En los últimos meses, el sistema aerocomercial argentino estuvo envuelto en una serie de conflictos que afectaron a miles de pasajeros. Las constantes cancelaciones y demoras, en especial por parte de Aerolíneas Argentinas y Flybondi, generaron un ambiente de frustración e incertidumbre entre los usuarios. Según los últimos informes, Flybondi lidera el ranking de aerolíneas con mayores índices de vuelos suspendidos, mientras que Aerolíneas Argentinas, aunque está mejor posicionada en cuanto a puntualidad, también enfrentó problemas operativos, situación que puso en tela de juicio la eficiencia de ambas compañías y su capacidad para garantizar un servicio de calidad.
¿Cuántos vuelos fueron demorados y cancelados por Aerolíneas Argentinas y Flybondi?
Flybondi enfrentó una alta tasa de cancelaciones y demoras. Según un informe publicado por la consultora Adventus, la empresa menos puntual fue Flybondi con un 52,86% en agosto, 57,42% en septiembre, 57,10% en octubre y 49,05% en noviembre. Mientras que Aerolíneas Argentinas y JetSmart mantuvieron una puntualidad por encima del 80% en dichos meses. Además, Flybondi se encuentra entre las aerolíneas menos puntuales que operan en el Aeropuerto de Ezeiza, junto a Boliviana de Aviación, Ethiopian y Paranair.
En cuanto a los vuelos cancelados, Flybondi también encabezó el listado con el 68% del total de cancelaciones. El expresidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, confirmó que Flybondi canceló 140 vuelos solo en noviembre “sin ningún tipo de protección a los pasajeros”. La lowcost conducida por Mauricio Sana continuó con sus cancelaciones y demoras de vuelos a principios de diciembre, lo que generó el enojo y la preocupación de miles de pasajeros que no pudieron llegar a destino y que todavía se encuentran a la espera de alguna respuesta por parte de la compañía. Detrás de Flybondi, en cancelaciones, se ubicaron Aerolíneas Argentinas (22%) y JetSmart (10%).
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Detrás de Flybondi en cancelaciones, se ubicaron Aerolíneas Argentinas y JetSmart.
Entre octubre y noviembre, Flybondi fue la aerolínea con mayor cantidad de vuelos cancelados, alcanzando el 68% de las cancelaciones en el sector aéreo. Por su parte, Aerolíneas Argentinas ocupó el segundo lugar con el 22% de los vuelos suspendidos. En total, el 4,06% de los vuelos fueron cancelados, y la puntualidad promedio en el sector bajó del 80,4% al 78,7%. Aunque Aerolíneas Argentinas también enfrentó problemas operativos por paros gremiales, no fue la más afectada por las cancelaciones.
¿Cuál debería ser el rol del Gobierno en este contexto?
Javier Milei dejó claro su interés en privatizar Aerolíneas Argentinas o, al menos, permitir la entrada de un socio privado. Sin embargo, esta iniciativa estuvo paralizada por las dificultades en la aprobación de la Ley Bases y de la presión de la oposición.
Uno de los que expresó su descontento por esta medida fue Ceriani, quien indicó que los argumentos del Gobierno a favor de la privatización eran “muy pobres”. Y añadió: “Porque los números de la empresa fueron muy buenos, por lo menos el año pasado. De hecho, no se recibieron aportes del Estado”.
“No hay argumentos de peso [para la privatización de Aerolíneas Argentinas], más allá del conflicto gremial, que está motivado por una falta de diálogo, por lo que es un poco autogenerado”, agregó Ceriani, quien además se mostró incrédulo ante el posible interés de inversores privados en Aerolíneas Argentinas, tal como pretenden desde el Gobierno. “No es una situación en la que inversores quieran invertir a largo plazo en Argentina, y menos en el negocio aerocomercial, que es tan complejo. Con lo cual da para sospechar, en primer lugar, el prejuicio ideológico, y después un negocio, porque tiene activos entre los 400 y 500 millones de dólares. Se puede hacer una ganancia rápida liquidando los activos”, advirtió en diálogo con AM750.
¿Por qué el Gobierno intimó a Flybondi?
En este escenario de cancelaciones y demoras por parte de Flybondi, el Gobierno intimó a la compañía a regularizar su servicio. Lo hizo a través de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), un organismo que se encarga de fiscalizar los aviones y su mantenimiento, y que revisa las cancelaciones que son sancionables. “La ANAC, dependiente de la Secretaría de Transporte de la Nación y encargada del control y fiscalización del servicio aéreo, continúa labrando actas mes a mes y notificando a Flybondi por incumplimientos en la prestación de los servicios”, indicó un vocero de la agencia gubernamental.
En caso de no cumplir con el requerimiento de las autoridades nacionales, Flybondi podría recibir sanciones y hasta podría perder la autorización para operar sus rutas. “Se le ha dado un ultimátum a la empresa para que, en un plazo no mayor a 48 horas, presente un plan detallado para mejorar la prestación de servicio. El plan debe contemplar una reducción significativa de las cancelaciones y la implementación de medidas de contingencia que garanticen la protección de los derechos de los pasajeros”, explicó una fuente oficial de la Secretaría de Transporte.
¿Cómo se defendió Flybondi?
Desde Flybondi habían explicado que los problemas de cancelaciones y demoras se debían a razones operativas. “Hace tiempo que la cadena de suministro de la industria es compleja y eso genera mayores tiempos de abordaje de los temas técnicos que pueden presentar los aviones. Un tema que antes se resolvía en el día, hoy se tarda hasta 96 horas. Entonces, cualquier tema operativo, totalmente común en la industria, impacta en la programación del día”, aseguraron fuentes de la aerolínea low cost.
Y consultado por las razones que demoraron los procesos técnicos, el vocero de Flybondi argumentó factores externos a la empresa. “La complejidad para girar divisas desde 2023 fue devastadora para las industrias, y especialmente para la aerocomercial que tiene una lógica internacional y no local. Entre el 60% y 70% de los costos de las aerolíneas se pagan en dólares (leasing de aviones, repuestos, sistemas, simuladores de vuelo, procesos de mantenimiento programado, etcétera) mientras su recaudación es en pesos y la mayoría de sus proveedores no son locales”, sostuvo.
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Flybondi se encuentra entre las aerolíneas menos puntuales que operan en el Aeropuerto de Ezeiza.
¿Qué pasa si Flybondi no cumple el requerimiento del Gobierno?
En caso de no cumplir con el requerimiento estipulado por la ANAC, Flybondi podría ser objeto de un sumario, con su consecuente multa económica. “Si el elevado número de cancelaciones persiste, se tomarán mayores medidas para la prestación de un servicio de calidad y la protección de los derechos de los pasajeros que acceden a los pasajes”, advirtió la Secretaría de Transporte.
“El plan de acción correctivo que tendrá que presentar Flybondi deberá ajustar las solicitudes de vuelos que la aerolínea envía a la ANAC a su capacidad operativa real, evitando ofrecer vuelos que no pueda garantizar ni operar efectivamente. Asimismo, la ANAC, cumpliendo con su rol de autoridad de control y fiscalización del servicio de transporte aéreo, continuará labrando actas de infracción a las líneas aéreas por incumplimientos en la prestación de servicios”, explicó la fuente de la cartera que encabeza Franco Mogetta.
Y añadió: “El objetivo primario de estas sanciones es proteger a los pasajeros, aunque el propósito definitivo se verá reflejado cuando las empresas cumplan con sus servicios en tiempo y forma, bajando el promedio de infracciones que se realizan por mes”.
¿Las cancelaciones sin reprogramación son parte del bajo precio de las aerolíneas low cost?
Una de las principales críticas hacia las aerolíneas low cost es que, si bien ofrecen tarifas más accesibles, estos costos vienen acompañadas de un mayor riesgo para los pasajeros en cuanto a cancelaciones y demoras. Por ejemplo, Flybondi es la aerolínea con el mayor porcentaje de cancelaciones con un 68% del total de vuelos suspendidos. Este problema se agrava cuando las cancelaciones no se reprograman de manera oportuna, dejando a los pasajeros varados y sin alternativas claras.
Desde una perspectiva económica, algunos podrían argumentar que estos inconvenientes son parte inherente al modelo low cost. Las tarifas más bajas en el sector aéreo se logran, en gran medida, recortando costos operativos, lo que incluye la falta de ciertos servicios y la flexibilización de algunos estándares de puntualidad. Sin embargo, este “riesgo” que asumen los pasajeros al optar por vuelos de bajo costo genera una falta de confianza en el servicio y puede dañar la reputación de las aerolíneas a largo plazo.
¿Podrá el mercado expulsar a las aerolíneas en falta?
Las dificultades que enfrentan Aerolíneas Argentinas y Flybondi plantean la posibilidad de que, sin cambios sustanciales en su funcionamiento, el mercado termine expulsándolas. En el caso de Flybondi, su modelo de bajo costo ha demostrado ser insostenible si las cancelaciones continúan sin solución. Sin embargo, dada la falta de alternativas de transporte aéreo en muchas rutas nacionales, es posible que el mercado no sea tan eficiente a la hora de regular a las compañías.
Aerolíneas Argentinas, al ser una empresa estatal, enfrenta presiones políticas que complican su viabilidad a largo plazo. Sin el respaldo del Gobierno o sin una reforma estructural, podría verse arrastrada a una crisis de sustentabilidad, aunque la falta de competencia en algunas rutas puede darle una ventaja en el corto plazo.
¿El Estado debería sostener a Aerolíneas Argentinas como una empresa pública?
El debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas no es nuevo. La gestión de la empresa fue históricamente un tema de discusión política. Si bien la privatización de la compañía podría ser una opción para mejorar su eficiencia, también podría dejar al país sin una aerolínea de bandera que opere en rutas nacionales e internacionales clave.
Milei expresó de manera contundente su intención en privatizar la aerolínea, pero este proceso se encuentra estancado debido a la falta de consenso político. Mientras tanto, Aerolíneas Argentinas sigue siendo una pieza fundamental del transporte aéreo en nuestro país al unir ciudades dónde no llega otra compañía aérea, y su privatización podría tener consecuencias impredecibles en la conectividad nacional.