El gobierno de Joe Biden anunció nuevas normas para proteger los datos del gobierno federal e información personal de sus ciudadanos y evitar que caigan en manos de "países preocupantes" como Cuba, Venezuela, China, Irán y Rusia para realizar ciberataques, espionaje o chantaje.
Las nuevas regulaciones, que buscan implementar una orden ejecutiva firmada por Biden en febrero, establecen límites a ciertas transacciones comerciales para impedir que enemigos de EEUU utilicen datos financieros, biométricos, genómicos, de geolocalización y de salud de ciudadanos estadounidenses.
Las restricciones se dirigen contra lo que Estados Unidos considera "países preocupantes", una designación que incluye a China, Rusia, Corea del Norte, Irán, Cuba y Venezuela.
"Los países preocupantes emplean tecnologías avanzadas como el análisis de macrodatos, la inteligencia artificial (IA) y la informática de alto rendimiento para manipular y explotar estos datos con mayor eficacia. A pesar de los esfuerzos para restringir el acceso ilegal a los datos, las leyes actuales permiten a los países preocupantes acceder a los datos personales sensibles de los estadounidenses y a los datos relacionados con el gobierno a través de medios comerciales", indicó el Departamento de Justicia.
Cuáles son las restricciones
Las normas presentadas este lunes especifican, por primera vez, los tipos y cantidades de datos cuya transferencia queda prohibida a estos seis países.
En concreto, las compañías estadounidenses no podrán enviar datos genómicos de más de 100 estadounidenses, así como información personal de salud o financiera de más de 10.000 personas. Además, se prohibiría la transferencia de datos de geolocalización de más de 1.000 dispositivos estadounidenses y datos personales, como documento, número de seguro social o licencia de conducir, de unas 100.000 personas
La orden ejecutiva se basa en la preocupación de los servicios de inteligencia de que países adversarios estén tratando los datos personales de ciudadanos estadounidenses como un valioso "recurso estratégico", accediendo a ellos de manera creciente mediante terceros.
Uno de los objetivos de estas naciones es supuestamente comprender mejor el comportamiento de la población estadounidense, incluyendo sus hábitos de consumo, para potencialmente utilizar esta información en contra de Washington.
Algunas de las víctimas podrían ser miembros de las Fuerzas Armadas o funcionarios de su Gobierno, lo que supone un riesgo aún mayor para el país.
Con información de EFE