22 de agosto 2025 - 9:22hs

El desplome de los precios del petróleo, el principal producto de exportación, y el bajo nivel de las reservas del Banco Central han provocado una aguda escasez de dólares. La oferta de divisas resulta insuficiente frente a una demanda creciente, y el desequilibrio ha disparado la devaluación: a comienzos de año, un dólar costaba 52 bolívares en el mercado oficial, hoy cuesta 137 y mañana costará aún más.

El declive sostenido de la moneda ha impulsado el uso de criptomonedas, en particular de Tether (USDT), cuyo valor está vinculado al dólar. Tether se compromete a respaldar cada USDT en circulación con un dólar en reserva, con el objetivo de mantener una paridad constante: 1 USDT igual a 1 dólar.

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“No puedo dejar en el banco los bolívares que ingresan a la empresa porque mañana valen menos. En el mercado oficial no te venden suficientes dólares -si es que te venden-, así que voy al mercado de criptomonedas y compro USDT. Cinco o seis días después, cuando necesito hacer pagos en bolívares, los vendo nuevamente”, explica el tesorero de una compañía de productos químicos.

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Un mural refleja la crisis cambiaria en las calles de Caracas

Un mural refleja la crisis cambiaria en las calles de Caracas

Para comprar los USDT con bolívares las empresas acuden a plataformas de compra y venta de criptomonedas como Binance, Bitget o Bybit. En paralelo, existen operaciones fuera de estos canales, conocidas como OTC (Over The Counter), en las que intermediarios conectan a compradores y vendedores para transacciones de mayor volumen equivalentes, como mínimo, a 50.000 dólares.

Plataformas como Binance han desarrollado mesas de operaciones especializadas para facilitar este tipo de transacciones. Están orientadas a grandes empresas, comerciantes con alta rotación de capital y personas con patrimonios relevantes que demandan operaciones de elevada liquidez.

La brecha cambiaria

Las empresas necesitan bolívares para pagar sueldos, impuestos u otros compromisos. Para conseguirlos, venden sus USDT. ¿La razón? En las plataformas cripto, cada dólar, o USDT, se cotiza a un tipo de cambio distinto al del mercado oficial, a una tasa entre 30% - 40% más alta porque es un mercado que no tiene el control del Banco Central, es más libre.

“Un USDT es igual a un dólar, pero en las plataformas cripto el tipo de cambio es distinto al oficial. Entonces vendo mis USDT, recibo más bolívares y después pago compromisos al tipo de cambio oficial que es el único que reconoce el Gobierno. Es un arbitraje que te beneficia”, explica el gerente de una empresa de alimentos.

No obstante, en distintos sectores de la economía comienza a expandirse el uso de criptomonedas, especialmente los cobros en USDT. Empresarios explican que proveedores, como productores de arroz, maíz y cacao, han empezado a exigir pagos en USDT para resguardarse.

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Las importaciones

Las criptomonedas también se han convertido en una vía para que empresas venezolanas paguen la importación de materia prima e insumos. Tesoreros explican que, una vez adquiridos los USDT, hay dos caminos: algunos proveedores aceptan directamente el pago en esta criptomoneda; en otros casos, es necesario vender los USDT a través de alguna plataforma o mediante un intermediario, obtener divisas y luego transferirlas al exterior.

En el mercado circula con insistencia la versión de que el Gobierno, para esquivar las sanciones de Estados Unidos, estaría recibiendo parte de los pagos por la venta de petróleo en criptomonedas. Según fuentes del sector, esos criptoactivos se estarían utilizando para aliviar la escasez de dólares, mediante la venta de USDT a empresas privadas que necesitan importar insumos.

Ante la escasez de divisas, el Gobierno se ha enfocado en asegurar a toda costa las importaciones que necesitan las empresas que están en sectores que cataloga de prioritarios, como alimentos básicos, medicinas y artículos de cuidado personal.

El uso de criptomonedas para pagos al exterior ofrece una vía más flexible que el sistema financiero tradicional, donde las empresas venezolanas enfrentan controles adicionales desde que el país fue incluido en la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en junio de 2024. Las plataformas cripto permiten sortear barreras regulatorias, agilizar transacciones y mantener activos fuera del alcance de los mecanismos convencionales de supervisión.

Pagos en comercios

El uso de criptomonedas también empieza a ganar terreno entre personas que buscan proteger su dinero frente a la inflación y la devaluación, además de utilizarlas como medio de pago en comercios.

Crixto

A través de aplicaciones como Crixto, los venezolanos pueden abrir una cuenta en criptomonedas, transferir fondos y pagar directamente en establecimientos. El sistema está vinculado a bancos locales, lo que permite convertir las criptomonedas en bolívares y completar el pago de forma inmediata.

No hay cifras oficiales que permitan dimensionar con precisión el uso de criptomonedas en Venezuela. Sin embargo, en el segundo trimestre de 2024, un estudio de la firma estadounidense Chainalysis estimó que el mercado local alcanzó los 11.700 millones de dólares, lo que representó un incremento del 134% respecto a los 5.000 millones registrados en el mismo período de 2023.

En un contexto marcado por la devaluación persistente, la escasez de divisas y una inflación que, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, acumuló un 105% en los primeros cinco meses del año, todo indica que las criptomonedas seguirán ganando terreno como herramienta para transacciones, pagos y resguardo de valor.

El efectivo dejó de ser el centro del sistema informal. Las transacciones se digitalizaron y el mercado paralelo de divisas se trasladó a las aplicaciones móviles, donde circulan criptomonedas a tasas que escapan al control oficial.

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