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¿Qué dice la Justicia cuando un trabajador reclama por un whatsapp fuera de hora?

Sin una normativa específica, jueces han valorado el tiempo que demoran los empleados en responder a demandas fuera de hora, en lugar de analizar su derecho a desconectarse
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19 de diciembre de 2018 a las 05:01

Un mensaje de Whatsapp que interrumpe una cena familiar un sábado a la noche. Una urgencia de trabajo a destiempo, a la que se debe responder por la tiranía de un doble tick celeste. ¿Dónde termina el trabajo y empieza el descanso en tiempos en que la oficina cabe en un celular? ¿Deberían cobrarse las horas destinadas a responder mails, whatsapps o llamadas fuera de la jornada laboral?

Estas preguntas, propias de los tiempos que corren, están cada vez más presentes en los juzgados de Trabajo, donde en los últimos años se ha registrado un incremento en el número de trabajadores que presentan demandas exigiendo una retribución económica por sentirse obligados a estar permanentemente conectados.

Según explicó Cecilia Demarco, abogada laboralista del estudio Posadas, Posadas & Vecino, a falta de una normativa específica que regule la desconexión fuera del horario laboral –como sí tiene Francia–, la Justicia laboralista uruguaya ha fallado de forma diferente ante el reclamo de los trabajadores, consintiendo o rechazando según la situación. 

En cualquier caso, Demarco señaló que el elemento clave para que la balanza se incline a favor o en contra de lo que los empleados reclaman está en la valoración que se hace de esas comunicaciones fuera de horario. Así, un mail que se responde sencillamente con un “recibido”. un “ok” o la confirmación de un horario de reunión, por ejemplo, no suele ser considerado por la Justicia como trabajo extra, ya que lleva apenas algunos minutos o segundos dar esas respuestas.

En cambio, si la persona logra probar que además se le exigía la realización de alguna tarea que demandaba mayor cantidad de tiempo, entonces la Justicia puede exigir que se le pague como una hora extra trabajada.

En 2014 el Juzgado Letrado del Trabajo de la Capital de 11º Turno, condenó a una empresa importadora a pagar $ 372.500 a un trabajador despedido por concepto de pagos de licencia y horas extras impagas, porque según acreditaron varios testigos solía recibir llamadas en horarios “variados” fuera de su jornada laboral, al tiempo que respondía correos electrónicos. La empresa apeló el fallo, y el Tribunal de Apelaciones del Trabajo de Primer Turno confirmó el 5 de noviembre de 2014 lo actuado por la Justicia de primera instancia.

Sin embargo, ante un nuevo recurso presentado por la empresa, ante la Suprema Corte de Justicia en casación, integrada en ese momento por los ministros Elena Martínez, Jorge Chediak, Felipe Hounie, Jorge Larrieux y Ricardo Pérez Manrique, el máximo órgano judicial descartó que la respuesta a aquellas llamadas significaran trabajo extra realizado. El argumento fue que, aunque quedó acreditado que alguna tarea realizaba fuera del horario laboral, tras analizarse los correos enviados “no puede más que concluirse que el tiempo que pudo insumir fue mínimo, pues su extensión se reduce a pocas líneas sin complejidad alguna”.

Por su parte, para Juan Raso, profesor titular grado 5 de Derecho del Trabajo y de Relaciones Laborales en la Universidad de la República, la conexión permanente puede ser similar a una “guardia retén”, como la que cumplen aquellos médicos que durante un período determinado están obligados a quedar a la orden para atender a pacientes si son llamados. El ejemplo de esta situación es una sentencia de 2014 de la Suprema Corte de Justicia que condenó a un medio de comunicación a pagar a un fotógrafo que, además de cumplir horario regular, recibía llamados fuera de su jornada laboral en los que se le pedía que tomara fotografías en eventos.

Si bien se le pagaba por cada uno de esos trabajos extras, el máximo órgano de Justicia concluyó que correspondía que se le pagara por la obligación de permanecer disponible para atender esos encargos lo correspondiente a una hora ordinaria de trabajo por cada una que se mantuvo a disposición: $ 1,3 millones.

Por otra parte, un fallo de la Suprema Corte de Justicia de 2013 desestimó el reclamo del exdirector de un medio de comunicación que reclamó pago de horas extras por la cifra de $ 1,4 millones, luego de que un juzgado de primera instancia y uno de segunda fallara a su favor. El argumento del máximo órgano de Justicia fue que como tenía un horario flexible que le permitía retirarse antes de su lugar de trabajo, e incluso salir para dar clases, no correspondía que reclamara cuando estando de licencia o en un día de descanso se le exigía realizar una tarea que podía llevarle algunos minutos.

 

Falta de regulación

Demarco explicó que, mientras que en Francia se reguló el llamado “derecho a la desconexión”, por el cual los trabajadores pueden elegir no contestar demandas laborales fuera de horario, en Uruguay la falta de normativa al respecto lleva a que se analice la cantidad de tiempo que supone responder a las demandas fuera de horario y no la incomodidad que puede suponer el sentirse siempre conectados y obligados a responder, aunque sea solo para confirmar el ingreso de un mail. 

Para la especialista, “las empresas cada vez más deberían tender a generar una política interna sobre el uso de tecnología”, ya que los empleados tienden a sentirse obligados a responder mensajes fuera de horario, porque no hacerlo “los perjudica”, y al mismo tiempo las empresas se exponen a posibles reclamos.

En el mismo sentido, Leonardo Slinger, abogado laboralista y socio de Guyer & Regules, dijo a El Observador que el creciente número de demandas por pago de horas extras en torno a la respuesta de mails y llamados fuera del horario laboral está llevando a que las empresas se planteen la necesidad de crear sus propias “reglas de desconexión”. “Todos estamos disponibles todo el tiempo, las empresas quieren respuestas rápidas, los clientes respuestas inmediatas y eso desdibuja la jornada laboral”, señaló Slinger.

Por eso, para el abogado laboralista lo que se debe modificar es la ley de ocho horas, que data de 1915, y no está adaptada a los tiempos actuales, de modo de dar mayor flexibilidad al trabajo y así impedir que los empleados se vean obligados a responder mensajes fuera de horario.

Para Raso, en tanto, este tema debería ser incluido en la negociación colectiva, de la misma forma que lo hizo el Sindicato Médico en el pasado, al definir la forma en la que se definen las guardias. 

En marzo de 2017, el senador colorado Pedro Bordaberry presentó un proyecto de ley que “establece el derecho del trabajador a desconectarse, fuera del horario laboral y durante el goce de su licencia” e insta a las organizaciones a elaborar “un protocolo que defina los límites y condiciones al requerimiento de conectarse fuera del horario de trabajo, y en función de las necesidades de cada institución y empresa”. Sin embargo, este proyecto no avanzó en el Parlamento y nunca llegó a convertirse en ley.

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