Le ley de inclusión financiera es ese galimatías pomposo cuyo efecto práctico en muchos casos es prescindir de esos billetes físicos con caras de próceres o figuras del arte, o que tu salario se convierta en ceros y unos que saltan de cuenta en cuenta cada vez que pasás una tarjeta por un aparatito electrónico. Hay argumentos de uno y otro lado, a favor y en contra de la obligatoriedad, pero ¿qué hay de cierto en ellos y cuál sería la incidencia real si la ley es derogada o modificada? ¿Es un tema de costos? ¿Es un tema de libertad de acción? ¿Es filosófico, económico o político?
Esas son algunas de las interrogantes que voy a intentar contestarte.
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