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A la luz de la evidencia
Si bien los problemas no se plantean de la misma forma en los distintos países y no hay una única explicación ni una única razón por la cual un sistema educativo tiene éxito o fracasa ni hay una respuesta válida y única que se constituya en regla universal (dependencia de los contextos políticos, organizacionales y culturales de cada sistema educativo…), hay que hacer buen uso del saber y el conocimiento que proviene de una mirada internacional y comparada de la práctica y política educativa. Además, focalizar en lo que se ha visto funciona y da resultados. Existe todo un saber acumulado que no puede ignorarse. El consenso y diálogo fecundo se tiene que construir alrededor de una matriz básica de conocimiento y evidencia.
El desarrollo de una transformación curricular y educativa tiene una dimensión de proceso (consulta, intercambios, aportes, …) y un producto final (la propuesta propiamente dicha). Luego su implementación. Sabido es que tendrá necesariamente que ser parte de un sistema más amplio de cambios. Empezando por alinear los cambios curriculares con cambios en pedagogías y evaluaciones, y con cambios en la formación inicial de los docentes y el posterior desarrollo profesional. Requerirá continuidad de acciones y un tiempo necesario para desarrollarse.
Fundamental comunicar la necesidad del cambio (¿por qué?, ¿qué está mal?, ¿qué puede mejorarse?, ¿para qué?), su naturaleza y alcance (¿qué?) y las etapas de su desarrollo e implementación (¿cómo?, ¿secuencia y tiempos de ejecución?). Hacerlo con claridad y buena llegada para ganar y crecer en adhesión.
INSATISFACCIÓN x VISIÓN x PASOS PARA LOGRAR LA VISIÓN > RESISTENCIA AL CAMBIO
La fórmula es multiplicativa para sugerir que los factores (insatisfacción con el estado de la educación, visión del cambio que se propone, pasos para llevarlo a cabo) tienen que estar presentes al comunicar la transformación curricular y educativa. Si alguno de los factores está ausente, el producto será cero y, por tanto, la resistencia al cambio será mayor que el producto de los factores.
La insatisfacción con el status quo de la educación es bien conocida. La necesidad del cambio es obvia. Hay una voluntad mayoritaria que reconoce la necesidad de una transformación curricular y educativa a nivel de toda la educación obligatoria del país. Alcanza con conocer algunos aspectos de nuestra situación educativa. Por ejemplo:
- La necesidad imperiosa de mejorar los aprendizajes y disminuir la inequidad; dos objetivos que desde hace décadas están en la agenda nacional de la educación. Los sistemas educativos están hechos para que los alumnos aprendan contenidos y competencias relevantes.
- Lo lejos que estamos de una educación inclusiva. Mucho por hacer.
- Los muy elevados niveles de extraedad y rezago en el sistema educativo. El porcentaje de cada cohorte (el grupo de todos los alumnos nacidos en el mismo año) que no consigue finalizar etapas de la educación obligatoria en el plazo de tiempo establecido.
- Las muy bajas tasas de finalización de la educación media superior. Sólo cuatro de cada diez jóvenes de 21 a 23 años logra culminar la educación obligatoria (último grado de enseñanza media). Cuando vemos el egreso de la educación media por contexto socio-económico, 18% en contexto muy desfavorable logra completar la educación obligatoria, 78% en contexto muy favorable lo logra. Hay que dar respuesta adecuada para la continuidad educativa de los estudiantes.
- El muy bajo nivel de los aprendizajes y logros educativos de los alumnos provenientes de los hogares más débiles en términos socio-culturales. No se puede pensar en la enseñanza sin pensar en el aprendizaje.
- Las dificultades que evidencian muchos estudiantes para construir significado y comprender lo que están leyendo. Preocupantes fallas en la comprensión lectora al finalizar la educación primaria, y más allá.
Además, estamos hace rato en un tiempo de cambios y nuevos desafíos. La globalización impone nuevas demandas y desafíos a las personas y a las sociedades. Lo peor que podemos hacer es ignorar la evidencia. Es el futuro del país y el destino de las próximas generaciones.
Destacando:
- Algunos factores que contribuyen con el desarrollo de un nuevo paradigma educativo: a) ritmo acelerado de los cambios y rápida obsolescencia de los conocimientos y las competencias que instala la necesidad de preparar a los estudiantes para enfrentar cambios y sus consecuencias; b) digitalización de muchas esferas de la vida social que hace necesaria la alfabetización digital y la adaptación de las prácticas de enseñanza y aprendizaje a la cultura digital de los estudiantes; c) crecimiento de inequidades y nuevas formas de exclusión social.
- Avances en digitalización y tecnología educativa (nuevas tendencias y procesos continuos de cambio y adaptación en medios, contenidos y objetivos). Fundamental una buena alfabetización digital y una política nacional de inclusión digital.
- Tránsito de currículos tradicionales centrados en las asignaturas y orientados por los docentes a enfoques curriculares centrados en los estudiantes, flexibles, interactivos, integrados y basados en competencias (tradicionales, no tradicionales y transversales). No deja de ser importante la enseñanza directa, pautada, sistemática y explícita; en particular en primeras etapas y grados educativos.
- Necesidad de saberes y competencias que vayan más allá de reconocer, memorizar, recordar, reproducir y seguir rutinas. Las máquinas hoy disponibles, y aún más las que vendrán, son y serán excelentes para hacer lo rutinario y repetitivo. Débiles, por ahora, para tratar con cambios y con lo no predecible. El 47% de los trabajos que hoy existen serán automatizados antes del 2030. El 65% de los estudiantes que están hoy en la escuela trabajarán en trabajos que hoy no existen (Foro Económico Mundial, 2018)
- Menos énfasis en el aprendizaje mecánico (por memorización y repetición) y más énfasis en los caminos pensantes que el alumno utiliza para conectar conocimientos, transferir aprendizajes y aplicar el conocimiento a situaciones nuevas y en distintos contextos. Estudiantes con mentalidad abierta para experimentar, observar la realidad, verla de manera diferente, indagar, consultar fuentes de información, dudar, plantearse preguntas y aplicar métodos para conocer lo que no saben.
- Estamos, por otra parte, en un tiempo con foco especial en competencias no cognitivas. Competencias de naturaleza transversal y multidimensional. Entre ellas, componentes intrapersonales (autogestión, autocontrol, motivación intrínseca, …) y componentes interpersonales importantes para procesos colaborativos (expresar ideas, comunicarse y trabajar con otros). Competencias y habilidades que hoy tenemos que considerarlas como metas explícitas de la educación. Abunda la evidencia de base científica que destaca la importancia de variables distintas a las cognitivas y académicas para explicar las diferencias individuales en desempeños y logros (perseverancia, persistencia, resiliencia, disciplina, auto-confianza, curiosidad, motivación, …)
La visión del cambio fue expresada. Hay documentos oficiales. La ANEP desarrolló un proceso amplio de consultas y diversos encuentros a escala país para comunicarla y darla a conocer. Hay otras importantes tareas en proceso de desarrollo (dar a conocer los planes y programas de estudio alineados a las anunciadas competencias y hacerlas operativas en términos de resultados de aprendizaje...). Mucho camino se irá haciendo al andar, así sucede siempre.
*Fossati es director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed)
