sonora superior y su valor estético, con una cifra de 20.000 copias anuales vendidas
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16 de noviembre de 2017 a las 05:00
Son frágiles, poco prácticos para cargar y requieren de un espacio relativamente amplio para poder ser escuchados. Pero eso no ha impedido que los vinilos regresen a las bateas de las disquerías y que su consumo se haya incrementado a nivel mundial, una tendencia en la que también se incluye a Uruguay.

Hoy se realiza una nueva edición del Día de las Disquerías, en la que los vinilos tendrán un lugar tan preponderante como los CD o DVD.

Los últimos años han visto un renacer del vinilo nacional, con bandas como No Te Va Gustar, El Cuarteto de Nos y La Vela Puerca editando sus obras más recientes en ese formato, la reedición de discos como Mateo solo bien se lame, de Eduardo Mateo, lanzamientos de Pecho e' fierro, la colección Macondo Revisitado y los lanzamientos del sello Little Butterfly.

De hecho, el sello Bizarro acaba de reeditar Montevideo agoniza (de Traidores) y Canta Zitarrosa.
Este puñado de discos componen la oferta locataria de vinilos, que se lanzan como ediciones limitadas. De hecho, de los vinilos uruguayos más veteranos dentro de la camada reciente (como El calor del pleno invierno de NTVG o Piel y hueso de La Vela Puerca) ya es casi imposible encontrar copias.

José María "Cucu" Bacigalupi es el responsable de la disquería 33 Revoluciones desde hace cuatro años, aunque desde hace 15 que trabaja con discos. Destaca el hecho de que se estén reeditando discos viejos y que se haga con buena calidad, un diferencial clave al momento de hacer ese proceso.

En defensa de la música

El sello Little Butterfly ha reeditado vinilos uruguayos que estaban fuera de circulación, pero también ha publicado nuevos discos. Su catálogo incluye los trabajos más recientes de Hablan por la Espalda, y reediciones de obras fundamentales del rock uruguayo de las décadas de 1970 entre los que se cuentan ediciones de Eduardo Mateo, Psiglo, Jorge Barral, Opus Alfa y Días de blues, así como de bandas más recientes como Buitres.

Leonardo Bianco, colaborador del sello en los rubros de diseño, curaduría de las producciones y la investigación sobre los álbumes, explica que la selección de los discos viene por iniciativas propias (como Chau, de Jorge Barral) o por un interés de rescatar discos seminales de la música uruguaya, mojones como Cuerpo y alma, de Mateo, o los de Psiglo.

"Esos discos estaban tirados en las casas o no sonaban bien, entonces queríamos hacerles justicia y traerlos de nuevo, porque se habla de la historia del rock en Uruguay pero los discos no estaban disponibles para los consumidores", explicó Bianco, que plantea como ejemplo el disco de Mateo.
Cuerpo y alma tiene una historia trágica, de publicarse en un momento en el que Mateo estaba olvidado en la escena musical uruguaya, y que vendió tan poco que las copias excedentes fueron fundidas para hacer nuevos vinilos de música tropical.

Ese disco fue reeditado por Little Butterfly e incluye notas de Jaime Roos y la recuperación del master original, lo que mantiene la fidelidad y calidad sonora original.

Ventaja sonora

El formato vinilo destaca ante su competencia (sea casete, disco compacto, mp3 o streaming) por la mejor calidad sonora, algo que reconocen vendedores y amantes de la música.

Juan Pablo Betarte es coleccionista de vinilos (ver recuadro), pero además es audiófilo, lo que significa que además de los discos tiene una predilección por la escucha en alta calidad, y por tener equipos de reproducción de alta gama para sacarle el mayor provecho sonoro a su colección.

"A nivel de formato, el vinilo tiene una calidez y un nivel que nunca lo he podido encontrar en el audio digital", explicó Betarte, algo que además tiene una demostración física.

La música se emite como ondas de sonido, que en su versión digital sufren un recorte, como producto del paso de la transformación de los sonidos en unos y ceros.

Bacigalupi dijo que el vinilo tiene como otra ventaja –además de la calidad– ser un formato que favorece la escucha completa y que genera un vínculo con el objeto. "No picoteas música, recupera el hecho de mirar el arte, las notas, el proceso atrás de ese disco".

Bianco apuntó que Little Butterfly eligió el vinilo por ser el formato por excelencia del rock, por reeditar discos concebidos para ese formato, y por su calidad sonora.

"El vinilo vibra diferente", contó, "ya de por sí tiene un arte más grande, y a nivel técnico se destaca por tener un sonido muy rico que no solo se siente con la oreja".

La conversión digital hace que se pierdan matices. "Hay un esnobismo con el vinilo", señaló Betarte, "pero los recortes de la onda digital se escuchan cuando estás más entrenado", afirmó como argumento por el cual prefiere ese formato.

El nuevo boom

La intención de Little Butterfly es la de permitir que los discos sean más accesibles, tanto a nivel de disponibilidad de mercado como de precios. Esto se suma a una tendencia reciente de consumo mayoritario de los discos de vinilo.

"Hay un furor y una demanda mayor por el vinilo", afirmó Bianco, que nota una mayor presencia del formato incluso en sitios de venta web y en las cadenas de disquerías tradicionales.

De hecho, el colaborador de Little Butterfly Records señala que hoy en día los vinilos se venden incluso para personas que no tienen cómo escucharlos. "Antes te regalaban un libro, ahora te regalan un vinilo, porque es un objeto lindo", dijo.

Bacigalupi matizó la tendencia. "Ahora venden los que antes no vendían, casas como Palacio de la Música. Los que tenemos disquerías desde hace años siempre vendimos, aunque sí hay un auge por el formato, sin dudas".

El costo de los vinilos en Uruguay dependerá del álbum, pero en general van desde US$ 25 a US$ 50. Las ediciones especiales pueden llegar a los US$ 75. Discos desde los $ 100 hasta los $ 2.000 se ofrecen en 33 Revoluciones, aunque el promedio es $ 600

Ventas en Uruguay

En el país no hay cifras de ventas anuales de discos de vinilo específicos, ya que se trata de un dato "inalcanzable" por la forma en la que se manejan los distribuidores, explicó a El Observador el secretario de la Cámara Uruguaya del Disco, Mariano Arsuaga. De todas maneras, aclaró que se venden unos 20.000 vinilos al año, entre nacionales y extranjeros, un crecimiento notorio en los últimos años.

El coleccionista de discos

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Empezó su colección en 1988, cuando tenía 14 años. Vivía en el interior y cada viaje a Montevideo era una oportunidad para conseguir nuevos discos. Radicado en la capital, empezó a vincularse con vendedores y otros coleccionistas, y también a buscar álbumes fuera de fronteras. Hoy en día tiene unos 3.000 discos, de géneros como el jazz, el blues, el rock, el tango, y el folk, y de procedencias como Alemania y Noruega, además de discos locales. Entre todos ellos se cuentan varias rarezas, ediciones limitadas y objetos de colección.

La predilección de Betarte son las primeras ediciones (80% de la colección), lo que en ocasiones hace que sean más difíciles de conseguir, por su escasez y por la necesidad de que estén en buen estado.

"Mi acceso a los discos es por intercambios con coleccionistas de otros países, compro en las disquerías o en la feria de Tristán Narvaja, o en sitios de internet, para algunos géneros más raros. Pero acá se encuentran piezas muy difíciles, rarezas de los años 1960 o 1970 que se encuentran en la feria", contó, explicando además que el colectivo de disqueros y coleccionistas fomenta el intercambio de conocimiento y las recomendaciones para seguir buscando.

Entre sus discos hay joyas como el Hunky Dory de David Bowie, que compró en una subasta en Inglaterra por US$ 1.600, el disco Artaud, de Pescado Rabioso, y el Catch a Fire de Bob Marley, cuyo sobre está diseñado como un encendedor.

"El objetivo de tener vinilos, desde mi punto de vista, no es solo tener la pieza, sino también disfrutar de esa pieza con la mayor calidad posible", puntualiza el coleccionista, que destaca la calidez y la calidad sonora del vinilo como su fortaleza máxima, aunque explica que su fragilidad también marca una desventaja debido a que se desgasta con el uso repetido, frente a otros.

Los vendedores y responsables de sellos explican que la mayor venta de vinilos ha cambiado el perfil del comprador habitual en los últimos tiempos.

Discos para todos

"Antes era la novedad o algo asociado a los más veteranos, ahora el público comprador se ha diversificado", explicó Leonardo Bianco. También apuntó que mientras hay algunos que van por los discos clásicos de canto popular o bandas como Beatles o Led Zeppelin, hay vinilos para todos los gustos. "Tenemos gente que viene a buscar desde discos de death metal hasta de rock argentino. Por su parte, Cucu Bacigalupi señala que hay quienes compran "por moda y esnobismo", pero que el perfil es diverso.

Coleccionista se hace

Si bien en las primeras etapas de involucramiento con el mundo de los vinilos es habitual acercarse a los clásicos, Bianco explicó que de a poco, cada consumidor va desarrollando un perfil propio y buscando discos más específicos. En esos casos, cuando ya comienza a convertirse en un coleccionista, los espacios de compra cambian por las ferias y las disquerías especializadas, que ofrecen productos más raros. Bacigalupi agrega que por un lado están los coleccionistas que buscan las rarezas, y por otro los "sibaritas", que apuntan a las primeras ediciones.

Un formato que revive la escucha del álbum

Por Nicolás Tabárez

Todo vuelve. Hoy en día, la canción suelta predomina en la escucha diaria, como los sencillos de los años 1950 o 1960. Pero ahora con la diferencia de que la playlist manda. Se elige una canción de cada artista, se guarda y se reproduce sin orden alguno. Pero el vinilo mantiene viva la escucha del álbum, de la obra completa, con un orden determinado previsto y armado por el autor, que siente que así se debe escuchar su obra.
El vinilo genera además un vínculo con el oyente, obliga a prestarle atención, a estar atento a que se pueda terminar y haya que darlo vuelta para seguir escuchando.
No es el formato más práctico, y la posibilidad de personalizar la escucha tiene sus ventajas, pero sin dudas que no haber desaparecido y que de hecho haya sido rescatado, es un reconocimiento a sus méritos sonoros y a un interés por preservar la música en su mejor versión.




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