En abril, cuando se publicó el informe del PIB del primer trimestre, hice una predicción pública: dije que la Reserva Federal reduciría las tasas de interés al menos dos veces antes del tercer trimestre. Esa predicción se basó en principios económicos fundamentales y, efectivamente, esos fundamentos se cumplieron.
Una forma sencilla de entender esta dinámica es que, cuando las tasas de interés son bajas, pedir préstamos es más barato, lo que impulsa la demanda. Durante la pandemia de covid-19, la Fed redujo drásticamente las tasas, lo que generó una demanda extraordinaria. Esto, junto con las interrupciones en la cadena de suministro, provocó que la inflación alcanzara niveles récord.
Al analizar el crecimiento del PIB y los datos del Índice de Precios al Consumidor (CPI), quedó claro que la inflación se estaba estabilizando y que la economía buscaba equilibrio. Sin embargo, reducir las tasas demasiado pronto o demasiado rápido podría haber interrumpido este progreso. Afortunadamente, el momento ha sido adecuado, permitiendo una transición más fluida.
Perspectiva Económica Actual
Al momento de la publicación de este artículo, la Reserva Federal ha logrado su objetivo de reducir la inflación al 2,4%, por debajo del promedio histórico de 2,8%. Con la inflación controlada y el desempleo estable alrededor del 4%, la economía muestra señales alentadoras de estabilización. Esto le ha dado a la Fed margen para reducir las tasas de interés sin comprometer la salud económica.
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El presidente de la Fed, Jerome Powell
AFP
Se espera que estas reducciones en las tasas disminuyan los costos de productos esenciales como alimentos, combustible y materiales de construcción, brindando un alivio muy necesario para consumidores y empresas.
Qué significa esto para el mercado inmobiliario
A pesar de estas mejoras económicas, queda un desafío importante: Estados Unidos sigue enfrentando una escasez de viviendas de aproximadamente 2 a 4 millones de unidades. Incluso con tasas de interés en descenso, este desequilibrio entre oferta y demanda probablemente mantendrá la presión al alza en los precios de las viviendas. Aquellos que esperaban un colapso del mercado inmobiliario deberán ajustar sus expectativas, ya que la mayor demanda solo impulsará los precios más alto.
Para desarrolladores e inversionistas como yo, esta situación presenta una oportunidad única. La escasez persistente de viviendas, junto con los menores costos de financiamiento, sugiere una demanda constante y promete buenos rendimientos en las inversiones inmobiliarias.
El impacto de las elecciones en la economía
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la economía enfrenta una capa adicional de incertidumbre. Los mercados suelen reaccionar a los cambios políticos, y esta elección será clave para definir las políticas futuras en materia de gasto público, impuestos y regulación, las que afectarán al mercado inmobiliario.
Una nueva administración podría introducir cambios en las políticas de vivienda, programas de asequibilidad o inversiones en infraestructura, mientras que una continuación del liderazgo actual podría centrarse en la estabilidad económica y el control de la inflación. Históricamente, los mercados experimentan volatilidad antes de las elecciones, pero con una planificación adecuada, esta volatilidad puede convertirse en oportunidades para los inversores.
Si bien las elecciones introducen algo de incertidumbre, también abren nuevas posibilidades. Ya sea a través de nuevas políticas o la continuidad de la estrategia actual, la economía está bien posicionada para crecer. Mantenerse informado y ser proactivo permitirá tanto a inversionistas como a propietarios aprovechar las oportunidades en este panorama cambiante.