Es un acrónimo de la expresión inglesa "involuntary celibate", que se traduce como "célibe involuntario". Originalmente acuñado en los años 90 por una mujer canadiense para referirse a cualquier persona (hombre o mujer) que no lograba establecer relaciones románticas o sexuales a pesar de desearlo, el término ha evolucionado drásticamente.
En su uso actual, "incel" se refiere casi exclusivamente a hombres (mayoritariamente heterosexuales) que se autoidentifican como incapaces de encontrar pareja romántica o sexual, y que a menudo culpan a las mujeres y a la sociedad en general por esta situación.
Se organizan en comunidades en línea (foros, redes sociales) donde desarrollan y refuerzan una ideología misógina, hostil y a veces violenta.
¿Por qué se usa?
El término "incel" ha evolucionado de un fenómeno de nicho a un concepto social central debido a la creciente preocupación por la radicalización masculina en línea, la misoginia y la violencia de género, a menudo vinculada a actos extremos.
Incidentes trágicos perpetrados por individuos autoidentificados como incels han visibilizado el peligro y la letalidad de esta ideología, obligando a las autoridades a considerarla una amenaza de extremismo doméstico y a escrutar la moderación de contenido en plataformas digitales, donde el odio hacia las mujeres se normaliza y se glorifica la venganza.
La exitosa serie de Netflix Adolescence ha sido fundamental para contextualizar esta problemática a una audiencia masiva. La serie explora cómo los jóvenes pueden ser influenciados por la "manosfera" y la cultura incel, alimentando el resentimiento y la misoginia, y muestra crudamente cómo el odio en línea puede traducirse en violencia en el mundo real, sirviendo como una llamada de atención sobre la radicalización de jóvenes varones.
Este fenómeno también enmarca el debate sobre la masculinidad en crisis y la desigualdad de género, ya que los incels son vistos como una manifestación extrema de hombres que se sienten perdidos o resentidos ante los avances del feminismo, culpando a este y a la "cultura woke" de sus problemas.
Representa una forma virulenta de misoginia y radicalización masculina que, gestada en línea, ha demostrado tener consecuencias violentas, y series como Adolescence han sido clave para visibilizar y fomentar el debate sobre esta peligrosa subcultura y sus implicaciones para la seguridad y la cohesión social.
¿Quiénes lo usan?
Es utilizado por diversos grupos, aunque con intenciones y connotaciones muy distintas. Principalmente, lo emplean analistas sociales, académicos y expertos en radicalización para estudiar y comprender la misoginia en línea y sus riesgos violentos.
Los periodistas y medios de comunicación lo usan para informar sobre actos de violencia inspirados en esta ideología y para alertar al público. Feministas y activistas por los derechos de las mujeres lo adoptan de forma crítica para denunciar la misoginia y la violencia de género que emana de estas comunidades.
Las organizaciones de seguridad y agencias de inteligencia lo monitorean para clasificar amenazas y contrarrestar la radicalización. Si bien los propios incels lo usaron originalmente como autodenominación, hoy en día el término se les aplica mayoritariamente de forma externa y estigmatizante. Algunos críticos de la "cultura woke" o "anti-feministas" pueden referirse al fenómeno para desviar la culpa hacia el feminismo.