¿En qué época del año tiene que tomar precauciones un alérgico? ¿Solo cuando llega la primavera y las pelusas de los plátanos vuelan sobre las avenidas? ¿O acaso hay otros momentos en los que partículas microscópicas pueden despertar los síntomas?
Con el fin de brindar información a las personas con alergia, y a la medicina para que pueda trabajar mejor con ellas, la Facultad de Ciencias (FCIEN) de la Universidad de la República monitorea a diario la presencia de polen y esporas de hongos en el aire de Montevideo.
Quienes están a cargo de este trabajo en la Facultad de Ciencias son las palinólogas Ángeles Beri y Ximena Martínez, que además integran un grupo con ingenieras y médicas.
Martínez es la que se encarga todos los días de recoger y analizar las muestras de las dos estaciones de monitoreo que tienen: una en la propia FCIEN en Malvín Norte y la otra –que por el momento solo estará hasta julio porque se terminó el financiamiento– en la Facultad de Información y Comunicación (FIC) en Parque Rodó.
¿Por qué es importante conocer la concentración de polen y de esporas fúngicas en el aire, cuando lo que más parece molestar son algunos frutos (como las pelusas de los plátanos) o el polvo?
Las investigadoras trabajan con un estudio hecho a personas que tienen rinitis (que cuando inhalan algo que les causa alergia sufren de síntomas como picazón, estornudos y ojos llorosos). Ese trabajo mostró que el 83% de estas personas eran alérgicas a los ácaros –arácnidos que viven en el polvo–, un 60% al polen y alrededor de un 10% a las esporas de los hongos.
Las biólogas Ángeles Beri y Ximena Martínez, de la Facultad de Ciencias, que se encargan de monitorear el polen y las esporas de hongos
Foto: Inés Guimaraens
¿Cuándo hay más polen?
El polen está compuesto por granos microscópicos que producen las plantas con semillas. En Uruguay hay polen de árboles –como los cipreses, los eucaliptos, los fresnos o los plátanos–, de hierbas –como las artemisias, las parietarias y las chenopodiáceas–, y de pastos y cereales. Su presencia, sin embargo, depende de la época del año.
"Hay dos picos importantes y uno un poquito más chiquito", explica Beri, la impulsora del Laboratorio de Palinología en Uruguay (disciplina que estudia el polen y las esporas fúngicas).
Uno es justamente en la primavera con la floración de los árboles que están en la vía pública, como los fresnos y los plátanos. Otro es al inicio del verano principalmente por los pastos, pero también por las hierbas. Y finalmente, algo similar a lo que sucede en verano pasa también, aunque en menor medida, a principios de otoño.
A continuación, una imagen del calendario polínico de Montevideo extraída de un folleto que publicó la Facultad de Ciencias en 2020.
Calendario polínico extraído de un folleto que publicó en 2020 el Laboratorio de Palinología de la Facultad de Ciencias de la Udelar
Foto: Facultad de Ciencias de la Universidad de la República
¿Y qué pasa con los hongos?
La información que registran las biólogas palinólogas no se limita al polen, sino que también abarca las esporas fúngicas –cuerpos microscópicos que producen los hongos para reproducirse–.
La presencia de las esporas también responde a estaciones. Las mayores concentraciones se detectan en verano y otoño, explica Ximena Martínez. Las variables meteorológicas que más influyen en su presencia son la temperatura y la humedad, añade la palinóloga que todos los días se encarga de recoger y analizar las muestras de la FCIEN y la FIC.
La palinóloga Ximena Martínez es quien recoge todos los días las muestras en la Facultad de Ciencias y en la Facultad de Información y Comunicación
Foto: Inés Guimaraens
Sin embargo, en cuanto a hongos, la bióloga explica que para los alérgicos el problema "no es tan importante" en referencia a las esporas en la atmósfera, sino en interiores.
"Pensando en el crecimiento de hongos dentro de las casas creo que la peor época es el invierno, cuando ventilamos menos y la humedad se concentra más. Además, los hongos más frecuentes en hogares no son los mismos que los más abundantes en exteriores", indica Martínez.
¿Para qué sirve?
Conocer la presencia de polen y esporas en el aire de una ciudad es importante para que cada persona, al saber a qué es alérgica, pueda anticiparse y tomar precauciones: como consumir antialérgicos o usar tapabocas.
Pero además de la dimensión del tiempo, también es clave la del espacio, es decir, que haya información separada por zonas. El problema es que todavía no se puede hacer en Montevideo.
Solo hay dos estaciones que toman muestra: la de la FCIEN y la de la FIC. Y esta última, por el momento, solo funcionará hasta julio porque se termina el financiamiento que obtuvieron las investigadoras en convenio con la Intendencia de Montevideo. Si hubiera más estaciones, y más personas que pudieran tomar las muestras, la información para brindar a las personas con alergia sería mucho más completa.
"Si tenemos diferentes puntos de monitoreo sabemos cómo es la nube polínica. Por ejemplo, en La Unión hay mucho plátano y capaz que en Carrasco no hay plátano. Entonces si la persona es alérgica al plátano es relevante para ella saber cuál es la nube polínica de dónde vive. Es afinar un poquito más esos datos que tenemos a grandes rasgos de la nube de Montevideo", dice Beri.
Las biólogas Ángeles Beri y Ximena Martínez, de la Facultad de Ciencias, que se encargan de monitorear el polen y las esporas de hongos
Foto: Inés
Pero además de la vegetación de la zona, el grado de urbanización, la presencia o no de terrenos baldíos, hay otras variables en juego. Por ejemplo, de dónde llega el viento a cada zona y el comportamiento de cada grano de polen, porque no se dispersan todos de la misma manera. También, la humedad y la lluvia afectan la presencia de las partículas en el aire.
Como el financiamiento con la Intendencia de Montevideo que permitió una segunda estación de monitoreo se terminó, las investigadoras ya están aplicando en otras fuentes de financiación.
De todas formas, las investigadoras prevén que otro convenio con la comuna siga vigente. La Facultad de Ciencias les cede los datos registrados y la intendencia los publica en el Catálogo de Datos Abiertos (donde varias instituciones públicas hacen lo mismo). En esta página, de todas formas, los datos del monitoreo están en bruto, es decir, no es información que se entienda a simple vista. En cualquier caso, la comuna puede presentarlos con más claridad, como lo hace con muchos otros datos, o utilizarlos para desplegar campañas de concientización.