La ingeniera informática Isabela De Cola y la emprendedora Victoria Ortiz detectaron una falla en el mercado de la belleza: usuarios saturados de publicidad digital y dificultad para decidirse, y negocios con turnos libres que se traducen en dinero perdido.
Se conocieron luego de formar parte de las startups Q’look y Reservatelo (ambas cerradas). Analizando las fallas que cada proyecto había tenido antes de cerrar, se dieron cuenta de que sus virtudes y debilidades se complementaban. Así nació WaitNot, un canal para ofrecer servicios de belleza de forma inteligente.
El emprendimiento está en su etapa inicial y funciona a la inversa de cualquier sistema de pedido de servicios. Cuando los locales tienen turnos libres los ofrecen para los consumidores que tengan disponibilidad.El sistema funcionará con algoritmos de Machine Learning, tipo de inteligencia artificial que crea sistemas que identifican patrones y predicen comportamientos. “La idea no es atomizar a los usuarios” dijo De Cola, “las ofertas se envían pensando que hay un 80% de seguridad de que te va a servir, vas a poder y lo vas a querer”.
Estudios recientes, realizados en Estados Unidos y países europeos, muestran que clientes de todos los rubros de productos y servicios se sienten atomizados por la publicidad digital. “Aún cuando te publicitas de la mejor manera, hay muchos que lo hacen” explicó Ortiz, “el usuario termina en un ruido y ahí es cuando se da el parálisis por análisis”.
De esos estudios, las emprendedoras recabaron que el 60% de los clientes que tenían iniciativa de comprar algo se frustran ante la atomización de ofertas y desisten de hacer la compra. Además, el 54% de los consumidores admitió que abandonó un sitio web por dificultades al momento de realizar la compra.
“Queremos bajar a tierra, porque a veces estamos en una burbuja y en la práctica la realidad es otra. Hay que trabajar para la realidad de un mercado latinoamericano de medianas y pequeñas empresas, que tienen una cultura de trabajo muy diferente a la norteamericana, de donde vienen todos los conceptos de marketing. Hay que poner la cabeza en este mercado y entenderlo”. Isabela De Cola
Ortiz señaló que en Uruguay hay una gran cantidad de trabajadoras freelancers en el rubro de la belleza, y que desde WaitNot les gustaría ayudar a que se cree una comunidad. “Muchas no lo hacen como trabajo de tiempo completo, pero si quieren hacer de esto un negocio es necesario que tengan mentalidad de negocio” dijo De Cola, “deben aprender la otra parte, no solo la técnica”.
Por su parte, Ortiz advirtió que “se vean o no reflejados, tienen una empresa”. Para impulsar los emprendimientos dentro de este segmento y la actitud necesaria, brindarán talleres antes de lanzar oficialmente WaitNot.
Las dos emprendedoras coincidieron en que existen obstáculos implícitos que tienen que pasar las mujeres cuando deciden emprender. El síndrome del impostor y el techo de cristal serían, en su opinión, los principales. El síndrome del impostor se da cuando una persona siente que no merece el éxito que alcanzó. Por su parte el techo de cristal está constituido por aquellas normas no escritas, que existen dentro de las empresas que les dificultan a las mujeres llegar a ocupar altos cargos.
“El mundo empresarial está mucho más dominado por hombres que por mujeres y eso es una cosa que sigue costando” . Victoria Ortiz
Según De Cola, muchas emprendedoras tienen la ambición pero piensan que solo es un sueño. Ambas opinaron que se enfrentan a obstáculos todos los días, incluso teniendo experiencia en la materia. “Nosotras mismas luchamos con eso, ‘¿seremos capaces de?’, y queremos compartir esas experiencias”, contó la ingeniera.
Las emprendedoras hablaron de las dificultades que enfrentaron en sus antiguos proyectos y coincidieron en que, por su papel de mujeres, pasaron por situaciones similares. “El área de tecnología está muy dominado por hombres. Todas alguna vez escuchamos cosas como ‘vos no sos para esto’, y lo dicen porque sí” dijo De Cola.
Ortiz recordó que con Reservatelo, en el segmento de los hoteles de alta rotatividad, le pasó de escuchar ‘que me vas a venir a decir vos de mi negocio’, por ser joven.
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