Esta semana El Observador informó que Ancap planea realizar en el transcurso del tercer trimestre un primer remate de piezas del tercer horno de portland que se compró en 2013 durante la administración de Raúl Sendic para la planta de Paysandú, pero que nunca se instaló.
La Federación de Ancap emitió este viernes un comunicado en donde rechaza el remate de esos equipos.
“Esta decisión solo se comprende desde una perspectiva nociva de este Directorio que ha buscado en todo momento hacer desaparecer la industria cementera estatal”, dice el texto.
El sindicato agregó que “luego de una pésima gestión que persiguió en todo momento la privatización del portland, hoy, en plena retirada, el Directorio y el gobierno nacional pretenden dar el golpe de gracia a la fábrica de Paysandú”.
Por otro lado, señalaron que el remate de los equipos del horno tres “condenaría a desaparecer a la fábrica de Paysandú”.
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“La Federación de Ancap le solicita al Directorio de Ancap y al gobierno nacional no tocar los activos que inversión mediante salvarán la industria cementera estatal”, dice el comunicado.
Desde su compra, el horno permanece embalado en contenedores ubicados en la planta de Paysandú y nunca llegó a ser instalado. El horno tres costó unos US$ 53 millones, a los que se le suman los costos de seguro y vigilancia hace 10 años.
El negocio del portland se encuentra actualmente en una situación crítica tanto en lo industrial, como en lo comercial, pero el cierre de las plantas no es una alternativa que esté hoy en la agenda de las autoridades.
Por lo pronto, los esfuerzos de Ancap se concentran en una reestructuración del negocio, con estrategias industriales diferentes para las dos plantas. El objetivo principal es “mitigar” pérdidas en un sector con resultados operativos negativos desde hace 23 años.