La Cámara de Diputados vivió una jornada de alta tensión política este miércoles, en la que la oposición fracasó en su intento de revertir el veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria. La votación final, que arrojó un resultado de 153 votos a favor de la insistencia, 87 en contra y 8 abstenciones, dejó en claro la imposibilidad de la oposición para alcanzar los dos tercios necesarios para insistir con la norma. El oficialismo, junto a sus aliados y el aporte de una parte del radicalismo, logró bloquear el avance de la ley que había sido vetada por el presidente Javier Milei.
La ley en cuestión, aprobada por el Senado tres semanas atrás, proponía un incremento del 8,1% en los haberes jubilatorios, retroactivo a enero, además de un ajuste por inflación y un aumento adicional en marzo basado en la diferencia entre el índice Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) y el IPC. También contemplaba el pago de deudas a las cajas previsionales provinciales y la cancelación de juicios previsionales con sentencia firme. Sin embargo, el veto presidencial se justificó en el impacto fiscal que tendría la norma, equivalente a 1,2 puntos del PBI, lo que, según el Ejecutivo, pondría en riesgo el equilibrio fiscal y el superávit proyectado por el gobierno.
El resultado de la votación fue un golpe para la oposición, que enfrentó fracturas internas y ausencias claves. Uno de los episodios más comentados fue la deserción de cinco diputados radicales que, después de haber apoyado la ley en junio, decidieron cambiar su postura y respaldar el veto presidencial. La foto de estos legisladores junto a Milei en la Casa Rosada fue un claro indicio de la grieta que se abrió en el bloque radical, que hasta ese momento había presentado un frente unido en torno a la insistencia con la ley.
Entre los radicales que se alinearon con el oficialismo se encontraban Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi, quienes justificaron su voto señalando la necesidad de mantener la estabilidad fiscal. "Roma no paga traidores y el pueblo tampoco los vota", arremetió la diputada radical Danya Tavela, en alusión a sus compañeros de bloque que decidieron cambiar de bando. La tensión interna dentro de la UCR quedó expuesta durante toda la sesión, con reproches públicos y privados que reflejaron la creciente división en el partido.
Otro factor que contribuyó a la derrota de la oposición fue la abstención del bloque Innovación Federal, que cuenta con ocho integrantes provenientes de provincias como Río Negro, Salta y Misiones. A pesar de haber apoyado la ley en su momento, este bloque decidió abstenerse en la votación final. Su decisión, según explicó el diputado Agustín Domingo, estuvo basada en el reconocimiento de que la fórmula jubilatoria propuesta podría generar una ola de juicios contra el Estado por la falta de empalme entre las dos fórmulas vigentes. "No vamos a votar en contra de esa decisión política que tomó el presidente, pero tampoco vamos a convalidar", señaló Domingo, aclarando que la abstención de su bloque favoreció al oficialismo al elevar el umbral para los dos tercios necesarios.
Los argumentos en el debate y el pulso político
La sesión estuvo marcada por intercambios acalorados entre oficialistas y opositores, quienes debatieron sobre las implicancias del veto y el impacto de la ley en el sistema previsional y en la economía del país. El radical Rodrigo de Loredo, jefe del bloque UCR, reconoció las tensiones internas y defendió la insistencia total con la ley, pero también sugirió que el gobierno podría haber vetado parcialmente la norma, permitiendo al menos la recomposición del 8,1% para los jubilados. "No es una cuestión de todo o nada, podríamos haber avanzado en una insistencia parcial que respetara el aumento que necesitan los jubilados", señaló De Loredo, en referencia a la negativa del oficialismo a considerar alternativas.
Desde el bloque oficialista, Germán Martínez, de Unión por la Patria, fue uno de los principales defensores del veto presidencial y acusó a la oposición de falta de coherencia. "Estamos cansados de los que dicen que están a favor de los jubilados y terminan dándose vuelta como unos panqueques. Lo que no se puede perder es la coherencia", disparó Martínez, refiriéndose a los radicales que cambiaron su voto. Su discurso cerró con una crítica directa a la oposición: "Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente", parafraseando a León Gieco.
Por su parte, el economista José Luis Espert, alineado con el oficialismo, defendió el veto como una medida necesaria para proteger la estabilidad económica del país. "A ustedes no les importan los jubilados, solo los quieren usar para quebrar la columna vertebral del programa económico del gobierno", lanzó Espert, en un discurso encendido que también incluyó críticas hacia los kirchneristas, a quienes acusó de haber "destruido el sistema jubilatorio" al incluir a personas sin aportes.
El veto y el plan económico de Milei
Desde su llegada a la presidencia, Javier Milei ha impulsado un plan económico centrado en la reducción del déficit fiscal y el ajuste del gasto público, lo que explica su decisión de vetar la ley de movilidad jubilatoria. El presidente había adelantado que no permitiría una norma que comprometa el superávit fiscal, base de su programa de gobierno. "No hay margen para seguir aumentando el gasto sin generar inflación o deuda", reiteró en varias oportunidades Milei, quien además rechazó la posibilidad de vetar parcialmente la ley.
El oficialismo argumentó que la ley vetada representaba un costo fiscal insostenible para el Estado, al tiempo que defendió las reformas en marcha para garantizar la sostenibilidad del sistema previsional. "Estamos en un momento de ajuste necesario para evitar que el país siga cayendo en la espiral de inflación y deuda que nos dejó el kirchnerismo", afirmó Cristian Ritondo, jefe del bloque de Pro, durante su intervención en la sesión.
Sin embargo, desde la oposición, varios legisladores cuestionaron la justificación del gobierno, señalando que el impacto fiscal del aumento jubilatorio sería mínimo en comparación con otras áreas del gasto público. "Estamos discutiendo un aumento de 15 mil pesos promedio para los jubilados, algo que no quiebra las finanzas del Estado y que es una cuestión de justicia", argumentó De Loredo, quien lamentó la falta de apoyo de Unión por la Patria a la insistencia parcial.
El fracaso de la oposición en revertir el veto presidencial dejó expuestas las divisiones internas de los principales bloques opositores, especialmente dentro del radicalismo, donde varios diputados se alinearon con el gobierno en detrimento de la postura oficial del partido. Además, la abstención de Innovación Federal contribuyó a consolidar la victoria del oficialismo, que logró evitar que la ley vuelva a comisión para un debate prolongado.