El cáncer de mama sigue siendo uno de los diagnósticos que más temor despierta, pero hoy la palabra ya no significa lo mismo. Los avances médicos, la detección temprana y las redes de apoyo están cambiando la historia de miles de mujeres que no solo sobreviven, sino que también encuentran una nueva forma de vivir.
En una nueva entrega de MP Talks, el ciclo desarrollado por El Observador junto a Medicina Personalizada (MP), el cáncer de mama fue abordado desde tres miradas complementarias: la de quienes lo vivieron en primera persona y la del médico que acompaña ese proceso. Elena Guerra y Beatriz Alonso compartieron sus testimonios, mientras que el oncólogo Diego Touya ofreció una perspectiva profesional sobre los avances y los desafíos actuales.
“Cuando me vi pelada, fue el momento en que realmente me sentí enferma”, contó Guerra al recordar una de las etapas más difíciles del tratamiento. Relató cómo recurrió a la Fundación Clarita Berenbau para acceder a una peluca, un gesto que —dijo— le devolvió autoestima y energía: “Te hace sentir mejor, te levanta mucho el ánimo”. También destacó el papel de la detección temprana y el acompañamiento médico:
Cuando te explican que hay tratamientos eficaces y casos de éxito, empezás a verlo con esperanza Cuando te explican que hay tratamientos eficaces y casos de éxito, empezás a verlo con esperanza
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Alonso, por su parte, recordó el impacto del diagnóstico: “Sentí como un pozo negro que se me abría”. Sin embargo, con el paso del tiempo, logró transformar el miedo en fortaleza. “Después que lo pasás, le perdés el miedo a la palabra cáncer. Es difícil, pero se sale. Y cuando mirás para atrás decís: ‘¿Cómo hice para hacerlo?’. Pero lo hiciste, y estás viva, y estás bien”, agregó.
Su relato también incluye gestos de resiliencia y amor. La peluca que usó durante el tratamiento fue confeccionada con su propio cabello, guardado desde su infancia por su padre. “Fue muy linda, era de mi pelo. Y después la compartí con otras personas”, contó.
Desde la visión médica, el doctor Touya destacó el cambio de paradigma. “Hoy se concibe al cáncer como una patología crónica. En el caso del cáncer de mama, la gran mayoría de las pacientes se curan”, mencionó. También, explicó que los tratamientos actuales son mucho más tolerables y efectivos que en el pasado. “La quimioterapia tiene muchos mitos, pero hoy controlamos bien los efectos adversos, incluso la caída del cabello. Además, las cirugías son menos agresivas y logran los mismos resultados”, añadió.
Touya subrayó además la importancia de “desmitificar la palabra cáncer” y acompañar a las pacientes desde la información y la contención emocional. “Tiene que transformarse en una gran anécdota, en algo que se puede confrontar y superar”, afirmó.
El episodio deja un mensaje claro: el cáncer de mama ya no debe asociarse automáticamente con miedo o derrota. Con detección precoz, tratamientos adecuados y apoyo emocional, las historias de Elena y Beatriz son prueba de que se puede salir adelante.