En una decisión que intensifica la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, el presidente Donald Trump revocó las licencias que permitían a empresas europeas como Eni (Italia), Repsol (España) y Maurel & Prom (Francia) operar en el sector petrolero y gasífero de Venezuela, una industria clave que aporta ocho de cada diez dólares que ingresan al país y genera combustible para las plantas eléctricas.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, explicó en un evento sobre las perspectivas energéticas en España que “tenemos en Venezuela 32 años y somos sobre todo productores de gas, casi el 85% de nuestra producción es gas natural que además sostiene una parte del sistema eléctrico de todo el occidente venezolano”.
Agregó que “siempre hemos respetado y respetaremos todo el ámbito de la legislación relativa a sanciones internacionales” y afirmó que “estamos en relación directa con las autoridades americanas y vamos a ver si somos capaces de buscar mecanismos que puedan permitir continuar con nuestra actividad”.
Aparte de producir gas natural, un recurso esencial para una parte del sistema eléctrico de Venezuela, que ya sufre fallas constantes debido a un déficit en la generación al punto que la semana pasada obligó a reducir la jornada laboral en el sector público, Repsol es socia de Pdvsa, la empresa petrolera del Estado venezolano, en campos que aportan el 3% de los 900 mil barriles diarios de petróleo que produce el país.
Venezuela - combustible - PDVSA - EFE.jpg
Eni emitió un comunicado en el que confirmó haber recibido la notificación de Washington sobre el fin de la licencia que le permitía producir gas en Venezuela. Hasta ahora, Pdvsa compensaba a Eni por esa producción con barriles de petróleo.
“Eni confirma haber sido notificada de que las autoridades estadounidenses ya no autorizarán que Pdvsa reembolse la producción de gas de la compañía en el país mediante suministros de petróleo”, dijo la empresa italiana en un comunicado reseñado por la agencia EFE.
El comunicado añade que Eni “siempre opera en pleno cumplimiento del marco de sanciones internacionales” y que mantiene un diálogo con las autoridades estadounidenses “para identificar opciones que garanticen que Pdvsa pueda remunerar los suministros de gas no sancionados, esenciales para la población”.
La empresa francesa Maurel & Prom, que a través de sus asociaciones con Pdvsa genera 2% de la producción petrolera de Venezuela, informó que su licencia para operar en el país fue revocada y tiene plazo hasta el 27 de mayo para apagar las operaciones.
Además, Global Oil, una compañía naviera propiedad del magnate estadounidense Harry Sargeant, fue notificada sobre la revocación de la licencia que le permite transportar petróleo venezolano que se emplea en la producción de asfalto en Estados Unidos.
Máxima presión contra Maduro
Durante su primer mandato, Donald Trump implementó una política de máxima presión al considerar ilegítimas las elecciones en las que Nicolás Maduro fue reelegido por primera vez. Posteriormente, el presidente Joe Biden suavizó las sanciones al otorgar licencias que permitieron a diversas transnacionales petroleras operar en el país. Ahora, Donald Trump ha revocado dichas licencias y adoptado medidas que afectan a toda la industria petrolera venezolana.
Washington, al igual que una larga lista de países, no reconoció como legítimas las elecciones de julio de 2024 en las que Nicolás Maduro fue reelegido por segunda vez. Además, Donald Trump ha acusado al mandatario venezolano de introducir de manera intencional criminales en Estados Unidos.
En lo que parece configurar una política aún más estricta que la de máxima presión aplicada durante su primer mandato, Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 25% para todos los países que adquieran petróleo y gas venezolano. Esta medida busca afectar las exportaciones que constituyen la principal fuente de divisas del país.
En febrero de este año, China recibió un promedio de 500 mil barriles diarios de petróleo provenientes de Venezuela. India, a través de su refinería Reliance, adquiere aproximadamente 100 mil barriles diarios, mientras que Estados Unidos importa cerca de 230 mil barriles diarios. Por otro lado, una pequeña porción de las exportaciones se dirige a España y Francia.
https://www.bbc.com/mundo/articles/cly642ezvvqo
Trump acusó a la Venezuela de Maduro de enviar criminales a Estados Unidos.
Getty Images
La medida anunciada por Donald Trump impactaría, en principio, a todos los países que adquieran petróleo venezolano. Sin embargo, aún queda por determinar el alcance real de esta política y su efectividad en la práctica.
China representa un mercado estratégico para el régimen de Nicolás Maduro, pero mantener la compra de petróleo venezolano podría exponer al gigante asiático a un arancel que impactaría sus exportaciones hacia Estados Unidos, un socio comercial fundamental y difícil de reemplazar.
No obstante fuentes consultadas consideran que al igual que en el pasado, China seguirá comprándole petróleo a Venezuela a través de intermediarios que permiten eludir las sanciones. El beneficio para China es que estos barriles los compra con un gran descuento en el mercado negro.
India, el otro comprador estratégico a través de su refinería Reliance, no se ha pronunciado de manera oficial, pero en el pasado ha cumplido con las sanciones de Estados Unidos.
La licencia de Chevron en Venezuela
Además, Donald Trump revocó la licencia que le permite a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela, dándole plazo hasta el 27 de mayo para concluir sus operaciones.
En Venezuela Chevron está asociada con Pdvsa y tiene la gerencia y el control de los proyectos. Además vende el petróleo en Estados Unidos y para pagar impuestos y regalías, en bolívares, oferta las divisas en el mercado cambiario.
De acuerdo con la consultora Síntesis Financiera, Chevron está aportando 30% de la oferta de divisas en el mercado oficial y se estima que genera la cuarta parte de todo el petróleo que está produciendo Venezuela.
Delcy Rodríguez con Maduro - AFP.jpg
La desafiante respuesta del chavismo
La perspectiva de una drástica caída en el ingreso proveniente del petróleo por el cerco a las exportaciones y porque todos los barriles tendrían que ser vendidos en el mercado negro, con un enorme descuento, ha potenciado la demanda de dólares propiciando la depreciación del bolívar y aumentando la presión inflacionaria.
No obstante la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, afirmó a través de un comunicado que el Gobierno ha mantenido “comunicación fluida” con las empresas que han sido notificadas por parte de Estados Unidos de la revocatoria de las licencias y que “estábamos preparados para esta coyuntura”.
“Como siempre lo hemos sostenido, las empresas internacionales no requieren licencias ni autorización de ningún gobierno extranjero dado que Venezuela no reconoce ni aplica jurisdicción extraterritorial alguna”, añade el comunicado.
La experiencia demuestra que las empresas extranjeras en su mayoría acatan las decisiones de Washington porque violar las sanciones las expone a medidas que afectarían sus negocios en Estados Unidos.
El comunicado afirma que “al cierre de marzo y en vísperas de iniciar abril, la producción petrolera en Venezuela se encuentra en normalidad y atendiendo el plan trazado para el incremento de producción en los distintos campos”.