Tara Winstead - Pexels

A los inversionistas escépticos les preocupa que avances en IA no generen dinero

Los capitalistas de riesgo de Silicon Valley, temerosos de que se repita la caída del valor de las criptomonedas, advierten del peligro de invertir en empresas "startup" impulsadas por el revuelo exagerado

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09 de marzo de 2023 a las 15:00

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George Hammond

Gordon Ritter, fundador del fondo de capital de riesgo Emergence Capital, con sede en San Francisco, cree que los recientes avances en el campo de la inteligencia artificial (IA) representan un avance tecnológico significativo.

Pero, sencillamente, no ve la forma de ganar dinero con ellos.

"Todo el mundo se está frotando las manos pensando en lo que podría ocurrir", dice Ritter, cuya empresa fue una de las primeras inversionistas en exitosas empresas "startup" como Zoom. "Existe la corriente de opinión de que la IA lo hará todo. Nosotros vamos contra esa corriente".

El escepticismo refleja la tensión existente entre los fondos de capital de riesgo de Silicon Valley, que se encuentran atrapados entre el entusiasmo por la IA y una recesión tecnológica más amplia que ha provocado un descenso de la inversión en empresas "startup" durante el pasado año.

Pero el reciente lanzamiento de herramientas de "IA generativa" como el chatbot ChatGPT de OpenAI, capaz de responder preguntas complejas con texto en lenguaje natural, ha generado un nuevo entusiasmo por la posible aparición de un nuevo grupo de compañías que definan el sector.

La semana pasada, el Financial Times (FT) reveló que Andreessen Horowitz había encabezado una inversión de más de US$200 millones en Character.ai, valorando al fabricante de chatbots en unos US$1 mil millones. Por su parte, la empresa "startup" Inflection AI, fundada hace un año por Mustafa Suleyman, cofundador de DeepMind, y Reid Hoffman, creador de LinkedIn, está en conversaciones para recaudar hasta US$675 millones, tras haber recaudado US$225 millones el año pasado.

En enero, Microsoft confirmó una "inversión multimillonaria" en OpenAI, fabricante de ChatGPT. Personas familiarizadas con las conversaciones dijeron anteriormente que OpenAI quería obtener US$10 mil millones de Microsoft en una valoración de US$29 mil millones.

Sin embargo, muchos capitalistas de riesgo se muestran cautelosos, desalentados no sólo por las desorbitantes valoraciones, sino también por la enorme cantidad de capital que necesitan los grupos de IA para crear "modelos básicos": sistemas de aprendizaje automático que requieren enormes cantidades de datos y potencia de cálculo para funcionar.

Un inversionista dijo que, debido a la enorme cantidad de capital y recursos informáticos necesarios, los recientes avances en IA generativa eran comparables al aterrizaje en la luna: un logro técnico impresionante, sólo reproducible por quienes poseen una riqueza equivalente a la de un Estado-nación.

"Las compañías están extremadamente sobrevaloradas y la única tesis de inversión justificable es entrar increíblemente pronto", dijo otro veterano inversionista. "De lo contrario, sólo estarás comprando por síndrome FOMO (miedo a perderse algo)".

El acuerdo de Microsoft con OpenAI garantiza que la compañía tenga acceso a la plataforma de computación en la nube Azure del gigante tecnológico. A principios de este mes, Google pagó unos US$300 millones para adquirir una participación del 10 por ciento en Anthropic, en un momento en que la empresa "startup" de IA le estaba comprando importantes recursos informáticos a la división de computación en la nube de la compañía de búsquedas.

El entusiasmo por la IA se produce después de que muchos grandes inversionistas, como Sequoia Capital, sufrieron pérdidas después de invertir en grupos de criptomonedas nacientes, y ver cómo se desplomaron sus valores el año pasado.

El valor de los acuerdos alcanzados por los fondos de capital de riesgo estadounidenses se redujo a la mitad entre el primer y el cuarto trimestre del año pasado, pasando de US$81 mil millones a US$41 mil millones, según PitchBook. Los acuerdos con criptomonedas cayeron aún más, más de un 80 por ciento en el mismo periodo.

El potencial de la IA ha atraído a inversionistas de la talla de Sarah Guo, quien hace un año encabezó la inversión en el sector de las criptomonedas para la empresa de capital de riesgo Greylock, tras haber sido también inversionista ángel en el intercambio de criptomonedas FTX.

Desde entonces, FTX ha caído en quiebra, pero Guo ha recaudado más de US$100 millones para invertir en inteligencia artificial con su nuevo fondo Conviction. Sostiene que ahora es un buen momento para invertir y que la competencia por los acuerdos de IA es feroz, pero admite que "algunas de estas valoraciones son absurdas".

Dado que muchos inversionistas no pueden costearlas, se alejan de las compañías que construyen modelos básicos y, en cambio, se fijan en las aplicaciones que se crearán sobre ellos, del mismo modo que se han creado grandes empresas a partir de las aplicaciones móviles que funcionan en los dispositivos móviles.

Esto ha llevado a algunos a esperar hasta que perciben la llegada de una "aplicación asesina" con un claro potencial comercial. "Si ChatGPT es el iPhone, estamos viendo muchas aplicaciones de calculadora", dijo Christina Melas-Kyriazi, socia de Bain Capital Ventures. "Estamos buscando un Uber".

La expectación en torno a la IA generativa ha aumentado conforme los consumidores han podido jugar con la tecnología, conversando con ChatGPT para escribir discursos o utilizando programas de conversión de texto a imagen como Dall-E para crear dibujos fantásticos.

Mientras más personas empiezan a utilizar los programas, también ha crecido la prevalencia de errores y respuestas indeseables. Las imprecisiones se consideran inaceptables en sectores sensibles como la sanidad y la defensa, lo que significa que una aplicación fundamentalmente disruptiva podría estar muy lejos.

"La IA comete errores interesantes que los humanos no cometen; hay que pensarlo muy bien antes de utilizarla en defensa", dijo Yisroel Brumer, fundador del fondo de capital de riesgo Red Cell Partners. "La primera vez que entres en una situación de combate, verás algo que nunca habías visto antes. Las decisiones de vida o muerte hacen muy difícil delegar en un sistema que comete errores difíciles de entender y de predecir".

Otros inversionistas advierten que quienes pasan de los acuerdos de criptomonedas a las inversiones en IA pueden estar cambiando una tecnología llamativa con pocas aplicaciones comerciales por otra.

"A veces la burbuja se mueve de un sitio a otro y el dinero tiene que ir a alguna parte", dijo un inversionista de capital de riesgo que apostó mucho por las criptomonedas. "Durante estos ciclos de revuelo exagerado habrá muchos 'juguetes' sobrevalorados".

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