El Gobierno consiguió un poco de aire en el Congreso, al menos hasta después de las elecciones de la semana próxima, para las interpelaciones contra la secretaria General, Karina Milei, y los ministros de Economía, Luis "Toto" Caputo, y de Salud, Mario Lugones. La Casa Rosada negoció con gobernadores y bloques dialoguistas no avanzar con la iniciativa del kirchnerismo.
En las últimas horas, la administración de Javier Milei activó todos los canales de diálogo con los gobernadores del PRO, la UCR y el peronismo no kirchnerista junto con sus respectivos bloques en Diputados para evitar que los tres altos funcionarios tengan que dar explicaciones en el recinto por el escándalo de las coimas en torno a la figura de Diego Spagnuolo en la Agencia Nacional de Discapacidad y el swap de US$ 20.000 millones con los Estados Unidos.
El Gobierno consiguió postergar la interpelación a Karina Milei
"La oposición entendió que no era negocio quedar pegados a una agenda del kirchnerismo a pocos días de las elecciones. Era un riesgo demasiado alto para ellos. Eso pesó más que cualquiera de nuestros pedidos", le dijo a El Observador un funcionario con acceso al despacho presidencial.
Esta vez, y a diferencia de lo que sucedió en la sesión en la que el Gobierno consiguió que se posterguen las modificaciones a la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), no hubo peleas internas dentro de La Libertad Avanza (LLA) entre el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor presidencial Santiago Caputo. "Nos importa poco y nada en este momento quién se lleva los méritos. Es una discusión estúpida", agregó una fuente al tanto de las negociaciones.
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El Gobierno negoció con los dialoguistas y postergó la interpelación a Karina Milei para después de octubre.
La Libertad Avanza con una postura diferente hacia los gobernadores dialoguistas
Junto a Francos y Caputo, también el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el ministro de Interior, Lisandro Catalán; y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo "Lule" Menem, se anotaron la segunda victoria legislativa en menos de una semana. Es que el temor que reinaba en la Rosada era que los diputados del PRO, la UCR y el peronismo no K se plegaran a la estrategia de interpelaciones ante los continuos rechazos del oficialismo de dar explicaciones.
Pero la administración libertaria no fue la única que tendió puentes con la oposición para buscar generar calma desde lo político hasta las elecciones. La semana pasada visitó Buenos Aires el principal estratega del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con el objetivo de tomar la iniciativa en ese sentido. Ese fue el mandato que recibió Barry Bennett y que lo llevó a tener al menos tres encuentros con Santiago Caputo.
La primera reunión fue en la Casa Rosada, en la que Santiago Caputo buscó mostrar su cercanía con la administración republicana, pero a fines de la semana pasada se llevó adelante la más importante. En una oficina en el barrio porteño de Retiro, el estratega presidencial sentó a los diputados Cristian Ritondo, Rodrigo De Loredo y Miguel Ángel Pichetto ante Bennett. Allí el norteamericano, de acuerdo a lo que reconstruyó El Observador, expresó los motivos por los cuales desde el país del norte ven con buenos ojos que lleguen a un entendimiento de gobernabilidad.
Ese encuentro fue el broche final. Al margen de la reunión con Bennett, dentro de los bloques dialoguistas de la oposición no ven más margen en las próximas semanas para confrontar con el Gobierno. Uno de los ejes centrales de Provincias Unidas, por ejemplo, es presentarse como una alternativa entre el kirchnerismo y LLA; postura difícil de sostener a 12 días de una elección si se vota junto al espacio de Cristina Fernández de Kirchner.
Todos los planetas se alinearon para que Karina Milei evite ir al Congreso hasta después de las elecciones. Un poco de aire en el medio de una sucesión de derrotas.