La senadora del Partido Nacional Graciela Bianchi recorrió la Biblioteca Nacional, luego de que las autoridades decidieran hace algunas semanas cerrar el edificio por razones de problemas estructurales y falta de mantenimiento, según argumentó la directora de la institución, Rocío Schiappapietra.
La senadora blanca fue consultada en rueda de prensa una vez que finalizó la visita, y apuntó que “este es el gobierno de la no gestión”.
“Cuando yo entré a la Biblioteca Nacional, pensé que me iba a encontrar con mugre, ratas, todo abandonado porque para cerrar la Biblioteca Nacional el Día del Libro… igual me hubiera opuesto porque se va arreglando por partes”, indicó la legisladora.
Bianchi contó que también recorrieron el subsuelo donde se encuentra el archivo. “Una limpieza, una pulcritud. La instalación eléctrica hecha a nuevo, que es lo más peligroso para una biblioteca”, añadió y sostuvo que los cables están recubiertos de “caños corrugados”.
“Lo único que hice fue ratificar que estuvo mal cerrada y se lo dije a la directora: ‘Tú lo que no sabés es gestionar’”, aseguró Bianchi y negó que existan humedades, salvo “por una gotera”.
Bianchi consideró que el gobierno no puede “dar el mensaje que ante alguna dificultad” se cierra la puerta de la Biblioteca Nacional. “Es un mal mensaje de la cultura nacional”, insistió la senadora y dijo que no se explicaron las razones de fondo.
El ministro de Educación y Cultura, José Carlos Mahía, criticó hace algunas semanas la "hipocresía" con la que se discutió el tema en el espectro público y en redes sociales, y aseguró que para el "99,99% de los montevideanos" era lo mismo pasar frente al monumento al Gaucho o frente al edificio de la Biblioteca.
"Siento que hubo una enorme hipocresía en el debate en torno al cierre de la Biblioteca. Se ha dicho que es un símbolo de la cultura, ¿verdad? Bueno, ¿qué diferencia había para el 99,99% de los montevideanos entre pasar por el Monumento al Gaucho o la Biblioteca Nacional? Ninguna. En el fondo, todos los que se llenaron la boca, los que se pusieron horribles por el cierre, no van. Y no es pecaminoso que no vayan. A todos nos pasó. Pero horrorizarse porque se haya discontinuado la atención al público en general, que entran según leí en un reportaje a la directora hace poco, entre 15 y 20 personas por día, en una ciudad que tiene 1 millón y medio de habitantes, es mucho", expresó el ministro.