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19 de octubre 2025 - 5:00hs

Alex recuerda su cumpleaños número 12 como uno muy especial. Era 2014 y estaba esperando cumplir la edad suficiente para anotarse en el centro TUMO de Ereván (capital de Armenia), que había abierto años atrás.

“En esa época en Armenia no había demasiadas oportunidades vinculadas a las tecnologías. Y yo ya estaba interesado en el tema, porque a los 10 empecé a escribir código y a programar”, cuenta hoy, con 21 años y un puesto de ingeniero en Adobe.

Desde abril del próximo año los adolescentes uruguayos de entre 12 y 18 años podrán seguir esos mismos pasos y explorar de forma gratuita distintas áreas vinculadas a las tecnologías creativas con la llegada del primer centro TUMO que abrirá sus puertas en el país (el segundo en Latinoamérica, después de Argentina) y que impulsa un método de aprendizaje autoguiado, donde el estudiante decide en qué disciplinas quiere profundizar y a qué ritmo.

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El centro –de 1.500 metros cuadrados con capacidad para recibir a 1.500 adolescentes por semana– estará ubicado a la entrada del Aeropuerto de Carrasco, un punto clave si se tiene en cuenta que la financiación del proyecto está a cargo de Corporación América Airports (propiedad del argentino Eduardo Eurnekian y que tiene la concesión de las terminales aéreas de Uruguay).

TUMO en Uruguay
Vista aérea del proyecto TUMO en Uruguay, a la entrada del Aeropuerto de Carrasco

Vista aérea del proyecto TUMO en Uruguay, a la entrada del Aeropuerto de Carrasco

Pero la elección de la ubicación fue motivo de “mucho debate” entre los impulsores de este proyecto en Uruguay por otras razones.

Y es que el objetivo final es que en TUMO confluyan adolescentes de distintos contextos y las zonas de alrededor del aeropuerto garantizaban esa diversidad, explica Carolina Gutiérrez, directora general de TUMO en Uruguay.

Lo cuenta durante una visita a Armenia que realizó El Observador junto a otros medios para conocer el modelo educativo que se originó en este país en 2011, de la mano de Sam y Sylvia Simonian, junto a Pegor y Marie Lou Papazian.

Para apalancar el objetivo “integrador”, en Uruguay el proyecto tiene a Ceibal como otro de los aliados, en este caso en un rol de “socio pedagógico”. Para Gutiérrez quedó claro desde un inicio (por 2023, cuando TUMO en Uruguay todavía era una idea) que el proyecto no podía llegar a Uruguay “aislado del sistema educativo” y el “socio natural” para eso era Ceibal.

Además del conocimiento en educación tecnológica, Ceibal podía ofrecer la “capilaridad” a nivel nacional para alcanzar a la mayor cantidad de adolescentes con la propuesta, pero también permitía pensar, en un futuro, en escalar el programa a nivel nacional.

Para el arranque, sin embargo, lo que está claro es que TUMO abrirá sus puertas en un formato de asistencia de dos veces por semana en turnos vespertinos de dos horas. La primera etapa del proyecto en Uruguay ofrecerá ocho disciplinas: programación, animación, música, inteligencia artificial generativa, cine, robótica, desarrollo de videojuegos y modelado 3D. De ese total, los estudiantes podrán elegir tres.

Las inscripciones comenzarán en febrero, por lo que el centro ya está recibiendo expresiones de interés (que se puede presentar a través de este formulario) y convocando a los docentes (que en esta primera etapa serán alrededor de 20).

Cómo es el modelo TUMO

NO USAR Pegor y Marie Lou Papazian
Pegor y Marie Lou Papazian durante una entrevista en el centro TUMO de Ereván, en Armenia

Pegor y Marie Lou Papazian durante una entrevista en el centro TUMO de Ereván, en Armenia

El modelo educativo –ideado por Pegor y Marie Lou Papazian– se basa en el autoaprendizaje y sigue una lógica conocida como walk away.

Es decir, el estudiante es quien marca el ritmo de su aprendizaje y quien decide cuándo darle un cierre. La experiencia de los centros TUMO a nivel mundial indica que los jóvenes pasan, en promedio, dos años vinculados al centro (pese a que hay casos de adolescentes que lo están muchos más).

Aunque el autoaprendizaje es la piedra angular (sostenido por el acompañamiento de tutores y un software propio con el que interactúan los estudiantes y que va marcando su progreso), hay otros dos formatos que lo complementan: los talleres prácticos y las interacciones con expertos invitados (llamadas TUMO Labs).

Los Papazian lo describen como un programa que empodera a los adolescentes y que los erige como protagonistas capaces de elegir qué aprender, con el deseo como única motivación.

“TUMO es un lugar donde los jóvenes están a cargo de su propio proceso educativo, donde pueden decidir qué aprender porque quieren y no porque tienen que hacerlo”, describe Pegor Papazian en una entrevista en Armenia.

La intención detrás es que los adolescentes puedan contactar con distintas disciplinas sin las formalidades y rigideces del sistema educativo formal. Por eso TUMO es necesariamente extracurricular (porque no fue creado para sustituir la educación formal) y dirigido a adolescentes de entre 12 y 18 años, que cuentan con la autonomía suficiente para tomar decisiones sobre sus intereses.

NO USAR Centro TUMO de Ereván
Un estudiante asiste a un taller en el centro TUMO de Ereván, en Armenia

Un estudiante asiste a un taller en el centro TUMO de Ereván, en Armenia

También es totalmente gratuito, porque fue concebido como una forma de garantizar el acceso de todos los adolescentes, sin importar su contexto, a las tecnologías creativas.

“Este tipo de educación debe ser gratuita y accesible para todo el mundo. A veces algunos dicen: ‘pero hay gente que puede pagarlo’. Bueno, es difícil determinar quién puede pagarlo y quién no”, señala Pegor Papazian.

La gratuidad del modelo obliga a contar con un socio que lo financie en cada uno de los más de diez países donde hoy tiene presencia. Aunque en Uruguay es Corporación América (en alianza con Ceibal), en otros países hay instituciones públicas que se asocian con TUMO para ofrecer el programa, que cuenta con más de 35 mil estudiantes activos (a los que se suman más 80 mil graduados).

Otra particularidad del modelo es la ausencia de un diploma o certificado que acredite los estudios cursados. En su lugar, los estudiantes cuentan con un portfolio con todos los proyectos realizados, que opera como una carta de presentación ante oportunidades laborales y educativas.

La inversión de Corporación América para instalar el centro, contando la construcción del edificio y el equipamiento de última generación, supone US$ 10 millones, con un mantenimiento estimado de US$ 2 millones anuales

¿Por qué Uruguay?

TUMO Uruguay
Vista del proyecto TUMO en Uruguay, a la entrada del Aeropuerto de Carrasco

Vista del proyecto TUMO en Uruguay, a la entrada del Aeropuerto de Carrasco

Con la inauguración del centro TUMO en abril, Uruguay se convertirá en el segundo país de Latinoamérica en abrir un centro de estas características. El primero en la región fue el de Buenos Aires, que abrió sus puertas en julio de este año.

La presencia empresarial de Eurnekian (de origen armenio) en Uruguay y el interés filantrópico de la familia en financiar proyectos educativos allanó el camino para la llegada de TUMO.

En el proceso se sumaron otras razones, como la convicción de que Uruguay es un semillero de talentos, pero que no logra romper con ciertas desigualdades en el acceso al aprendizaje de tecnologías creativas como las que TUMO enseña.

“Creemos en el talento que hay en Uruguay, pero a lo que apuntamos es a tratar de igualar las oportunidades de acceso con este primer TUMO y eventualmente, si es un éxito, expandirlo”, apunta Gutiérrez.

Para Chris Shahinian, director de TUMO International, hay algunos “paralelos” que se pueden trazar entre Armenia y Uruguay, que también explican el desembarco del programa en este rincón del planeta.

Además de la voluntad de la familia Eurnekian por financiar un centro de estas características, Shahinian destaca las similitudes de escala que tienen Uruguay y Armenia, dos países con tres millones de habitantes y con capitales que concentran la mayor parte de la población.

A los ojos de este contador australiano, que trabajó en instituciones financieras hasta que decidió dar un golpe de timón en su carrera y unirse a TUMO, Uruguay puede convertirse en un “centro faro y catalizador” para América Latina.

Algo similar opina Pegor Papazian, que se refiere a Montevideo como una ciudad “dinámica” que puede oficiar de “trampolín” para que TUMO se expanda en la región.

Papazian también resalta la experiencia previa de Ceibal en el país como un factor decisivo para concretar el desembarco de TUMO en Uruguay. En una visita al Parlamento en agosto, la representante de Ceibal que participa en el proyecto, Luciana Caruso, explicó las motivaciones detrás de la alianza: potenciar el acceso a las tecnologías y extender el tiempo pedagógico de los adolescentes en centros educativos.

“Hay una desigualdad muy grande en Uruguay entre los chiquilines que pueden pagar para tomar este tipo de clases y materias extracurriculares y los que no pueden hacerlo. Nuestro foco, entonces, está en hacer que los chicos de los quintiles más pobres puedan acceder a este tipo de formación”, explicó Caruso ante los integrantes de la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología del Senado..

En segundo lugar, se refirió a la extensión del tiempo pedagógico. “Este es uno de los grandes desafíos de la Anep para este año y pensamos que TUMO es una de las tantas propuestas que pueden ayudar en eso”.

Las autoridades de Anep lo tienen claro. En septiembre de este año, en la presentación de los datos del Monitor Educativo Liceal 2024, el presidente del organismo, Pablo Caggiani, se refirió al “dramático” y “estructural” problema de la asistencia en Secundaria.

Los datos muestran que en 2024, en promedio, los estudiantes de Inicial faltaron 44 días de 180, los de Primaria 29 y los de Secundaria 41. Luego está la Educación Técnico Profesional, donde el promedio de faltas fue de 54 días.

Aunque TUMO no se presenta como la solución –de hecho para Gutiérrez el problema es “muy complejo” y es difícil pensar que una iniciativa sola lo pueda resolver– sí podría contribuir a fomentar la retención.

“Creo que puede ayudar a la retención, porque es una oferta que va a venir a través de los liceos en muchos casos”, apunta la directora general del centro en Uruguay.

El nombre TUMO viene del poeta, escritor y activista armenio Hovhannes Tumanyan. Además, el edificio en Ereván está situado en la plaza que lleva el nombre de Tumanyan

Los adolescentes universales

NO USAR Centro Tumo de Ereván, en Armenia
Centro Tumo de Ereván, en Armenia

Centro Tumo de Ereván, en Armenia

Los casos como el de Alex se repiten entre los estudiantes de TUMO, algo que los Papazian han visto replicado alrededor del mundo. ¿La razón? Es que los adolescentes son “universales”.

“Encontramos que TUMO es bastante similar y tiene un efecto similar en los distintos países. Pensamos en un inicio que las diferencias culturales iban a obligarnos a cambiar el programa. Pero resultó que los adolescentes tienen su propio país. Son parecidos, porque son adolescentes, sin importar el país en el que estén”, afirma Pegor.

La mayoría de los estudiantes destacan la posibilidad de explorar en TUMO sus intereses. Ashot, de 16 años, cuenta que TUMO es el lugar donde puede “practicar” y elegir su “futura profesión”.

Kim, también es estudiante del centro TUMO de Gyumri (segunda ciudad más poblada de Armenia), recuerda que antes de inscribirse estaba “encerrada” en su cuarto sin “nada para hacer”.

“Al principio era solo para ocupar mi tiempo libre, pero después encontré que es un lugar para mejorar mis habilidades y encontrar mi identidad como creadora y artista”, cuenta.

La posibilidad de que los adolescentes exploren sus intereses es algo que también resaltan los tutores y líderes de TUMO.

Manvel, profesor de Robótica en Gyumri, asegura que el proyecto “cambia vidas” y ha visto a alumnos de distintos contextos progresar hasta insertarse en el mercado laboral en grandes compañías como NVIDIA, Synopsys y Microchip, algo que años atrás era impensado en Armenia. Y hoy esos estudiantes lo contactan a él para ofrecerle trabajo.

TUMO está presente en 10 países (Alemania, Argentina, Armenia, Estados Unidos, Francia, Japón, Líbano, Países Bajos, Portugal y Suiza). Para el cierre de 2025 se estima que el total de centros ascienda a 30 alrededor del mundo (seis de ellos en Armenia) y que la cantidad de TUMO Boxes ronde los 40

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