El líder y dictador norcoreano, Kim Jong Un, supervisó el lanzamiento de los planes para la construcción de un complejo turístico frente al mar, proyecto que calificó de "un primer gran paso" hacia una posible apertura a gran escala del país, según informó este martes la prensa estatal.
Kim visitó el sitio donde se construirá el complejo turístico con su hija, Kim Ju Ae, indicó la agencia noticiosa KCNA.
El líder norcoreano dijo que el resort, incluido en el proyecto de desarrollo Wonsan-Kalma en el este del país, es "un primer gran paso" en el desarrollo turístico norcoreano.
Corea del Norte reabrió sus fronteras en agosto de 2023 después de casi cuatro años de cierre durante la pandemia del covid-19, impidiendo incluso que sus propios nacionales ingresaran.
Fotos divulgadas por la agencia KCNA mostraron a Kim y su hija caminando junto al mar y algunas instalaciones.
El dictador norcoreano expresó "gran satisfacción" con las instalaciones construidas, "que podrán ser utilizadas para albergar exitosamente eventos externos, políticos y culturales del Estado", indicó el gobernante citado por KCNA.
"Si la industria turística se desarrolla utilizando activamente estas condiciones y entorno tan favorables, se abrirá un nuevo ámbito de construcción cultural socialista y se creará otra fuerza motriz para promover el rejuvenecimiento regional y el crecimiento económico nacional", declaró Kim, siempre según la agencia KCNA.
El turismo, la herramienta económica de las dictaduras
Analistas han dicho que Kim se mostró interesado en el desarrollo turístico norcoreano durante sus primeros años en el poder, y que el proyecto Wonsan-Kalma era uno de los que más quería promover.
Unos 100 turistas rusos llegaron en febrero a Pyongyang -el primer grupo de visitantes extranjeros en el país desde el levantamiento de las restricciones fronterizas- y fueron a un centro de esquí cerca de Wonsan.
El turismo en Corea del Norte ya era escaso antes de la pandemia, con unos 5.000 visitantes occidentales por año, según empresas turísticas.
Las dictaduras socialistas han acudido al turismo ante el colapso de sus economías y tratando de recuperar las reservas monetarias perdidas por el derroche del gasto público.
El mejor ejemplo de este comportamiento es Cuba, que incluso terminó abriendo el sector turístico al mercado extranjero como es el caso de los hoteles de capitales españoles.
