El ruido, además, no solo es físico. El pin pin del servicio de mensajería, el correo que cae, el mensaje de texto, las redes sociales, son todos estímulos que se transforman en una montaña rusa emocional y que afectan la memoria, el aprendizaje y el bienestar mental. La consecuencia parecería obvia y, sin embargo, cada vez sufrimos de más ansiedad, depresión y burnout.
Te recomiendo que veas la conferencia del neurólogo Orell Mielke, El Poder del silencio, en la que explica qué es la Red neuronal por defecto (DMN). Esta red cerebral muestra más actividad cuando no estamos haciendo NADA, es decir, cuando estamos en silencio; nos permite “pensar en nosotros mismos, en los demás, en el pasado, el futuro, conectar recuerdos de largo plazo y crear nuevas ideas e intuiciones”. En cambio, la interrupción prolongada y constante de esta red se asocia con trastornos como el TDAH, autismo, esquizofrenia y demencia.
El silencio es un "nutriente esencial" para el pensamiento, porque nos permite “descomprimir el contenido de nuestra mente”, organizar pensamientos, sentimientos, recuerdos y opiniones con mayor claridad. Nos volvemos más contemplativos y menos propensos a sacar conclusiones a las apuradas que, estoy convencida, es uno de los grandes males de estos tiempos.
Entonces, ¿cómo integrar el silencio activamente a tu día? Te dejo algunas estrategias sugeridas por Mielke y otros estudiosos del tema:
- Generá pequeñas “islas de silencio" en tu día. Pueden ser cinco minutos o lo que puedas. La cuestión es que busques intencionalmente ese tiempo para no hacer nada ni escuchar nada.
- Aplicá el método Steve Jobs: Cuando se enfrentaba a un problema, Jobs salía a caminar sin celular. Siempre regresaba con alguna idea nueva o con una nueva forma de encarar un problema.
- Usá la rutina Antiestrés: Después de una reunión intensa, no sigas trabajando inmediatamente. Tómate unos minutos de silencio, abrí una ventana, respirá hondo. Esto permite que la DMN procese las emociones, reduciendo el agotamiento al final del día.
“El silencio es un superpoder. Es una fuente de fuerza. No debería irritarnos. Debería energizarnos”, dice el neurólogo. ¿Por qué, entonces, lo asociamos tantas veces con la soledad y la tristeza? Tal vez el silencio irrita porque nos obliga a enfrentarnos con lo que realmente importa. El ruido siempre está, pero hace falta trabajo y un poco de coraje para dejarlo ir.
Para ver
Setiembre 5. Me gustó mucho la película Setiembre 5, otro punto de vista, en este caso periodístico, sobre la toma de rehenes que se produjo durante los Juego Olímpicos de Munich, contra la delegación israelita, con consecuencias terribles. Esta vez el centro no está en la delegación, sino en la sala de control de la cadena estadounidense ABC Sports, que debe hacer frente a una cobertura inesperada, con constantes desafíos técnicos pero, sobre todo, éticos. La película te hace reflexionar sobre el impacto del periodismo en los eventos que cubre. Se puede ver en Paramount, en las plataformas online de los servicios de TV para abonados.
Billy. Si te gusta la música de Billy Joel mirá la nueva serie documental de HBO MAX, Billy Joel. And so it goes. Y si no te gusta o nunca escuchaste hablar de él, mirala igual. El gran músico de Piano Man y tantos otros clásicos, cuenta su historia y las particularidades de su música, incluyendo las referencias clásicas de canciones icónicas como Uptown Girl. El documental toma su título de una de las más hermosas canciones de amor, And so it goes, cuya letra podés leer acá. Billy la escribió en 1983 inspirado en una balada escocesa, y utilizó el llamado tetrámetro yámbico, un metro poético que se usaba en la poesía de la antigua Grecia y Roma. “In every heart there is a room/A sanctuary safe and strong/To heal the wounds from lovers past/Until a new one comes along”.
Menem. La serie recién estrenada en Amazon Video, sorprende por su consistencia, por su impecable cinematografía, por sus continuos guiños a lo que fue y lo que es Argentina, por su sensibilidad para describir la ambición, la mentira y la corrupción, pero también el amor y la pasión. Menem, el de la sonrisa amplia, las patillas largas y la esche riojana. Menem, el presidente que asumió con más de 5.000% de inflación y debió competir por el poder con su propia esposa, Zulema Yoma. Mirando los seis capítulos de lo que seguramente será una primera temporada, me encontré riéndome a carcajadas ante cuestiones que daban para llorar. Pero bueno, así es la política (!!). Frase célebre: “Es imposible hacer un buen asado sin sacrificar a la vaca”.
Acá podés leer más sobre esta serie con buenas actuaciones (y personificaciones) de Leonardo Sbaraglia y Griselda Siciliani, entre otros, además del siempre impecable Juan Minujín.
Un minuto de silencio….por la democracia
Este fin de semana agradecí el silencio y el tiempo para ver, con calma, el nuevo documental de la realizadora brasileña Petra Costa. Apocalipsis en los trópicos (Netflix), una mirada inteligente que reflexiona sobre la creciente influencia de la religión evangélica en la política de Brasil, entre otros. La directora relata cómo en poco más de 40 años los evangélicos pasaron de ser el 5 al 30% de la población, una verdadera revolución religiosa pocas vista en la historia. En este caso la trama se mueve en torno al pastor televisivo Silas Malafaia, un personaje controvertido que supo apoyar a Lula para luego denostarlo y convertirse en la fuerza detrás de Bolsonaro.
Petra, que ya había hecho otro muy buen documental, Al filo de la Democracia(también en Netflix), logra en su última película un acceso algo insólito a la intimidad de líderes religiosos y políticos. Con su documental, Costa construye algo así como una advertencia global sobre los riesgos de mezclar religión y poder político, sobre cómo la democracia puede ser erosionada por algunos tipos de fe.
“Lo que ella señala es cómo estas tres cosas —el atractivo del dinero, el atractivo de la celebridad y el atractivo del poder— constituyen una trinidad impía, especialmente cuando son sostenidas y veneradas por una figura como Malafaia, que puede repartirlas”, escribió el New York Times sobre el documental.
Grandes documentales
Vivimos en la era de las listas y los rankings y, aunque tienen sus altibajos y gran cuota de capricho, al menos sirven para dar ideas y para descubrir. La lista está ahí, y luego nos corresponde a cada quien explora con ojo crítico y decidir qué se ve y qué no.
En estos días salió la lista de Harpers Bazaar con los 31 mejores documentales de la historia, un título ambicioso que no me siento capacitada para calificar, pero que presenta una serie de películas a las que no siempre accedemos, sobre todo porque ni nos enteramos que existen.
El documental y la serie documental están en su mejor momento, sobre todo porque ahora podemos verlos en alguna de las plataformas de streaming.
Recién me desayuno que existe una película tan potente como Sugarcane (2024), una investigación que pone los pelos de punta sobre la llamada misión escolar residencial indígena de St.Joseph’s, en Canadá, luego de que en 2021 se encontraran tumbas no identificadas en los terrenos del internado católico. Es otro capítulo del siempre triste y devastador intento por convertir a personas “diferentes” en lo que no son, en este caso a indígenas en católicos, con el agregado de abusos sexuales y físicos, e incluso infanticidios sistemáticos. Se puede ver en Disney.
Otro que descubrí por esta lista y que me dejó el corazón arrugado es es To kill a Tiger (Netflix), la historia de la travesía de Ranjit, un granjero de la India que busca justicia para su hija de 13 años, secuestrada y abusada sexualemente por tres hombres durante una boda familiar. En este caso no se trata únicamente de un padre desesperado, sino de un padre desesperado en una sociedad en al que las condenas por violación son poco frecuentes y las víctimas suelen ser hasta culpadas por lo que sufrieron.
Fuegos acá nomás
Conocí hace muy poco a los propietarios y almas de Chocha y Nena, un restaurante de campo que queda a no más de media hora de Montevideo, que ofrece una experiencia tan diferente como típica. La consigna es comer rico y pasarla bien entre amigos, con un menú que se hace por completo sin electricidad, con fuegos de fogones o en un horno del que salen delicias como matambre a la leche, panes caseros y tanto más. Todos los sábados y domingos al mediodía es posible disfrutar de esta comida deliciosa y casera, además de muchas actividades de campo, desde caballos hasta conejos, en este establecimiento que originalmente fue un lugar de cría de ovejas y que ahora combina la gastronomía con la producción.
Además de las carnes y los platos tradicionales, también hay pastas rellenas de verdura y mollejas (que sustituyen los tradicionales “sesos” que se usaban siempre en el campo), verduras grilladas y buenos dulces. El menú es fijo y bien variado y se acomoda a todos los gustos.
La idea es pasar una tarde sin apuros, porque el ticket incluye todo lo que puedas hacer desde las 12 a las 16 hs. Es importante reservar, porque solo se aceptan comensales por esta vía. Una vez que te contactes con ellos te cuentan cuál es el menú del fin de semana.
La tarde termina lenta con un mate de té, hecho con hierbas de la zona así como cascaritas de naranja y algún otro toque secreto que lo convierten en el digestivo perfecto.