El trumpismo no es una monarquía con líneas sucesorias claramente definidas. No solo eso, sino que el fin de la presidencia de Donald Trump deja al Partido Republicano profundamente dividido. Por un lado están los que aspiran a heredar su innegable popularidad dentro de grandes sectores del electorado. Por otro, los que desean que Trump simplemente desaparezca. De alguno de estos dos grupos surgirá el candidato republicano para las elecciones presidenciales de 2024.
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