Internet está lleno de información y también de desinformación pero, más aún, de propaganda. Los algoritmos encierran a las personas en pequeñas burbujas alimentadas por aquello con lo que interactúan, lo que les gusta y, según muchos, también por “lo que la matriz quiere que pensemos”.
Cuando la gente habla de “la matriz”, se refiere al sistema que —desde el poder— empuja información con la intención de manipular a las masas. Los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales son el canal usado para lograr ese objetivo.
En internet circula mucha propaganda con propósitos políticos e ideológicos. Una que ha llamado mi atención, por lo frecuente y lo insistente, es: “China es más avanzada que Estados Unidos” o “China es más capitalista que Estados Unidos”.
Son incontables las publicaciones en redes sociales mostrando trenes bala, rascacielos, autopistas, vehículos futuristas y transportes atravesando edificios. Solo les falta hacernos creer que en China la gente puede volar y que Superman nació en Pekín.
China - Rascacielos - AFP
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El debate: Keyu Jin y la narrativa china
En un podcast de Lex Fridman con la economista china Keyu Jin, ella afirma justamente estas ideas que la propaganda china ha estado empujando en redes sociales: que China es “más avanzada” y “más capitalista” que Estados Unidos.
La conversación es larga, pero vale la pena escucharla. En los primeros minutos, Jin asegura que China es mucho más capitalista que Estados Unidos, basándose en la forma en la que construyen monumentos —grandes obras de infraestructura— y en cómo utilizan la tecnología, es decir, en su manera de producir riqueza.
La economista afirma que “la economía china es descentralizada en el sentido de que millones de personas pueden abrir negocios, innovar y competir. Hay derechos de propiedad. Y muchísima gente obsesionada con hacer dinero, incluso más que en cualquier otro lugar del mundo. En teoría, cualquiera puede convertirse en el próximo Steve Jobs”.
Embed - Keyu Jin: China's Economy, Tariffs, Trade, Trump, Communism & Capitalism | Lex Fridman Podcast #477
Sin embargo, en ningún momento Jin menciona los principios que definen a un sistema capitalista: los derechos individuales (vida y libertad), el apego irrestricto a la propiedad privada, y mucho menos la idea de un gobierno pequeño, la descentralización económica y el libre mercado.
La economista se enfoca en el aspecto superficial del uso del capital, algo muy común en sociedades con raíces comunistas: la construcción de grandes obras para aparentar desarrollo, copiar la estética de ciudades libres y tener imágenes de “avances” que venderle al mundo, para que crean que “el comunismo o socialismo es mejor”.
Capitalismo vs comunismo: diferencias esenciales
Aclaremos dos puntos.
Primero: nadie niega el avance tecnológico de China. Las grandes corporaciones producen allí porque es más barato. Pero esto ocurre porque el Partido Comunista regula toda la economía y decide incluso cuánto puede ganar un ciudadano. No es eficiencia capitalista: es control centralizado que se parece más a la esclavitud que a la libertad.
Segundo: la diferencia entre capitalismo y comunismo es clara.
- El capitalismo es pro-libre mercado, respeta la vida, la libertad y la propiedad, con desregulación y descentralización económica. El Estado solo debe garantizar seguridad y justicia.
- El comunismo es anti-libre mercado. La vida, la libertad y la propiedad nunca pueden estar por encima del supuesto “bien común”, definido por un Estado grande que controla la economía y la política.
Estas diferencias también son culturales. Estados Unidos fue fundado por personas que huían de la tiranía en busca de libertad. China, en cambio, vivió más de 2.000 años bajo emperadores y dinastías. Cuando llegó el comunismo en el siglo XX, Mao Zedong y el Partido Comunista solo heredaron esa tradición de centralización y obediencia. Cambiaron al emperador por el Partido.
Keyu Jin desnuda el sistema chino
La narrativa de Keyu Jin sobre la “China capitalista” tiene límites muy claros. Ella misma reconoce que en China el gobierno no reprime al sector privado mientras las empresas sean productivas y mantengan un perfil bajo. El problema surge cuando alguien acumula demasiado poder económico o demasiada visibilidad: entonces entra en el radar del Partido Comunista.
Los chinos lo resumen con un dicho: “El árbol más alto recibe más viento”. Si destacas demasiado, el gobierno puede inventar rumores, abrir investigaciones o simplemente cortarte las alas.
El caso de Jack Ma, fundador de Alibaba, lo demuestra: el Estado actúa cuando percibe que alguien empieza a proyectar más poder que el político. Ese sistema no es casualidad, es lo que en Occidente llamamos centralismo, propio de modelos socialistas o comunistas.
En Occidente —y especialmente en Estados Unidos— la dinámica es distinta. Aquí el capital muchas veces influye y controla la política. En China ocurre lo contrario: el poder político siempre está por encima del dinero.
Por eso, el consejo para cualquier emprendedor chino es claro: no llames demasiado la atención. Haz filantropía. Mantén la cabeza baja.
En Estados Unidos, en cambio, el sistema es más tolerante con el empresario excéntrico, mediático o incluso crítico con el poder. Elon Musk es un ejemplo, y de hecho este comportamiento se estimula.
Es una diferencia cultural profunda y clave: el emprendedor chino prospera en la sombra, mientras que el estadounidense prospera en la exposición.
¿Funcionaría la cultura china en Occidente?
Si China llegara a convertirse en el imperio dominante, Occidente no estaría adoptando un capitalismo más eficiente, sino un sistema centralizado condicionado por la obediencia política. Sería un comunismo disfrazado: donde sí, puedes prosperar, pero solo hasta el punto en que tu éxito no supere al poder del Estado.
China - Desfile militar - AP
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Así que la próxima vez que veamos propaganda china en internet, preguntémonos:
¿Queremos vivir en un sistema donde el Estado tiene la primera y la última palabra?
¿O preferimos el sistema occidental —con todos sus defectos— donde la propiedad privada y el capital pesan tanto que incluso influyen en quién gobierna?
Soy libertario y sueño con el día en que logremos hacer al gobierno tan pequeño que sea prácticamente innecesario.
Y eso… eso está mucho más cerca de ocurrir en Occidente que en China.